A diferencia del último enero, ése en el que desembarcó con algunos de sus monólogos, este verano no estará sola Andrea Fiorino. Habitual responsable de inaugurar las temporadas artísticas en la ciudad, esta vez la actriz y directora subirá a escena junto a Pablo Buniak, músico argentino radicado en México, que aportará el soporte sonoro en Canciones de ida y vuelta (y otros relatos), espectáculo que esta noche iniciará su ciclo de funciones semanales en el Café de la Flor.

"Pablo es porteño, estudió en Rosario y desde hace diez años vive en México. Ahora, por cuestiones de estudio, va a pasar unos meses acá, después se va y después vuelve otra vez, entonces se nos ocurrió hacer este espectáculo. Durante noviembre y diciembre hicimos funciones en Baraka. En la obra hacemos canciones de los dos países, canciones que nos gustan a nosotros. Además tiene que ver con que desde hace unos años voy a trabajar a México. Con Pablo compartimos el cariño por ése país, entonces decidimos hacer canciones y también algunos personajes, porque no soy cantante", relató Fiorino en diálogo con Rosario/12, delineando las características de una obra que continuará presentándose los sábados, a las 21.30, en el local de Mendoza 862.

"Yo le decía a Pablo que siempre es un buen intento hacer funciones en el verano en Rosario, porque la ciudad se queda con muy pocas propuestas, pero hay un público que se queda en Rosario, que puede salir, ir a ver algo. La ciudad se vacía de cosas, no hay tantas propuestas para ir a ver, entonces cuando en diciembre los chicos del Café de la Flor me propusieron hacer funciones en enero, se dio todo como para poder hacerlo", apuntó la actriz, que, en relación a la obra, profundizó: "El espectáculo se llama Canciones de ida y vuelta por esto de que uno nunca se va del todo. La elección de las canciones un poco la hicimos en función de nuestro propio gusto. Son canciones que nos gustan a nosotros y que a lo mejor representan a México en Argentina, porque allá se siguen cantando pero no son tan añoradas como acá. Canciones como 'Cielito lindo'. Después hay muchos tangos, boleros, boleros rancheros".

"A los personajes los elegí en función de éso --agregó--. Yo ya había hecho una mexicana, una mexicana muy Frida Kahlo, en el espectáculo Pequeñas terapias ilustradas. Y quería hacer una tanguera, logrando así dos personajes femeninos muy fuertes de cada país, y eché mano de un personaje que hacía en el espectáculo Anfitrión Cabaret en Buenos Aires, y es una tanguera como de cantina, de peña folclórica".

El compañero de escena de Fiorino, Pablo Buniak, nació en Buenos Aires, estudió piano y con ese título bajo el brazo se volcó a las comedias musicales, formándose en el teatro El Círculo. En ese terreno, participó de obras como Robin Hood, Frankenstein y Mina, che cosa sei? junto a Elena Roger. Radicado en México desde 2002, vuelve ahora a presentarse en Rosario, una ciudad donde también se formó en teatro (de la mano de Mirko Buchín y Oscar Medina) y canto (junto a docentes como Graciela Mozzoni y Maru Gayol).

Esa amplitud es la que permite que los roles de ambos protagonistas tengan sus cruces. "Tenemos canciones que cantamos solos y otras que compartimos. Además lo obligué a vestirse de mariachi (risas). En realidad no lo tuve que obligar, porque él tiene también ganas de divertirse. Entonces los dos hacemos las dos cosas. Yo me meto a cantar seriamente, algo que a lo mejor en mis espectáculos no hago nunca. Y Pablo interacciona conmigo con los personajes, tanto con el de la tanguera como con la mexicana, hacemos un breve sketch. Después canta, con un personaje, un popurrí mexicano. La idea del espectáculo es que sea más bien una fiesta, que la gente tararee con nosotros las canciones que recuerde. Desde ese lugar se requiere que los dos estemos en una actitud actoral", apuntó la actriz.

Y concluyó: "Creo que en el espectáculo se trasluce la relación que tenemos con Pablo. La gente que nos fue a ver a Baraka nos decía que se iba muy emocionada, y creo que tiene que ver con que nosotros lo sentimos como un espectáculo donde nuestra amistad se reúne con el afecto que podemos sentir hacia México, y por supuesto a la Argentina. Entonces éso se trasluce. Es un espectáculo muy cariñoso".