Al momento de establecer parámetros de calidad dentro del amplio género del arte infantil, el nombre de Hugo Midón se destaca como un referente ineludible. Sin embargo, las creaciones del actor, director y dramaturgo van más allá de encasillamientos etáreos, transformándose en auténticas joyas para todo público, lo que le permitió alzarse (en reiteradas oportunidades) con varios ACE y Argentores, más el Premio Nacional del Teatro que obtuvo en 1994--1995. Desde el estreno de la exitosa La vuelta de la manzana en 1970, y pasando por sucesos como Huesito caracú, Vivitos y coleando, Locos re--cuerdos o La familia Fernándes, hasta su Objetos maravillosos --la obra que esta noche presentará a las 22, con entrada gratuita, en el festival del Centro Cultural Parque de España--, Midón sostuvo una línea conceptual en la que el humor es eje, y el respeto hacia el público un fundamento.

Así lo destacó en diálogo telefónico con Rosario/12, previo a su arribo a la ciudad para presentar un espectáculo que cuenta con la musicalización de Carlos Gianni, el vestuario de Renata Schussheim y la actuación del grupo Vocal 5 que integran Patricia Vázquez (mezzosoprano), Raúl Oliveira (barítono), Jorge Vázquez (bajo), Hugo Lasa y Horacio Pomer (tenores). "Nosotros a la seriedad la transformamos en humor y divertimento para los chicos --expresó--. El trabajo serio está referido a todo lo que tiene que ver con la temática, la elaboración, con la elección de la gente que lo va a hacer, con la producción de los espectáculos. Y sin menospreciar para nada que es para un público infantil, algo que nosotros hicimos con ese criterio desde el comienzo. Realmente al público lo valoramos más allá de la edad y la experiencia que tenga, por lo tanto apuntamos a eso, y cada espectáculo es un trabajo de elaboración, de ensayos tan serios y a fondo como cuando hacemos espectáculos para adultos".

-Lamentablemente ése es un concepto que no todos tienen al momento de elaborar una propuesta infantil...

- Claro, pero es raro... Pensar lo contrario es pensar desde un lugar casi... no solamente de menospreciar a los chicos, sino que ideológicamente es muy grave, muy serio. Si uno cree que los chicos, en algún aspecto, son menos que los adultos está pensando algo de mucha gravedad.

-¿Esa también es una de las clave por las que los adultos, quizás con otros códigos, disfrutan de sus espectáculos tanto como los chicos?

-El adulto disfruta a su manera. Porque nosotros estamos haciendo conscientemente un espectáculo que en sí tiene varias lecturas posibles, según la edad y la experiencia del espectador. De repente a los chicos más chiquitos le pueden quedar una serie de cosas, no tanto conceptuales, sino estímulos que vienen de la música, las situaciones, la actuación o el canto. Los adultos pueden apreciar eso, pero también algunas cosas más conceptuales, o sea que es para un público muy diverso. Y no es que el papá o la mamá tienen que ponerse en el rol de acompañante del niño para poder pasarla bien. No son guiños al espectador adulto los que hacemos, sino que realmente se trata de formas que tienen que ver con esa apreciación, de las diversas lecturas que se pueden hacer de lo mismo. Siempre lo comparo con un paisaje. La montaña y el mar son los mismos para los niños o los adultos. El cielo, las estrellas, la luna... la variante está en la manera de apreciar eso y qué hace uno con cada una de esas cosas.

En relación a las características de Objetos Maravillosos, Midón concluyó: "Es un espectáculo hecho con un grupo vocal, por lo tanto la parte musical es algo que se ha tenido muy en cuenta. De todas maneras no es un recital, sino que tiene el formato de muchas de mis obras, que son comedias musicales donde en cada cuadro se cuenta algo. En este caso con relación a objetos cotidianos, estos llamados objetos maravillosos. Son los objetos que de repente puede tener cualquier chico en su casa y con los cuales puede jugar y transformar en otras cosas, revalorizando de alguna manera esos objetos que nos acompañan toda la vida".