Domingo, 10 de octubre de 2010 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › LA OBRA DE FLORENCIO SáNCHEZ, OTRA VEZ EN LA COMEDIA DIRIGIDA POR ALICIA ZANCA Y HERNáN PEñA.
Reivindicando el papel popular de las comparsas y cierto aire brechtiano "Canillita", recupera el sainete y sus orígenes intervenidos por los cuadros musicales y se adentra en una versión más acotada y dramática de la comedia musical.
Por Julio Cejas
El viernes por la noche en el histórico Teatro La Comedia, recuperado por la Municipalidad local, Rosario volvió a resignificar una vez más parte de su historia y su idiosincracia a partir del estreno de "Canillita" de Florencio Sánchez que trascendió más allá de los homenajes y de los festejos del Bicentenario, y aún de la misma y notable puesta que dirigieron Alicia Zanca y Hernán Peña. En ese marco poco interesa reseñar los valores estéticos y la importancia del texto de Sánchez o la importancia de aggiornarlo en épocas como las que corren. El proyecto es lo que interesa, la decisión por parte de un ente oficial de hacerse cargo de una producción que es la pata ausente de una ciudad que se precia de ser una plaza importante de la cultura nacional y que salvo algunas excepciones no cuenta con empresarios que apuesten a la producción local.
El grupo de actrices y de actores elegidos en un casting que convocó a más de 180 artistas rosarinos, un grupo de actores que ya viene trabajando, algunos con más tiempo de experiencia, otros recientemente llegados a la arena teatral, todos demostrando la misma solvencia, la misma entrega. Esto interesa y por eso vale destacar nuevamente el fenómeno resignificador de lo que pasó este viernes en el viejo y reciclado edificio donde una noche del año 1902, el uruguayo Florencio Sánchez estrenaba una obra cuyo nombre pasaría a denominar a todos los vendedores de diarios callejeros.
Una vez más el tema de la memoria, en una ciudad que necesita la persistencia de estos actos y es justamente una obra de teatro, algo que para muchos no deja de ser un pasatiempo o un entretenimiento para pocos, la que invita a reflexionar acerca de la identidad. Reflexionar por ejemplo acerca de nombres como el de Hugo Salguero, uno de los tantos creadores expulsados por la ciudad y que retorna felizmente convocado para realizar una escenografía impactante que lleva su sello inconfundible.
Y junto a nombres de trayectoria, jóvenes creadores que fueron responsables de un apoyo técnico indispensable para el lucimiento del despliegue actoral: Federico Tomé en la asistencia de dirección, el ya reconocido creador Ramiro Sorrequieta en el vestuario, Leonel Luquez en la Dirección musical al frente de un destacado grupo de músicos integrado por Susana Rinesi, Favio Fuentes, Viviana Strano y Leandro Cortés.
La consigna de la propuesta: Tomar por asalto al espectador, recuperar el espacio integral de la sala, con músicos y personajes desplegándose por los rincones de La Comedia, un simbólico abrazo de la comunidad al teatro que acompañó su crecimiento histórico y cultural.
Clima de fiesta, clima de sainete, lo popular liberándose de lo populachero, auténtico clima democrático: todos se divierten quebrando la solemnidad de las grandes salas,no hay distancias entre el patio de butacas,los palcos, los balcones, el paraíso, todo un gran espacio compartido.
La música mezclaba recuerdos con aires de la tradición argentina y española, en ese teatro por el que desfilaron gran parte de prestigiosas compañias españolas de zarzuelas y donde precisamente una de ellas dirigida por Don Enrique Lloret estrenara "Canillita", quizás con un marco de público tan entusiasta como éste.
Los actores, siempre en escena, los actores, una constante a lo largo de todo el espectáculo. No hay protagonistas principales más allá de los que el texto de Sánchez propone, arriba en escena está todo el grupo de trabajo, los habitantes del conventillo, los vecinos y los chicos de la calle, el barrio, el pueblo, están siempre presentes.
Aparece en esta concepción el sello del actor y director Hernán Ledesma que nos recuerda su inolvidable trabajo de dirección en "Rosaura a las diez", toda una marca que caracteriza la estética de los integrantes del grupo local "La Comedia de Hacer Arte".
Nada mejor que destacar en un proyecto de esta magnitud la claridad en lo ideológico, sin divismos, sin protagonismos, como pocas veces se ve en escena: Lo colectivo apuntalando un esfuerzo auténticamente profesional.
Reivindicando el papel popular de las comparsas y cierto aire brechtiano en la "presentación" de los personajes y en especial el de "Canillita", el sainete recupera sus orígenes intervenidos por los cuadros musicales y se adentra en una versión más acotada y dramática de la comedia musical.
Otro acierto de esta versión es el tratamiento del personaje principal siempre en función de lo colectivo, otra vez lo colectivo, nuestro anti héroe no es solo Canillita, sino toda su pandilla,lo individual es trascendido por lo social.
El aprovechamiento de las paredes del teatro, otro homenaje, esas paredes respiran los aires de aquel histórico estreno y vuelven a incluir al espectador como protagonista de la historia en una puesta donde lo escenográfico siempre privilegia la apertura del drama interior para confrontarlo con la contiguidad de la social.
El público rosarino será el que complete el itinerario de esta persistente deuda con sus actores y creadores, por ahora la obra se podrá ver solamente durante el mes de octubre, todos los viernes y sábados a las 21.30 y los domingos a las 20.30 en el Teatro Municipal La Comedia.
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