Después de haber trabajado juntos en Rosario, cuna de grandes, Liliana Gioia y Juan Carlos Abdo buscaron darle forma a una propuesta teatral que volviera a reunirlos. Posibilidad que, algún tiempo más tarde, les brindaría un caso real: el de una mujer de más de 70 años cuya hermana de 80, aún virgen, había sido violada. Así, lo que en principio iba a ser un monólogo, se convirtió en Hermana mía, querida, obra escrita en conjunto por ambos protagonistas, y que contó con la dirección general de Matías Martínez (y asistencia de Juan Pablo Giordano). Esta noche, a las 21.30, la obra se estrenará en Empleados de Comercio (Corrientes 450), donde volverá a presentarse los sábados 3, 10 y 24 de septiembre.

Con una propuesta que contempla la interacción con lo audiovisual --a partir del trabajo realizado por Matías Laglaive y Martín Fiumato, con actuaciones de Juan Junco, Silvina Santandrea y Eduardo Vercelli, entre otros--, Hermana mía, querida suma en escena a un coro de actrices y bailarinas de la tercera edad, que acompañan al periplo de Ester Mongiurno, una mujer mayor que protagoniza un ascenso mediático voraz y escandaloso. "Siempre tuve en claro lo que quería, que era hablar de la televisión --apuntó Gioia a Rosario/12--. Porque los otros medios me parecen más nobles. La gráfica, salvo Clarín y La Nación que tienen un discurso único, me parece que es mucho más abierta, más ética. Igual que la radio. En la televisión me da la impresión que el minuto a minuto influye tanto que es muy descarado esto de buscar audiencia al precio de lo obsceno".

En ese sentido, la actriz y autora remarcó: "Siempre me interesó ese tema, como así también la forma en que la televisión controla a las personas. Es una forma de control social tan importante como en otras épocas fueron la escuela, la penitenciaría o el psiquiátrico. Siempre me apasionó ese tema, y como a su vez la televisión me parece una herramienta fantástica para entretener, para informar, quería que la obra tuviera mucho audiovisual".

A partir de la utilización de una pantalla gigante es posible aproximarse a una Ester decidida a denunciar el ultraje al que fue sometido su hermana octogenaria. De la timidez inicial al desparpajo hay apenas un paso, lo que deriva en la llegada de la mujer al estudio de televisión. De allí surgirá la posibilidad de que conduzca su propio programa. A lo largo de ese periplo, el humor es el lenguaje que unifica las distintas situaciones. "Creo que tiene una gran efectividad", admitió la actriz rosarina.

Y concluyó: "No solamente lo logramos desde la dramaturgia que hicimos con Juan Carlos, sino desde la dirección impecable de Matías Martínez, que también intervino en la dramaturgia, la fue sintetizando, alterando los órdenes que habíamos creado. Matías maneja mucho el humor, nos reímos de cuestiones afines, gozamos con el mismo tipo de humor y conozco su eficacia en la dirección. Esta ponderación me viene no solamente de haber trabajado durante dos años en Esperando la carroza, que él readaptó, sino que lo veo dirigir en la Escuela de Teatro y las puestas que hace con alumnos de cuarto año son muy eficaces".