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"Hay una sola música: la buena, la que tiene forma y contenido". Con ese precepto, el musicólogo Marcelo Arce comenzó a romper con ciertas barreras temporales e ideológicas. Porque en sus amplias recorridas musicales, Arce desdibuja las fronteras entre lo popular y lo clásico, logrando espectáculos uniformes en los que Beethoven, Verdi y Mozart conviven con Beatles, Queen o U2 y con Piazzolla y Ginastera. Y son numerosas las recorridas planteadas por el musicólogo, que este año ya colmó El Círculo con De Verdi a Elvis, y que mañana regresará a la sala de Laprida y Mendoza para, desde las 21, concentrarse en las creaciones de Mozart y John Lennon.

"Este espectáculo es más puntual, es como un ping pong entre los dos genios a lo largo del tiempo, y los puntos de contacto entre ellos --apuntó Arce a este medio--. Todo surgió a partir de un reportaje que leí hace dos años, en el que le preguntaban a Lennon su opinión sobre la música de Viena. El dice: `Me encanta Mozart y estoy seguro de que si nos hubiésemos conocido, hubiésemos sido muy buenos amigos`. Eso me quedó picando, y a partir de ahí trabajé esta obra. Pero no se trata de algo serio ni declamatorio, es un espectáculo con pantalla gigante, con clips armados especialmente. Es un evento donde no faltan las sinfonías, el concierto, la ópera, y detrás de cada obra la unión que hay tanto en la vida real como en la vida artística de Mozart y Lennon. Que fueron dos artistas que, en muy poco tiempo, trajeron un soplo de vida nueva para la música".

Arce descubre asombrosos puntos de contacto entre obras separadas por siglos. En ese descubrimiento, permite el encuentro de distintos públicos y generaciones. "La recepción del público es fantástica en el sentido que les encanta la mezcla de lo moderno y lo clásico. Esto nos ayuda a juntar generaciones. Los más adultos de pronto reconocen en Lennon, a quien por ahí tienen visto de costado, a un genio, o ven sus verdaderos valores. Y los jóvenes descubren a Mozart. Es algo que me pasa como cuando vemos `Rapsodia Bohemia` en Entre Queen y Verdi, o Entre Queen y Beethoven. Para mí es tan válido un U2 como un Piazzolla, Bach, Schumann o el más grande compositor argentino y sudamericano que fue Alberto Ginastera. No hay distancias estéticas, en todo caso hay distancias técnicas".

Y si de Queen se trata, Arce ya se entusiasma con regresar a Rosario el año próximo, para presentar uno de sus trabajos más aclamados. "Ojalá pueda dar `Rapsodia Bohemia`. Es una función que siempre termina en una tremenda explosión de emoción, cuando se descubre el punto de contacto idéntico entre los acordes de la `Rapsodia Bohemia` de Mercury (esa especie de micro ópera que analicé hace tres años) y se mezcla con los acordes de `La Bohemia`, y cuando descubren que Mercury usan acordes de Liszt. Lo mismo sucede en el final de esta función de Mozart y Lennon, donde se juntan la Filarmónica de Viena, el Coro de Niños, los tres tenores, Mozart y Lennon en un tema que no se puede creer", anticipó.