"Uno de nosotros es la pata de la silla que se escapa para vivir su vida. El resto del mobiliario lo condena: dice que destruyó el asiento tan necesario para que el mundo descanse de su propia nulidad. Pero la silla no ha dejado de ser silla, sino que es silla de tres patas. La pata que quiere vivir su vida ha decidido no sostener más el pesado trasero del mundo. Todo aquel que se siente sobre la butaca de tres patas caerá, se fracturará el tronco y las monedas se le caerán de los bolsillos. Uno de nosotros sentirá el alivio de no formar parte ya de ese living tapizado de gris oscuro". Estas mínimas líneas son un cuento: constituyen una de las minificciones que integran el libro Culonas, de Miriam Cairo (San Nicolás, 1962), publicado por la editorial cordobesa Abrazos Books.

"Los atributos de esta escritura parecen haber sido hechos para leer con la piel", escribe el escritor, músico de jazz y agrimensor Eugenio Previgliano (1958), autor de Alcohol para las heridas (Ciudad Gótica, Rosario, 2004). Previgliano dice que le gustan "los que están excedidos de peso, los que llegan tarde cuando no los esperaban, y los que se pierden en ciudades grandes".

Patricio Raffo (Rosario, 1959) es poeta y actor. Autor de los libros Restos inexplicables y Dios Hembra, participó en varias antologías. Lo que sigue es un fragmento de un relato suyo, escrito en una sutil zona de cruce entre la prosa poética y el cuento: "Ella ponía sus pies sobre mi falda y reía. Yo miraba cómo reía, escuchaba cómo reía, sentía cómo reía y yo reía junto a ella. Reíamos juntos mientras ella ponía sus pies sobre mi falda. Lo hacía como si en mi falda sus pies hubiesen encontrado el modo de detenerse finalmente".

Las tres obras citadas tienen en común que, antes que en cualquier otro medio, fueron publicadas en la sección Contratapa de Rosario/12. Gracias a ello sus autores, Miriam Cairo, Eugenio Previgliano y Patricio Raffo, colaboradores de esa sección desde hace años, se proyectan al mundo y convergerán el martes y miércoles de la semana que viene en un destino bastante inusual. Los tres fueron invitados al primer Congreso de Escritores en Babahoyo, provincia de Los Ríos, Ecuador, organizado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión" que preside Gary Esparza, en el marco del mes de la cultura en ese país. El académico ecuatoriano Manuel Ismael Duarte Bravo, de la Red de Docentes de América Latina y del Caribe, invitó a Cairo, iniciando la cadena. "Fue una convocatoria a traves de Miriam Cairo. A Miriam la conocen porque escribe con más frecuencia en el Rosario/12. Ella tiene la conexión", contó a este medio Patricio Raffo.

"Después se amplió la convocatoria: le pidieron que sugiriera otros autores, entonces ella me dijo a mí y yo le dije a Eugenio. Enviamos nuestros currículums literarios y fuimos bienvenidos. El nexo común es que los tres publicamos en la Contratapa de Rosario/12". Los organizadores les propusieron cinco temas para disertar. Eligieron tres. Cada uno, uno distinto: Cairo las minificciones, "que es lo suyo"; Previgliano, literatura y periodismo; Raffo eligió hablar de literatura erótica.

Raffo estudió teatro con Oscar Medina y tuvo el papel protagónico en la película Terminal, con guión y dirección de Claudio Perrín. Una película, si se quiere, bastante literaria: transcurre en el compás de espera de un sicario que aguarda la orden de matar. Raffo es amigo de Cairo y de Previgliano, y revela que "con Mirian y Eugenio hemos conpartido contratapas". La contratapa en colaboración también fue cultivada por Raffo en equipo con Beatriz Suárez, Fabricio Simeoni, Federico Tinivella y otros. Siempre por email, siempre sin posibilidad de echarse atrás. Un poco como en la improvisación teatral o musical, género este último que también practican a dúo Raffo y Previgliano, quienes han ensayado un show de canciones populares jazzeadas con el que tal vez se animen a sorprender a sus anfitriones ecuatorianos.

"Cuando compartís contratapas se genera una hermandad particular a partir de las palabras impresas en el diario", declara Raffo. "A veces escribe una parte cada uno, a veces se mezclan, pero siempre es preciso que exista un hilo conductor, un vínculo". La contratapa de Rosario/12 como espacio experimental de escritura literaria en conjunto ha dado frutos que la exceden. "Con Eugenio compartimos una serie de contratapas que derivaron en una nouvelle aún inédita", dice Raffo. "Escribimos la voz de una mujer en un departamento con un hombre que es su amante. A veces la voz de la mujer es Eugenio, a veces soy yo. Lo mismo con la voz del hombre". La palabra del otro abre el texto a lo inesperado y por eso la experiencia de la escritura compartida de esos textos que luego devienen contratapas "también se acerca a la vida", reflexiona Raffo. "A veces uno mismo toma rumbos insospechados. Yo valoro mucho este espacio porque permite hacer literatura pura. No creo que haya muchos espacios así en el país".