Desde Santa Fe

El radicalismo cumplió ayer el último requisito para que Mario Barletta acepte la candidatura a gobernador en 2011 y formalice el anuncio en los primeros días de diciembre. Fue un operativo político a dos bandas. La convención provincial de la UCR aprobó por unanimidad que un radical encabece la fórmula del Frente Progresista el año que viene. Y un documento que los propios convencionales firmaron por separado puso el nombre del elegido, que no es otro que el intendente de Santa Fe. "Si alguien pronosticó controversias, se equivocó. Esta es gran muestra de madurez política", dijo el diputado Darío Boscarol, uno de los que operadores que trabajó a destajo.

La Casa Radical lucía como en otros tiempos. El salón de la convención colmado, militantes en pasillos y escaleras y el grupo más numeroso en la calle Rivadavia, que estuvo cortada al tránsito hasta la medianoche. "Es una gran alegría y satisfacción, esto me hace acordar a los actos del 83", festejó el concejal Jorge Boasso.

El plenario comenzó en horario radical, bastante después de la convocatoria, cuando los acuerdos ya se habían plasmado en un documento de siete puntos que reclama la "institucionalización" del Frente Progresista, promueve la tesis de la alternancia en el gobierno y ratifica que la fórmula de 2011 deberá ser encabezada por un radical. La convención no proclamó al candidato, pero los convencionales firmaron un segundo documento donde escribieron su nombre, que no es otro que el de Barletta.

Ahora, el intendente de Santa Fe "evaluará la posibilidad de aceptar la candidatura a gobernador y hacer su lanzamiento en los primeros días de diciembre", dijo el diputado Boscarol a Rosario/12. "Esto es una manifestación de madurez del radicalismo y búsqueda de consenso", agregó.

Boasso era uno de los más entusiastas por la parada radical. "Es una alegría, ver la convención con una asistencia casi perfecta es un logro espectacular en un partido que venía con muchos inconvenientes. Lograr la reunificación y el fortalecimiento de la UCR y convertirnos en una opción política de la sociedad es un objetivo inimaginable hace dos años atrás", dijo.

Adentro, el plenario sirvió también para la catarsis y el pase de facturas. Uno de los más críticos fue el convencional de Rafaela, Omar Emmert, que reprochó al socialismo sus picardías políticas, como "la falta de participación, visitas de funcionarios no programadas, trabajos sobre sectores nuestros, ninguneo en la confección de listas". "Si tenemos que apoyar al gobierno de Binner que sea un apoyo crítico para mostrar nuestra disconformidad", planteó Emmert.

Las críticas fueron compartidas por otros convencionales, aunque después suavizadas en el documento final de la convención. La UCR resolvió entonces promover "la institucionalización del Frente Progresista, la alternancia en el gobierno, y la integración plena de todas las fuerzas políticas para consolidar esta coalición; dándole sustentabilidad y previsibilidad a la misma", todo esto antes de las elecciones del año que viene. Reafirmó lo resuelto en el plenario del comité provincial del 15 de octubre, en San Justo, donde se decidió que un radical encabece la fórmula del Frente Progresista en 2011. Habilitó a la mesa partidaria a iniciar negociaciones con los partidos aliados que acepten esa condición. Y cerró con un punto significativo: "En consonancia con los lineamientos políticos expresados por los órganos partidarios, que han establecido pautas para las estrategias electorales de la UCR en los próximos comicios provinciales, departamentales y locales del año 2011; es que esta Convención entiende como imprescindible que los hombres y mujeres del radicalismo que se postulen a cargos provinciales, departamentales y/o distritales, como cabezas de listas; lo hagan de modo tal que resulte compatible con la estrategia adoptada por los cuerpos orgánicos partidarios, evitándose de esta manera dispersiones que atenten contra la unidad partidaria y debiliten el camino señalado", concluyó la convención.