Sábado, 30 de octubre de 2010 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. "UN CROTO", EL NUEVO UNIPERSONAL DE LAUTARO LAMAS
El actor rosarino tomó el riesgo de llevar al teatro los textos del célebre linyera de la ciudad. "Fue complicado por su métrica, porque es una poesía rara", explicó Lamas, quien se mostró satisfecho por el resultado final.
Por Edgardo Pérez Castillo
Inspirado en Cachilo y sus poesías, en la filosofía de Diógenes y en El Vagabundo de Charles Chaplin, el actor rosarino Lautaro Lamas volvió a encontrarse con Dionisio Luna, el personaje que creara hace ya algunos años y que hoy lo devuelve a la escena teatral con un nuevo unipersonal, Un croto. Anunciada como "obra teatral audiovisual", la puesta brindará mañana una función especial, cuando a las 21 se presente en el Teatro del Rayo de Salta 2991.
En diálogo con Rosario/12 Lamas narró el proceso de trabajo que derivó en este nuevo unipersonal: "Siempre me interesaron los crotos, pero no cualquier vagabundo, sino estos crotos medio míticos que rompen con algunos esquemas sociales, que salen de la sociedad, que están al borde. Sobre todo basándome en Diógenes, en los filósofos cínicos, que toman el despojamiento de todas las ataduras sociales, religiosas, económicas, para alcanzar el conocimiento y la sabiduría. Tomando esa figura de los crotos, y de Cachilo en sí, quería armar un trabajo teatral sobre el tema. Y si bien en la obra tomo las obras de Cachilo y algunas particularidades de su vida, no se trata de la vida de Cachilo, porque hay varios puntos de referencia que crearon a Dionisio Luna".
Culminado el proceso de lectura e investigación, Lamas se lanzó a la composición teatral, sumando para ello la mirada de Sebastián de la Vallina, que asumiría la dirección actoral. Desde entonces, el actor continuó con la búsqueda a partir de las devoluciones realizadas por de la Vallina, junto a quien pudo amoldar la poesía poco convencional de Cachilo. Al respecto, el actor apuntó: "Siempre está bueno escuchar los textos de Cachilo, porque son de una profundidad lacerante. Fue complicado llevarlos a lo teatral, por su métrica, porque es una poesía rara, entonces al principio hacía cosas y los textos quedaban sueltos, pero de a poco se fue consiguiendo la teatralización. Y esos textos de Cachilo están mezclados con textos de El Quijote de La Mancha y algunas frases del lenguaje callejero actual. Está bueno el recorrido que hace la palabra, haciendo un lenguaje único del personaje".
En tanto, el proceso establecido con de la Vallina fue similar al que Lamas entabló con artistas de otras disciplinas: "El trabajo tenía a su vez otras áreas, como la parte musical y los efectos de sonido, que trabajé con Guillermo de Caminos. Después trabajé las escenas filmadas con Ignacio Sánchez Ordóñez, y en uno de los videos, donde se narra el pasado del personaje, aparecen Emilio Deicas, Maru Lorenzo, Carlos Fenkel y Dora Undagoytía. Fue un proceso muy largo en el que trabajaba solo pero, a su vez, me iba contactando con otros artistas. Y Sebastián de la Vallina, si bien no ocupó el rol de director general de la obra, sí hizo la dirección actoral y cada vez que trabajaba con él la obra crecía".
Culminado ese extenso intercambio (que incluyó también algunos aportes de Dante Taparelli, que con su mirada incentivó y orientó al actor), Un croto tuvo una primer presentación en la sala teatral de la escuela Gurruchaga, en una función que no sólo marcó la reaparición de Lamas sobre los escenarios de la ciudad, sino además la de su personaje.
Sin embargo, Lamas distinguió: "En aquel momento Dionisio era un borrachín, como un clown, algo mucho más popular. Ahora es el mismo personaje, pero llevado a otra estética, a un lenguaje mucho más teatral y con algunas partes experimentales. Por eso mismo no sabía cuál iba a ser la respuesta del público en esa primer función. Porque no es un trabajo efectista. En algunos trabajos uno sabe qué esperar. Pero en esta obra no sabía cuál sería la respuesta. De hecho, hay gente que se rió, porque la pareció tragicómico, mientras que otros estuvieron nerviosos al ver determinadas situaciones del personaje, como cuando se embriaga y se enfrenta con el delirio. Ahora ya piso con más seguridad, me dí cuenta que el efecto que quería causar tiene su fuerza".
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