Martes, 22 de febrero de 2011 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. YESTERDAY ROZARTE EXHIBE EN EL CCPE HASTA EL 6 DE MARZO.
Aún contando sólo con la participación de algunos miembros del grupo Rozarte, la muestra tiene la fuerza suficiente para ser leída y recorrida como alguna de aquellas exposiciones colectivas realizadas entre 1989 y 1997.
Por Victoria Ciaffone
"Aquí no hablamos de pasado, sólo de presente perfecto", anuncia la curadora Marcela Romer en el catálogo de Yesterday Rozarte, la muestra colectiva de los ex rozartes que podrá verse hasta el 6 de marzo en el Centro Cultural Parque de España de Rosario (Sarmiento y el río). En el espacio como de caverna platónica de los túneles, el excelente diseño de montaje sitúa nuevamente a Gabriela Aloras, César Baracca, Xil Buffone, Marcela Cattaneo, Hugo Cava, Raúl D`Amelio, Marta Dunster, Gabriela Gabelich, Aurelio García, Víctor Gómez, Gustavo Goñi, Cristina Olguín, Oscar Vega, Beatriz Vignoli, Francisco Vignolo y Germán Svetaz en aquel "Galpón".
Lo que antes se debatía colectivamente entre los integrantes, se hizo sentir en Yesterday Rozarte a través de diálogos entre sus obras individuales, surgidos desde la singularidad de cada uno de los artistas, desde sus creaciones contemporáneas. Cada uno de los participantes convocados parece seguir cumpliendo su rol de miembro Rozarte. Vignoli escribe en el catálogo, García diseña su tapa, Goñi toma sus fotografías, y aquella propuesta del hacer sobre obras de otros se sostiene.
César Baracca reescribe, en sus peculiares y auráticos mosaicos de tarjetas de crédito, imágenes icónicas de Tracy Emin o Andy Warhol, entre otros. Goñi construye un cuerpo fragmentario fotografiando a una modelo que posa como si su cabeza fuera una figura al óleo en bastidor recortado de Pedro Iacomuzzi. Beatriz Vignoli reformula en su videocollage el sentido de unos versos textuales de un poema de Leandro Llull. Por su parte Hugo Cava recorta manteles de hule buscando espacios, bifurcaciones, en una doble alusión al espacialismo de Fontana y a los bodegones de Schiavoni, dos maestros rosarinos.
La luz teatral de la pintura barroca, cierta manipulación de los cuerpos de los modelos, la presencia recurrente del rojo y de la figura femenina fragmentada o a medias encubierta emparentan la pintura reciente de Oscar Vega con las fotografías de Goñi. Los elementos primordiales de la naturaleza son el tema común a las pinturas de Olguín y Aloras. Por su parte Cattaneo y Buffone recuerdan el uso una vez más de lo líquido y el plástico transparente, como en "Subamos agua", la instalación presentada por el grupo en el Encuentro en La Cumbre de San Juan en 1992. Las flores que en la obra actual de ambas son contenidas en estos elementos, pueden leerse como ofrendas, lo mismo que las frutas y la tierra en la instalación de Svetaz.
Los límites difusos de las montañas y nubes de las acuarelas de Gabelich se articulan en su compleja instalación con las estalactitas caídas en un sofá junto a un texto que evoca el título de una canción de los Beatles. Gabelich, en obras anteriores, venía trabajando el texto en el espacio bajo diversas formas: cartelería luminosa, bordados enmarcados, y ahora lo cruza con una vertiente escultórica más reciente que imita formaciones volcánicas. Tanto Gabelich como las pinturas de Vignolo expresan la alegoría de fronteras que no se atraviesan materialmente, pero sí espiritualmente. En un tono muy distinto e irónico, lo religioso de la política es reapropiado y aludido en la pintura de Aurelio García, quien combina el motivo del mandala con las figuras de Perón y Evita, en una síntesis de iconografías ancestrales y kitsch político que viene desarrollando en su obra desde hace más de una década.
Las frases que inscribe Raúl D`Amelio en los soles negros de sus fotos intervenidas son textos crípticos para no ser leídos: "Ebrio el poeta injuria gritando al universo". Tanto en la obra de Víctor Gómez como en la de Marta Dunster, el video funciona en tándem con algo intrínseco a su registro (las piedras del piso en Gómez, los fotogramas en Dunster), y ambas obras requieren de la participación del público para cerrar el circuito.
Aún sólo contando con la participación de algunos miembros de aquel grupo, Yesterday Rozarte tiene la fuerza suficiente para ser leída y recorrida como alguna de aquellas muestras colectivas realizadas antes de la disolución del grupo en 1997. Horizontalidad y autogestión son categorías aplicables a este grupo que apostó tanto al trabajo en solitario del artista como al experimento lúdico de un colectivo, proponiendo siempre un circuito alternativo, la exhibición subterránea, las creaciones y muestras en lugares sui generis. "Pero el hecho de que seamos un grupo ni significa en absoluto que debamos renunciar a nuestras diferencias individuales", escribían en su primer texto público de 1989.
En el invierno rosarino de ese año, el grupo Rozarte tuvo su génesis a través de tres movimientos que se solapan: desechar el dogmatismo, repensar la producción artística a través de una resignificación positiva de las nociones de apropiación, relectura y homenaje, y elaborar un lugar dentro del mapa de arte rosarino. Uno de los temas centrales de las obras colectivas fue el éxodo. La de Rozarte no es la historia de los grandes relatos sino la de los detalles mínimos. Dentro de lo ecléctico del grupo, fue su modo de organizarse el gesto común capaz de trazar una huella de filiación posible. La noción de lo liminal como estado, como un permanente "estar entre" sirve para sostener tal heterogeneidad y elaborar un mapa que los ponga en contacto, incluso veinte años más tarde en una muestra colectiva.
Y es aquí donde se refuerza la idea de un tiempo único, de un "tiempo rozarte". Nada casual que la muestra culmine su recorrido con el video collage de Beatriz Vignoli, basado en los versos 1 a 6 del poema de Llull "El parrillero", que tratan acerca del padre y dicen: "El hizo el fuego, él hizo el viento y el parrillero". ¿Una alusión a los maestros? Los rozarte bien saben ubicarse en esa zona de indeterminación desde la cual fueron y son testigos, negociantes y creadores. Vuelven a ubicarse en ese lugar que jamás quisieron traspasar, más bien sólo habitar y divertirse. Los rozarte podrán haber dejado de estar en Rozarte, pero Rozarte jamás dejará de estar en cada uno de ellos.
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