Un interesantísimo concierto tendrá lugar este próximo miércoles 30 de mayo, desde las 20, en el Foyer del Teatro El Círculo. Se trata de un programa íntegramente barroco, abordado con instrumentos originales, que estará a cargo del Ensamble D'Lirium. La joven agrupación (conformada en el año 2010) está integrada por instrumentistas rosarinos estudiosos de la música antigua, dedicados a la difusión del repertorio instrumental camarístico de los siglos XVII y XVIII.

Pablo Mantero, violagambista del conjunto, cuenta que el proyecto surgió casi por casualidad sobre fines del 2009, cuando la reunión por un concierto los llevó posteriormente a conformarse como grupo estable dedicado a las obras del período barroco. "Al comienzo contábamos con violín, traverso barroco, violoncello y clave; más adelante se irían agregando a la formación más instrumentos y voces. Para el presente año nos decidimos a realizar una de las obras más famosas del barroco alemán y de su compositor, el 'Membra Jesu Nostri' de Buxtehude (1637﷓1707). Al grupo estable del ensamble -﷓con Gustavo di Giannantonio y Albertina Conde en violines, Carolina Bugnon en viola da braccio, yo en viola da gamba, Claudia Di Giannantonio en violoncello y Juan Carlos Saez en clave﷓- se le agregarán en carácter de invitados las sopranos Adriana Sansone y Romina Amoruso, la mezzosoprano María de los Angeles Cámpora y el barítono Lucas Alvarez, junto a Leonel Lúquez en órgano, Eduardo Cáceres en archilaúd y guitarra barroca y Javier Moglione en tiorba".

Así, los integrantes cuentan con instrumentos antiguos, réplica de originales, de modo que cada perfomance intenta transportar a la audiencia a las sonoridades de los Siglos XVII y XVIII. Esta práctica de centrar la atención en la interpretación de la música antigua en pleno Siglo XXI ﷓-intentando emular la manera de toque, de interpretación, de ornamentación y de instrumentación de los períodos pasados-﷓ es una práctica sumamente compleja, que requiere un profundo y minucioso estudio de las técnicas de interpretación de cada una de las escuelas que en aquellas pocas convivían, como parte de las diferentes cortes.

A partir del Siglo XX, la tendencia a redescubrir estas sonoridades llevó a los músicos no sólo a investigar en el campo de la historia musical, sino en la parte práctica misma, intentando reproducir los instrumentos originales de esa época a través de réplicas elaboradas por luthiers especializados.

"Dentro del orgánico instrumental del grupo contamos con algunos de los instrumentos antiguos de cuerdas pulsadas. Está el archilaúd, que consta de 13 o 14 cuerdas, con una estructura parecida a la de un laúd pero con el mango más alargado, donde se ubica un segundo clavijero con una serie de cuerdas que quedan fuera de la tastiera, a modo de bordonas", explica Mantero.

Y agrega: "Sigue la tiorba, de aspecto similar al archilaúd pero con un mástil más largo aún, que consta de 14 o 16 cuerdas. Fue uno de los instrumentos más utilizados en el barroco para el desarrollo del bajo continuo. En esta ocasión, combinamos la sonoridad de ambos instrumentos, dando como resultado un color muy interesante para acompañar las voces. Y por último, está la guitarra barroca, de afinación similar a nuestra guitarra criolla, pero con cuerdas dobles y un tamaño mucho menor a la moderna. Como su timbre es mucho más liviano que los otros instrumentos de cuerdas pulsadas, es de gran utilidad para acompañar las arias de afectos más positivos".

Por su parte, Mantero se desempeña como intérprete de viola da gamba, instrumento de cuerda frotada de aspecto similar a un violoncello, con 6 o 7 cuerdas y con trastes (como la guitarra). "Esto se debe a que en sus orígenes la viola da gamba estuvo emparentada con el laúd, y por tal motivo muchos aspectos de su construcción y de su técnica de ejecución provienen de ese instrumento. Con un sonido más opaco y plástil que el violoncello, es de gran utilidad para acompañar voces no tan brillantes y arias con afectos tristes", explica.

En este concierto, y entre otras obras, ofrecerán en primera audición para Rosario el citado "Membra Jesu Nostri" de Buxtehude, como parte del ciclo de conciertos que auspicia Rotary Club Filial Rosario. "Dietrich Buxtehude fue quizás uno de los compositores luteranos más importantes del siglo XVII, reconocido principalmente como organista, y con un estilo que sentará las bases para los compositores alemanes que le precedieron, como Häendel, Mattheson, Telemann y J. S. Bach, entre otros", opina el músico.

"Una de las anécdotas más conocidas es que el mismo Bach decide viajar a pie hasta la iglesia en donde era organista Buxtehude, para escucharlo tocar y aprender de él. Dentro de las cantatas compuestas por él, el 'Membra Jesu Nostri' es una de las más conocidas. La obra está dividida en siete partes, una por cada parte del cuerpo de Jesucristo crucificado: pies, rodillas, manos, costado, pecho, corazón y cabeza. La estructura de los números es siempre la misma: una sonata inicial, un primer número, con textos extraídos de diversas partes de la Biblia, tres números ya sea de arias solistas o tríos con ritornello instrumental y, por último, se repite el número inicial".

Mantero resalta además que en líneas generales, una de las características más sobresalientes del barroco es la importancia del texto, ya que será lo que guiará a la música y a su manera de ejecutarla. "Dentro de esta idea, y para reforzar el contenido semántico del poema y el color propio de cada una de las voces, es que hemos elegido la variedad en la orquestación del bajo continuo, tratando de aprovechar al máximo los instrumentos con los que contamos: órgano, tiorba, archilaúd, guitarra barroca, violoncello y viola da gamba", concluye.