Hace menos de una semana, Omar Serra volvió a los escenarios con un homenaje a Alejandra Pizarnik, profundizando así su vínculo con la autora. Con una estética que ya resulta distintiva en las propuestas del director, Poseídos entre sombras se presentará los viernes a las 22 en el Centro Cultural La Nave de San Lorenzo 1383, con las actuaciones de Augusto Zurcher y Daniela Ponte, a quienes se suma además el propio Serra, que adelantó las características de su trabajo a este medio.

"Es un homenaje que está basado no sólo en textos de Alejandra Pizarnik, sino además en otros de Samuel Beckett --apuntó el director--. La obra de Alejandra, Poseídos entre lilas, remite a Final de partida, de Beckett. Alejandra hace un trabajo de traducción, traduce la obra renglón por renglón a una especie de dramaturgia local, argentina. Ella va cambiando todos los fragmentos. Mantiene los personajes y diálogos, pero cambia los fragmentos por su propia dramaturgia. El resultado es una obra excepcional, que en muchos aspectos supera la obra copiada desde el punto de vista de la poética. En la obra de Beckett los personajes son re ingleses, distantes, fríos, flemáticos. En la obra de Alejandra son apasionados, raros, tienen más características de nuestra identidad".

A esa relectura, el grupo le suma la propia: "Nosotros, como siempre, hacemos una adaptación rosarigasina de todo lo que sean textos poéticos o dramaturgia. Aquí también, son dos personajes que están participando de una especie de encierro, el recurrente huis clos del teatro existencial, personajes encerrados en un lugar. Aquí estos personajes se llaman Car (o Carol) él, y Segismunda la mujer, que vendría a ser el femenino de Sigmund. Desde el vamos el personaje femenino es un alter ego freudiano. Esos dos personajes, como muchos de Beckett, juegan a pasar el día. Teatralizan sus propios conflictos. Por momentos no se sabe bien cuál es la relación que los une, pueden ser madre e hijo, hermanos, amantes".

- ¿Allí también entra en juego lo freudiano?

- Sí, es muy recurrente en Pizarnik. Ella pregunta por momentos le pregunta a Car: "¿Cómo está tu subconsciente, cómo está tu superyo?". Ella tiene muchos ribetes freudianos, y muchos aspectos de la escritora y poeta tan prolífica que fue Alejandra. Ella fue muy amiga de Silvina Ocampo. Acá también Alejandra, en esta Segismunda, está plasmando la escritora argentina, la mujer increíble y maravillosa que en cierta manera fue Silvina.

- Pizarnik es una figura que ya ha abordado en trabajos anteriores. ¿Se sostiene también la búsqueda estética que caracteriza a sus trabajos?

- Un poco yo me jacto al decir que he hecho la trilogía pizarnikeana. En el 2000 pusimos en escena La condesa sangrienta, con textos de Pizarnik y Valentine Penrose, hice Los poseídos entre lilas en 2006 y dos años más tarde La bucanera de Pernambuco. Puedo decir que soy erudito en su obra, pero simplemente porque me apasiona, como a muchos, y me llama mucho la atención toda su obra. En cuanto a la estética, creo que seguimos transitando la línea que se viene dando desde 1997 en la Compañía Sabina Beher. Estamos por un teatro experimental, sin costos desorbitantes, una forma de puesta económica a lo Grotowski. Y a lo crotowski. Esta puesta, como todas las que venimos haciendo, es un trabajo muy delirante, con mucha poética y juego visual, con mucha musicalidad. Espero que la gente se interesa y pueda tener una visión diferente de una obra de culto.