Mientras espera su turno para aparecer en pantalla nacional, luego de haber resultado ganadora del Concurso de Ficciones Federales del Incaa, La nieta de Gardel se proyectará gratis hoy y mañana (desde las 20.30) en el espacio Vinilo Café del Centro de Expresiones Contemporáneas. La miniserie de ocho capítulos fue escrita y dirigida por Gustavo Postiglione, que a la espera del vuelo que anoche lo devolvía a la ciudad desde Nueva York, respondió a las preguntas de Rosario/12 en relación a una ficción que se pasea por la mafia rosarina de la década del 30, por la Revolución Libertadora, la dictadura y los tiempos que corren, atravesado todo por la reconstrucción del pasado que intenta llevar adelante, precisamente, la nieta del Zorzal y Agata Galiffi.

﷓ ¿Cómo surge, y en qué contexto, la trama de La nieta de Gardel?

- Surge como idea hace unos cuantos años a partir de una propuesta que me hace Emilio Cartoy Díaz. El me propuso que escriba un proyecto de TV que tenga al tango o algo referido con el tango como protagonista. Entonces empecé a bosquejar las primeras líneas y con Emilio intentamos buscar productores para llevarla adelante. En un principio se pensó en filmar en distintos lugares del mundo y hasta con actores internacionales. En un momento un productor hasta me ofreció la participación de Robert De Niro, algo improbable pero que le seguía dando cierto glamour a la idea por más que no se terminara de concretar. Y se transformó en un proyecto que revivía cada vez que existía la posibilidad de conseguir productor. Hasta que llegaron los concursos de la televisión digital y allí vimos la posibilidad de presentarnos. Por suerte salimos entre los ganadores y nos enfrentamos a un desafío impresionante ya que no fue fácil asumir una producción de semejante magnitud. Pero la experiencia previa en hacer películas optimizando el tiempo y los recursos fue algo que nos animó a asumir el desafío. De hecho al ganar el concurso nos sentamos con Fernanda Taleb (productora del proyecto) y dijimos: "Esto parece muy complicado pero si lo hacemos bien podemos demostrar que se puede hacer ficción de calidad en la TV por fuera de Buenos Aires".

﷓ En ocho capítulos aborda temas que, ya individualmente, tienen una gran complejidad, como la Libertadora o la dictadura, pero además decide contar un período algo mítico de Rosario, como el de la década del 30, con personajes como Agata Galiffi, que para muchos están instalados en cierto imaginario fantástico. ¿Desde un primer momento le interesó trabajar esta amplitud de temáticas, períodos y personajes?

- Para mí mezclar la historia con personajes populares y mitos tan propios como Gardel, Agata Galiffi o el mismo Perón, mezclados en una historia al estilo film noir, significó un placer. Era jugar a meterme con la historia, inclusive alterarla con la impunidad que te da la ficción. Al jugar dentro del marco de lo ficcional me podía permitir licencias que serían impensables de otra manera. Que Agata Galiffi tenga una hija con Gardel, y que esta a su vez se haga montonera y tenga otra hija (la nieta del título). Y que a su vez la nieta se transforme en una femme fatale con los clichés del género y que la trama transcurra entre esas tres realidades creo que es algo muy atractivo para cualquier director. Y en esa articulación de épocas también aparece el cine como tema, ya que una lata de película es la clave de la historia y la que moviliza la acción de los personajes. Acá es importante destacar que La Nieta... está protagonizada en un 100 por ciento por actores locales, al igual que el equipo de realización. Y creo que estos actores pueden demostrar que están al mismo o mejor nivel que cualquier actor de los que estamos acostumbrados a ver en las pantallas que llegan a nivel nacional. Yo particularmente estoy muy orgulloso del equipo con el que he trabajado.

﷓ ¿Cree que experiencias como las del Concurso de Ficciones Federales impulsará nuevos modos de relato para la televisión argentina?

- Creo que estos concursos federales han abierto una puerta que se mantuvo cerrada por años y que significa por un lado generar fuentes de trabajo en los medios audiovisuales de las provincias posibiltándoles a actores y técnicos creer que desde su propio espacio, su propia tierra, pueden desarrollar su talento y vivir de su arte. Y por otro lado creo que esto también genera un nuevo relato o nuevos relatos directamente relacionados con la cultura de cada lugar, con la idiosincracia de cada lugar sin tener que mirar el espejo de Buenos Aires.