Sobre fines de 2009, Henri Latorre decidió convocar a algunos compañeros del teatro independiente con el objetivo de poner en escena Justo en lo mejor de mi vida, la obra escrita por Alicia Muñoz que esta noche, a las 21, presentará en Amma (Urquiza 1539). Más allá de las cualidades particulares del trabajo --características que podrán ser cotejadas los sábados de agosto, domingos de septiembre y sábados de octubre, en la misma sala--, en todo el proyecto hay un interesante valor agregado: la convocatoria de Latorre derivó en el regreso a tablas de algunos nombres fuertes del movimiento independiente surgido en Rosario en los 60.

"Pedí los derechos de la obra porque me interesaba mucho la línea dramática que tenía. Convoqué a actores que fueron compañeros de vieja data del teatro independiente. Nunca los había dirigido, los convoqué y felizmente han aceptado", relató el director, que desde hace algunos meses inició los ensayos junto a Chita Bochicchio, Norterto Gallina, Nico Juárez, Omar Tiberti y la joven Carina Labruna. "Son todos compañeros de fuste, y algunos hacía mucho tiempo que no actuaban, como Norberto Gallina, o como Nico Juárez, que estaba muy contento. Es un hombre de 75 años, un excelente actor, que cuando leyó el texto estaba enloquecido", narró Latorre.

Ilusionado con esta puesta, el director ha generado un grupo de trabajo marcado por la historia del teatro independiente rosarino, algo que destacó en su diálogo con este medio: "Veo que están trabajando y ponen un esfuerzo muy grande. La historia del teatro independiente viene de las viejas luchas por los principios, las cuestiones ideológicas, conceptuales. Yo vengo de la época del grupo El Faro, en los 60".

Más allá de que el espíritu se sostiene, de cara a esta nueva puesta Latorre no se ató a fórmulas recorridas en aquel entonces. "Esa cosa de los teatros que han trabajado en la época del teatro independiente, donde si bien siempre estuvo presente la lucha ideológica, eran acartonados y solemnes. Ahora, a 40 años, entramos en una variante, con una comedia que tiene mucho humor, mezclado con la ternura y la nostalgia. A veces nos resulta difícil enganchar esas cosas, pero para nosotros es un desafío".

La versión de Latorre aparece en una escena que, para el director, ha vuelto a aproximarse al teatro de texto, con propuestas como Esperando la carroza, Sacco y Vanzetti o Los días de Julián Bisbal. "Me alegra mucho que en el teatro de Rosario haya una movida interesantísima del viejo teatro de texto y que tenga una convocatoria importante. Yo adscribo a ese teatro de texto", explicó. Mientras tanto, en relación al trabajo desarrollado sobre Justo en lo mejor de mi vida, Latorre apuntó: "Me gusta muchísimo hacer análisis de texto y de los personajes, hasta sus últimas instancias, hasta las más mínimas cosas. También me gusta trabajar y dar soltura al ejercicio del movimiento. A su vez si bien señalo algunas cosas sobre el desplazamiento, dejo libertad en función de que los actores administren los espacios. Les doy libertad para que trabajen y dentro de esa libertad señalo lo que me interesa profundizar".

Como hecho auspicioso, el retorno de estos grandes nombres del teatro independiente estará enmarcado en una temporada de 12 funciones, lo que asentará el terreno para que Latorre siga sumando compañeros de ruta de cara a una nueva apuesta, sobre la que anticipó: "A raíz de este proyecto que se está concretando ya tengo prevista una reunión para ampliar el grupo de actores y empezar a trabajar con un espectáculo de mayor escala, un collage, un trabajo teatral hecho sobre textos, fundamentalmente, de autores nacionales. Me gustaría trabajar el absurdo, el humor negro, y también me gustan algunas cosas del hiperrealismo. Y algunos de los actores que se van a sumar hace muchos años que no hacen nada. Otros están trabajando. Es mezcladito, pero hay algunos rescatados que hace seis o siete años que no hacen teatro".