En menos de un lustro, Aymama le dio forma a dos discos destacados. De hecho, a poco de su formación, el proyecto que integran Mora Martínez (voz y percusión), Florencia Giammarche (guitarra y voz) y Paula Suárez (piano y voz) obtuvo un Premio Gardel por su disco debut, en el que le daban forma a versiones personales de obras como Campo Afuera de Carlos Di Fulvio, Canto al Río Uruguay de Ramón Ayala o la Chaya de la albahaca de Armando Tejada Gómez y Cuchi Leguizamón. Para su segunda experiencia discográfica, el trío también decidió focalizarse en la música de raíz folclórica argentina, aunque con un denominador común: la obra de María Elena Walsh. Y será precisamente ese material el que esta noche presentarán en la Fábrica Cultural El Molino de Boulevard Gálvez y Pedro Víttori (en la ciudad de Santa Fe), y que mañana recorrerán nuevamente en la Sala Lavardén de Sarmiento y Mendoza. Ambas funciones darán comienzo a las 21.30, con entrada libre y gratuita.

En diálogo con Rosario/12, Suárez narró el proceso de creación de un disco que se publicó algunos meses antes de la muerte de una autora fundamental. "Este disco era un proyecto que teníamos en la cabeza desde hace un tiempo. Había pasado un poco más de un año de la salida del primer disco, empezamos a pensar concretamente en el contenido de un segundo material y reflotamos esta idea de dedicarle una obra a María Elena Walsh, algo que teníamos preconcebido. Era el momento para hacerlo porque las tres teníamos el recuerdo muy fresco de lo que había significado para nosotras María Elena, y no queríamos dejarlo pasar en el tiempo", explicó la integrante del trío.

En Las Aymama cantan María Elena Walsh aparecen obras como Zamba de los días, Chamarrita de Colonia, Barco Quieto, Sin señal de adiós, Las estatuas o la infaltable Como la cigarra, dentro de un repertorio que se completa con En el país del no te olvides, canción que Teresa Parodi compuso especialmente para el homenaje. En ese marco, el criterio de selección que primó en la confección del repertorio estuvo vinculado con la raíz folclórica presente en las obras de Walsh. "El principal criterio fue hacer canciones folclóricas, con estructuras folclóricas para poder comprenderlo dentro de lo que hacemos nosotras --apuntó Suárez--. Con éso se nos acotó la selección, porque cuando nos pusimos a revolver en la obra de María Elena Walsh nos encontramos con muchísimas más canciones de las que conocíamos. Cada una era más linda que la otra, pero no todas eran folclóricas. De todas maneras, también tuvimos que hacer una selección dentro de ese recorte, y empezaron a jugar también otras cosas, como con qué canciones nos sentíamos más identificadas. Realmente hicimos una preselección de bastantes temas, unos treinta, los tocamos, hicimos los arreglos y buscamos cuáles nos quedaban mejor. Así nos quedamos con los temas del disco".

Y si bien el trío se manejó dentro de ese espectro, también hubo margen para cierta relectura, según apuntó la cantante y pianista: "Nos tomamos algunas licencias. Para hacer la Serenata para la tierra de uno ahondamos un poco sobre qué significaba el ritmo de serenata dentro de la Argentina, dentro de América, e intentamos meterlo dentro de esa estructura. Y creo que la canción que más tergiversamos, por decirlo de alguna manera, fue Como la cigarra, que la hicimos más tirando a un rasguido doble".