Domingo, 11 de abril de 2010 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › LLEGó A SU FIN LA EXPEDICIóN CULTURAL QUE NAVEGó HASTA ASUNCIóN.
Luego de anclar en su último puerto, el Paraná Ra'anga conoce otra etapa, la traducción de sus vivencias. Daniel García, Laura Glusman, Julia Solomonoff y Jorge Fandermole contaron sus ricas experiencias en esta nota con Rosario/12.
Por Leandro Arteaga
La expedición Paraná Ra'anga, actividad liderada por el Centro Cultural Parque de España, llegó a su fin. Días y noches de una travesía dedicada a reunir artistas y científicos de la Argentina, Paraguay y España, con el objetivo de recorrer los ríos de la Plata, Paraná y Paraguay. "Hacía falta la visión de Martín Prieto para soñar un proyecto tan poético, la capacidad de Graciela Silvestri para reunir a un grupo tan rico y disímil, y el apoyo del AECID para hacerlo realidad. Para mí fue un privilegio participar y es una enorme responsabilidad retratar esta experiencia inabarcable" señala a Rosario/12, desde Francia, la realizadora Julia Solomonoff.
"Argentinos, paraguayos y españoles bajamos del barco transformados, con una experiencia y una visión de la región que supera las fronteras nacionales, remontando un río que históricamente nos ha unido y que hoy ya no transporta pasajeros, pero en el cual veíamos constantemente entrar containers y salir cargueros de soja", agrega la realizadora.
"El viaje fue una oportunidad única, me encontré con un montón de gente con la que de otra manera hubiese sido imposible. Creo que, para el trabajo que hice, fue fundamental la contaminación entre todas las disciplinas, por la posibilidad de extender una forma de mirar y de comprender al mismo río", expresa a su vez la fotógrafa Laura Glusman.
"Creo que todos hemos logrado sentirnos bien. Agradezco el haber tenido el buen tino de aceptar la invitación", comenta el músico Jorge Fandermole. "Es muy importante destacar, en este sentido, a la gente que estuvo a cargo de la organización, considerando que es una experiencia que obliga a veces a situaciones a las cuales no todo el mundo está acostumbrado. Por ejemplo, hemos estado anclados bajo situaciones de tormenta en el medio del río, sin poder llegar a veces a los destinos en los momentos previstos".
"Una de las cosas que me impresionaron del viaje indica el pintor Daniel García fue particularmente la cuestión temporal, ya que estábamos viajando en un barco que se movía, aproximadamente, a una velocidad de entre cuatro o cinco kilómetros por hora. Eso nos introdujo en una dimensión temporal totalmente distinta. Avanzar por un paisaje a esa velocidad es muy diferente de lo que uno puede hacer recorriéndolo en auto u otro vehículo. Fue una de las cosas más sorprendentes al comienzo del viaje y de lo que más nos costó desprendernos al readaptarnos a la vida cotidiana y a su tiempo mucho más acelerado". De acuerdo con Solomonoff, "navegamos por un río vastísimo a la velocidad de los vapores de dos siglos atrás. Estuvimos suspendidos, en otro tiempo y en otro espacio, en la lenta observación del río y sus paulatinos cambios".
Según Fandermole, "el trasladarse río arriba de esa manera, con una temporalidad muy particular, con un barco muy lento, lo pone a uno en un plano de percepción y de lugar muy particular, que tiene más que ver con la temporalidad de los traslados de los buques cargueros o de las barcazas que llevan containers. En lo personal, creo que la cosa uno la va viendo internamente, desde la sensibilidad. Éramos diferentes personas con diferentes percepciones del río, algunos con un poco más de conocimiento por haberlo navegado. Para mí fue muy importante y enriquecedor poder establecer vínculos de comunicación real entre lenguajes tan distintos, establecer diálogos con gente que se dedica a la astrofísica, la geografía o la alimentación. Cada uno iba aportando cuestiones que se relacionaban con su disciplina respecto de la observación de lo que iba pasando. Por supuesto que el tema ambiental y toda la problemática es algo que estuvo presente en todo el viaje."
"Lo que me pasaba "añade Glusman es que justamente esto de lo interdisciplinario poetas, un ingeniero forestal, urbanistas, geógrafos, artistas visuales, historiadores, investigadores era como increíble. Lo que me fue surgiendo, a raíz de ello, fue la idea de pensar si entre todos estos saberes podríamos de alguna forma imaginar cómo podría ser el paisaje del río en el futuro. Como un ejercicio de imaginación. Con esa idea realicé un video, que se fue armando mientras navegábamos, mirando el paisaje, con los demás expedicionarios contestando preguntas".
"Surgieron diálogos entre poetas, historiadores y geógrafos, colaboraciones entre pintores e ingenieros, proyectos entre antropólogos, astrónomos y músicos, que evolucionaban con los días, creando puentes, conexiones, puntos de encuentro totalmente inusuales en un mundo cada vez más especializado y compartimentado", agrega Solomonoff.
"Lo que me interesaba "dice García es que fuera un viaje a través del río. Si me hubieran propuesto el mismo recorrido de ciudades por vía terrestre probablemente no hubiese aceptado, lo interesante era poder ver la continuidad del río a través de toda la región. Con respecto a eso realicé un registro fotográfico de distintos aspectos del paisaje, que ahora estoy subiendo a un blog (daniel paranaraanga.blogspot.com), donde estoy relatando día por día toda la crónica del viaje. Muchas de esas fotos están tomadas con la idea de transformarlas luego en pinturas. Además estuve haciendo una serie de dibujos, en acrílico sobre papel, unos ochenta o noventa dibujos y algunas acuarelas. También hay otro aspecto que me interesó, sobre el que estuve dibujando y que pienso pintar. Es un tema más bien simbólico, y tiene que ver con pensar el río como frontera, pero no como frontera entre una orilla y otra, sino como frontera mítica entre lo que está por arriba de la superficie y lo que está por debajo. Explorar distintas leyendas aborígenes, como las leyendas guaraníes que se relacionan con la cuestión del inframundo y de lo que está más allá, y considerar al río como una puerta de acceso a otro plano, a otro universo."
"Ha sido una experiencia realmente enriquecedora asegura Fandermole por abrirnos a otras maneras de ver las cosas. Pudimos encontrarnos en cada lugar con gente muy distinta y de ocupaciones muy diversas: los baqueanos del río en Paraná, la gente del Botánico en Oro Verde, los maestros queseros artesanales de Entre Ríos, los pescadores y su vínculo con la industria y su relación con la crisis ambiental. Hay una serie de cosas que uno va viendo en detalle a medida que se va hablando con la gente, y que se relaciona con la cultura de cada zona, con su producción, con sus problemáticas."
"También hice foto fija "señala Glusman , pero recién estoy llevando los rollos a revelar a Buenos Aires. Como es mucha la gente que estuvo produciendo cosas, también está la posibilidad de hacer algo con alguien más, con muchos más. Son cosas que se siguen debatiendo y hablando". Según García "es algo que uno tiene que seguir procesando todavía". "Este viaje es como un puntapié inicial para vincular dos ciudades que están unidas por una misma cuenca hídrica y, sin embargo, están muy separadas, ya que hay muy poco contacto con Asunción. De todos modos, es muy claro percibir que somos de la misma región cuando uno va por el río."
"Cada uno fue esbozando y bocetando ideas. Todos hemos tomado abundantes apuntes y notas que, seguramente, cada uno desde su disciplina va a ir elaborando. En algunos casos desde lo inmediato, y en otros desde el mediano y largo plazo. Creo que cada disciplina tiene su temporalidad en cuanto al modo en que va metabolizando esa experiencia", puntualiza Fandermole. "Como en todo buen viaje "agrega por su parte Solomonoff regresé con apenas una muestra de ese paisaje, y con la convicción de que es mucho lo que me quedó por descubrir. Volvícon algunas ideas nuevas, bastante información y muchas preguntas, con más de 120 horas de material, de las que surgirán trece documentales de 25 minutos, que intentarán reunir la experiencias del barco y las de la tierra, las realidades más acuciantes que encontramos en el camino, los reclamos de pescadores, de inundados, de los pueblos originarios, con los proyectos y anhelos para este vasto, rico, inagotable río".
Acerca de la problemática ambiental, García destacó que "proyectos como el de la hidrovía realmente amenazan con destruir el paisaje. Un paisaje no es una cuestión decorativa, sino parte de una cultura y del espacio vital de mucha gente que se nutre de él. Un paisaje es mucho más que un lugar bonito, es también una forma de encontrarse en el mundo".
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