Domingo, 3 de enero de 2010 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › EN EL 2009 QUE SE FUE EL TEATRO ROSARINO RECUPERó SALAS Y AFIANZó CICLOS.
Nuevas salas y recuperación de espacios tradicional marcaron el año para el teatro local. También se destaca la visita de consagradas figuras y elencos de las artes escénicas del mundo. Además se notó un interesante intento por recuperar textos clásicos de la dramaturgia nacional e internacional.
Por Julio Cejas
Un año que se destaca por la recuperación de tradicionales espacios para la cultura local y la inauguración de nuevas salas al mismo tiempo que se consolidan las búsquedas estéticas de algunos grupos de mayor trayectoria y avanzan nuevas generaciones con proyectos propios.
La movida del 2009 también destacó por el afianzamiento de Ciclos y Festivales nacionales e internacionales al que se sumó la importante visita de consagradas figuras y elencos de las artes escénicas del mundo. Entre las tendencias que se potenciaron este año hay un interesante intento por recuperar textos clásicos de la dramaturgia nacional e internacional, sin dejar de anclarse en una persistente conexión con la historia de un país que sigue buscando una identidad que en el teatro tiene mayores perspectivas de análisis.
Como viene sucediendo en los últimos años la temporada teatral rosarina arrancó temprano en el Teatro Nacional Rosario, una sala que viene mixturando desde su inauguración, producciones comerciales con interesantes propuestas del teatro independiente porteño y local.
Allí Eduardo Ceballos estrenó "El Conventillo de la paloma", un clásico sainete de Vacarezza que según la historia del teatro nacional, salvó las arcas de más de un teatrero en apuros económicos y como se sabe la fórmula sainetera parece seguir teniendo vigencia porque el público local respondió.
En ese sentido el humor en sus diversas variantes y a veces a pesar de la poca consistencia o debilidad de los espectáculos y sus intérpretes sigue contando con la complicidad de un espectador que va al teatro para divertirse siempre y cuando el divertimento no le proponga una vuelta de tuerca sobre lo ya conocido.
Será por eso que las búsquedas más perturbadoras de algunos creadores rosarinos vayan de la mano de la tragedia que en estos tiempos casi siempre le roba algunos recursos al humor y potencia sus contenidos para acercarse a un teatro testimonial. Será por eso que muchas propuestas siguen sin tentar al publico que cada vez más se aleja de las obras que no representan el circo en el que se ha transformado la sociedad argentina que hoy discute acerca de las tribulaciones de un magnate como Ricardo Fort, devenido en héroe mediático.
Dentro de la multiplicidad de estéticas que inunda el panorama del teatro nacional, sigue persistiendo el intento de algunos realizadores que se ubican en un lugar tangencialmente opuesto a las disputas de poder que enturbian cada vez más el esclarecimiento de una realidad signada por la violencia y por el oportunismo político.
La tragedia argentina
El retorno a los viejos temas de la tragedia clásica fue motivo de algunos trabajos que se vieron este año como "Dionisos Aut", el niño del abismo de El Rayo misterioso; "W!(Noche Edipo), del Grupo "Pata de Musa Teatro; "El Reñidero" de Sergio de Cecco en la versión de Tablas Rodantes y "La tragedia de Ricardo III", del grupo "Punto 0 teatro".
En "Dionisos Aut" escrita y dirigida por Aldo El Jatib ,la tragedia intervenida se vuelve directamente sobre el presente y anuncia la terrible antinomia por la que atraviesan la mayoría de los que pretenden conocer la verdad.
En las múltiples lecturas que encierra la última obra de El Rayo Misterioso, aparece la inevitable referencia a un país atravesado por su fatal y compleja repetición: El peronismo, y el microcosmos de la familia, ahora totalmente extraviada en una nave sin rumbo que navega en su eterno y ancestral naufragio.
En este caso la mítica lucha entre lo apolíneo y lo dionisiaco baja a la tierra y nos muestra en una escena antológica a habitantes de un país que danzan una coreografía de la violencia al son de los acordes del himno patrio.
En "W ¡"( Noche Edipo) el actor Miguel Bosco comparte junto a Esteban Goicoechea un proyecto de dramaturgia que el grupo "Pata de Musa" viene desarrollando hace algunos años y que se concreta en uno de sus mejores trabajos. Bosco, es W, un narrador que apela a un cuento conocido por el imaginario colectivo, de la misma manera en que los textos de la tragedia y la comedia griega eran conocidos de memoria por los espectadores de su época.
Por su cuerpo pasaran Edipo, Yocasta, Tiresias, Layo y todos los hijos abandonados por los padres, o los hijos que buscan desesperados la verdad acerca de su origen, y será también el desterrado y el desaparecido; fantasmas de una realidad que sigue pariendo mártires más allá del destino.
Un narrador en ropa de calle acompañado por una copa de vino que pareciera no agotarse nunca como la sangre de su historia y de todas las historias que siguen goteando un vino fatal ,opuesto al vino báquico de las fiestas, generador de las grandes pasiones y amigo de la vida.
En "El Reñidero", una versión no muy lograda del reconocido texto del argentino Sergio De Cecco, lo meritorio es el intento por parte de un director joven como Nicolás Jaworski (debutó en el 2007 dirigiendo "La pecera" de Ignacio Apolo) al trabajar con materiales que implican un desafío y se diferencian de los formatos de los últimos años.
En "La tragedia de Ricardo III", Ricardo Arias recupera fragmentos de una argentinidad extraviada en discursos políticos y en excentricidades de gobernantes que se parecen tanto a los que Shakespeare escribió en su épica "Ricardo III".
En este caso la selección del equipo actoral es tan fundamentada como el itinerario de la escritura dramática que sigue llevando el sello de una obra emblemática del teatro local como fue "Mujeres Oscuras".
Rody Bertol por su parte recuperó en "Los días de Julián Bisbal" a otro autor argentino, como Roberto Cossa; uno de los integrantes más claros de una generación de dramaturgos que expuso en clave de grotesco las tragedias cotidianas de nuestra clase media. Bertol al frente del Centro Experimental Rosario Imagina, optó por distanciar a sus personajes a partir de un recurso que no por utilizado deja de ser efectivo y ratifica la efectividad y el recorte que la poética brechtiana hace de una obra que nos permite establecer paralelismos con algunos aspectos de nuestra realidad.
Dramaturgia rosarina
Junto a los ya mencionados Miguel Bosco y Esteban Goicoechea del grupo Pata de Musa teatro, que lograron ser seleccionados para el Festival Internacional de Buenos Aires con su obra "Blut, una pareja de sangre", autores como Leonel Giacometto y Juan Pablo Giordano definieron puntos importantes en el recorrido de sus respectivas dramaturgias
Este año se estrenó "La Timba", tercera parte de la saga teatral "Argentina Arde", dirigida por Pablo Fossa con textos de Giordano, el mismo grupo fue invitado en octubre a la ciudad de Córdoba para representar a Santa Fe, con los dos episodios anteriores, El Secreto y La Transa.
Giacometto por su parte, estrenó "Latente" con actores santafesinos y completó de esta manera una trilogía que comenzó con "Fingido" en diferentes versiones, se continuo con "Real" y en menor medida se prolongó con otras derivaciones en "Desenmascaramiento".
La directora y creadora de el grupo Hijos de Roche, Romina Mazzadi Arro, que viene trabajando hace más de 10 años en la escena local, alcanzó uno de sus mayores logros dramáticos este año con "Se finí", cuya última función pudo verse en el 6 Experimenta organizado por El Rayo.
Como parte de los festejos de los 10 años del grupo, Mazzadi Arro volvió a reponer "Insoportable, el término de un largo día"; otras de sus propuestas que recorrió el país y que tuvo buena aceptación por parte de la crítica porteña.
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