Es probable que la extensa amistad entre Litto Nebbia y Hugo Diz sea la que le dio un cierto carácter informal a las colaboraciones creativas entre el compositor y el poeta. Porque, en medio de un intercambio que se viene sosteniendo desde mediados de los 90, apenas dos canciones quedaron grabadas como testigo de un proceso que finalmente tendrá su merecido disco: La virtud del día (el carnet poético de dos corazones rosarinos), el material que el próximo martes Litto Nebbia presentará en El Cairo (en un show que dará comienzo a las 21.30 y cuyo combo disco-entrada tendrá un valor de treinta pesos).

Y allí estará Diz, acompañando al lanzamiento de un material al que le aportó el trazo poético, redondeando así una serie de canciones románticas que, asegura, deben ser escuchadas con atención. "Es un disco que si se escucha una sola vez no se entiende, hay que escucharlo dos o tres veces", aseguró el poeta, que en diálogo con Rosario/12 resaltó: "Con Litto somos amigos, y tiene que ver con una cuestión de amistad. Pero el resultado es realmente una joya, es lo que nunca hizo Litto en cuanto a arreglos y a cantar, porque acá él no tiene nada, está él solo con el Roland y después en el estudio puso algún piano en algún tema".

Como antecedente inmediato de esa labor conjunta aparece "Abrigos del mar", canción que crearan en 2001 y que quedó registrada en Danza del corazón, el disco que, cuatro años más tarde, Nebbia grabó junto a su banda, La Luz. Sin embargo, a diferencia de las experiencias anteriores, este trabajo genera un efecto novedoso en la dupla creativa. "A mí me pasa una cosa extraña, porque lo sigo escuchando al disco, y hablé con Litto y le pasa lo mismo que a mí --confesó Diz--. Es una cosa extraña que nos pasa y que no nos pasó con otras canciones que hicimos juntos. Además es la primera vez que se hace algo así en Argentina. Porque Cortés hizo algunas canciones de Machado, alguien hizo canciones de Benedetti, pero en Argentina es la primera vez que se hace un disco así".

La construcción de ese trabajo implicó un ida y vuelta constante entre los cassettes que Nebbia enviaba desde Buenos Aires con acordes y melodías, y los poemas que Diz devolvía desde Rosario. "Litto me decía: `Te mando dos cassetitos con algunas cositas`. Como yo no soy músico, pero tengo buena oreja, me gustaban algunas cosas y le ponía letra. Después él hizo una cosa extraordinaria, porque fue armando todo y en un momento me dijo: `Huguito, tenemos como quince canciones, podemos hacer un disco`. Entonces le dije que lo hiciera, porque me pidió que yo recitara, pero el disco es de él. Las letras son mías, y son una cosa, pero el protagónico, la música, la instrumentación, son de Litto. Y realmente lo que hace es una maravilla", detalló el poeta.