Miércoles, 26 de mayo de 2010 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › CULTURAS. EL III CONGRESO DE LAS LENGUAS RECLAMó ESPACIOS DE PODER PARA PUEBLOS ABORíGENES
Del encuentro que congregó a más de mil personas salió la propuesta para que las comunidades originarias dejen de ser habladas y tomen su propia palabra en el Estado. Una de las consignas fue la "descolonización de la democracia".
Por Beatriz Vignoli
Ayer, 25 de mayo de 2010, hubo un buen motivo para celebrar: del III Congreso de las Lenguas, que convocó a más de mil personas desde el 22 de mayo hasta ese día en el Centro Cultural La Toma (Tucumán 1349, Rosario), salió la propuesta del pedido de representación de los pueblos indígenas en todos los estamentos del Estado argentino. Basada en el relato que hizo una de las ponentes, Alba Romano, sobre la legislación vigente en Australia y en Nueva Guinea, donde congresistas maoríes y de otros pueblos originarios se desempeñan en el Poder Legislativo y son funcionarios de otros estamentos oficiales en un porcentaje, o cupo, acorde a su proporción estadística demográfica dentro de las poblaciones nacionales, surgió esta propuesta que para uno de los organizadores del Congreso, Rodolfo Hachén, constituye "un salto del orden de lo político que puede impulsar todos los otros reclamos". La decisión conjunta fue elaborada por una mesa de trabajo en la que participaron representantes de comunidades y naciones originarias de la región y también procedentes -de Jujuy, de Formosa, del Chaco, del sur: Charrúa, Mocoví, Colla, Quom, Wichi, Toba-. Casi todas las naciones del territorio estuvieron representadas.
Evo Morales habló alguna vez de "la descolonización de la democracia" y por eso la Edición Bicentenario del Congreso trabajó esta idea como consigna: "Por la descolonización de la democracia". Hachén compartió con Rosario/12 su satisfacción por los resultados. "Me sorprendió porque fue muy bueno el nivel de profundidad de las discusiones. Se trabajó mucho la consigna, especialmente en el aspecto educativo, pero también en otras cuestiones como el género, la posesión de las tierras y la biodiversidad. Hubo una fuerte participación de las comunidades aborígenes, además de las organizaciones gremiales y otros organismos". El objetivo, ahora, según Hachén, es que, doscientos años después de "la constitución de lo que nosotros creemos que es un Estado genocida, el Estado argentino se reconozca como plurinacional y plurilingüe".
La "refundación de la República" postulada en el Congreso no se basa en utopías regresivas sino en el actual sistema democrático al que hace falta "descolonizar". "Y hasta que la participación política dentro de las instituciones públicas de representación no esté garantizada, cada vez que se aborden cuestiones relativas a las comunidades y las lenguas indígenas se estará hablando 'en nombre de'. Las leyes tienen que garantizar que a las cuestiones aborígenes las traten aborígenes", subraya Hachén, quien resume su propio accionar en términos de un "hablar con", pero considera que esto no es suficiente. Por eso otra consigna, "el pueblo quiere decir de qué se trata", guió la manifestación colectiva del 25 de mayo que se elaboró en el Congreso mediante talleres.
"Somos lo que hablamos", afirma Hachén. "Una palabra no es discriminatoria per se, sino que depende de una pragmática: cómo se usa, cómo la palabra circula en la dinámica social. Lo cultural incluye a lo social. En un sentido amplio (no restringido, no de culto versus no culto) la cultura socializa en un determinado grupo y es la forma en que, a través del discurso, se construye una realidad determinada. La realidad no es algo dado, y el discurso es la forma en que una determinada sociedad habla el mundo".
También es de vital importancia, según Hachén, comprender que "el neoliberalismo no es una estrategia económica, sino que el neoliberalismo es un proceso civilizatorio". En lo político, según el repaso de Hachén sobre las conclusiones y debates del Congreso, hay una falsa antinomia a revisar, aquella que opone igualdad a diferencia: "Igual es lo opuesto de desigual, en el sentido de los derechos; diferencia es lo contrario de homogéneo". Y esto se relaciona con un proceso de cambio que se dio a partir del fin de la Guerra Fría en todo el mundo. En Europa tuvo instancias violentas, pero aquí es pacífico. Este argumento puede resumirse diciendo que la reificación de la noción jurídica de igualdad ejercida a lo largo de la Modernidad habría alcanzado una suerte de culminación siniestra en la homogeneización producida por la globalización, la cual, paradójicamente, tiene un efecto benéfico: ser la condición de posibilidad de la emergencia de naciones más acá o más allá de las fronteras estatales. "Es el juego de la globalización: todo es un solo territorio y esto hace aflorar la cuestión de las naciones, que pone en tela de juicio a la frontera política moderna. La globalización cae en su propia trampa: al postular que somos todos iguales (en el sentido de idénticos) esto hace que yo tienda a rescatar la diferencia, porque la necesito para constituirme", concluye.
Hachén quien dirige el Instituto de Artes Contemporáneas de Rosario, Icaro, es parte del grupo de trabajo de docentes, estudiantes, artistas y trabajadores en laS lenguaS que viene organizando el Congreso de laS lenguaS desde 2004 (hubo una segunda edición en 2007, y va por más) y que incluye, entre otros, a la Agrupación Mapuche Wixaleyiñ y a Fernando Traverso (conocido por sus esténciles de bicicletas en las paredes de la ciudad). Como parte de la red, se ha sumado la Unión Aymara República Argentina (UARA), y entre los auspiciantes y adherentes figuran ATE, CTA Rosario, la Coordinadora de Comunidades del Pueblo Charrúa de Entre Ríos (CODECHA) y la Editorial Ultimo Recurso. Talleres, charlas, paneles, mesas de trabajo, proyecciones de videos, puestos de venta de productos artesanales y publicaciones independientes, espectáculos de danza, conciertos de música y presentaciones de libros fueron algunas de las actividades (Ver las listas completas de organizadores y actividades en www.congresodelaslenguas.org).
Algunos de los representantes de los pueblos originarios que presentaron ponencias y debatieron en el Congreso, fueron: Alfredo González, Ruperta Pérez, Roberta Catori, Elba Angel, Elena Ramírez, Abel Paredes, Juan Chico (Comunidad Qom); Clara Chilcano, Pedro Coria, Juan Carlos Martínez (Comunidad Mocoví); Nilo Cayuqueo, Pety Peciñan (Comunidad Mapuche); Paco Alanez (Aymara); Daniel Apaza, Antonio Jimenes (U.A.R.A. Unión Aymara República Argentina); Carmelo Sardinas (Comunidad Quechua); Clara Quirino, Víctor Tolaba (Comunidad Mbya Guaraní); Lecko Zamora (Comunidad Wichi), y Marcelo Luna (Coordinadora Charrúa). Además de ocuparse de las lenguas originarias en la educación, se trataron otros usos lingüísticos y culturales como los mensajes de texto ("Los SMS en la cultura", se tituló la ponencia de Bibiana del Corro, de Tierra del Fuego, Ushuaia) o las mal llamadas "malas" palabras: los representantes de la revista Barcelona prefirieron rescatar la noble palabra "improperio" (exenta de valoración moral) para hablar de "Ideología e insulto: evolución de ciertos improperios en algunos sociolectos argentinos". Lo cultural fue tratado en instancias tales como un foro acerca de las diferentes categorías y percepciones del tiempo.
También se abordaron situaciones de marginación cultural o se compartieron experiencias de remediación de tales desigualdades de otros grupos, no sólo indígenas: por ejemplo, los no videntes, o los niños, niñas, jóvenes y adultos que atraviesan situaciones de vulneración de derechos. Testimonios de la experiencia y la lucha del Movimiento Campesino en Santiago del Estero fueron compartidos a la par de los de vecinos autoconvocados en contra de los desalojos en Rosario. En resumen, el III Congreso de laS lenguaS permitió fortalecer y ahondar una conjunción de reclamos y luchas de quienes ya no se contentan con pedir, sino que apuestan a exigir y construir.
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