Después de la serie de funciones realizada a mediados del año pasado en el Centro Cultural Parque de España (sostén esencial del proyecto, a partir de haberlo premiado en su concurso de coproducciones), el espectáculo Un Dios que se va volverá a presentarse en la ciudad. Inspirado en textos del español Rafael Barret, el trabajo dirigido por Paula Manaker sostiene el cruce de disciplinas que es característico en las obras de la rosarina, ampliándose aquí con un elenco numeroso (y, lógicamente, interdisciplinario) y logrando una mirada visualmente poética de escritos que, un siglo después de haber sido escritos, no han perdido vigencia.

"Cuando me encontré con los textos de Barret flasheé, fue buenísimo. Tiene una escritura y una manera de transcribir un pensamiento que me parece alucinante. Pero, además, me resultó muy cercano", reconoce Manaker, que esta noche (a las 22) y mañana (a las 20), dirigirá su creación en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Cabral y el río). Y serán dos funciones para aprovechar: las características de montaje (que incluye la creación de una isla sobre el escenario) hacen de éste un espectáculo difícil de replicar, por lo que es incierta una fecha de reposición del mismo.

Sin embargo, tanto la directora como su elenco --que reúne a los artistas Gustavo Maffei, Marcelo Díaz, Juan Manuel Raimondi, Florencia Martinucci, Yerutí García Arocena y Ange Potier-- también encontraron en los propios textos de Barret un faro con el cual guiarse, según apuntó Manaker: "Hay un texto de Barret que señalamos un poco más, 'El esfuerzo', con el que nos identificamos y nos inspiramos bastante. Ahí dice que la vida es un arma. Para mí esa frase fue inspiradora. Después en otro momento dice que las fuerzas que el destino olvidó en nuestras manos son fuerzas de tempestad. Esa es una especie de inspiración que nos ha motivado mucho. Además cada uno de los actores se puso en este trabajo en algo que no es de su formación habitual. Todos nos pusimos en ese esfuerzo, y buscamos que en cada función haya algo de esa energía".

En esencia, en Un Dios que se va no se genera una réplica de los textos del escritor anarquista, sino más bien una relectura que tiene mucho de poético, y donde danza, actuación, música y dibujos en vivo aportan al todo. "La obra está inspirada en Barret, tiene que ver con cómo a mí, y al elenco, nos atravesó, qué cosas podíamos encontrar en conexión con algunas ideas que veníamos desarrollando. Una de ellas es la fuerza, la potencia del ser humano, hasta dónde se puede empujar esa fuerza", apuntó la directora, que resaltó además la vigencia de esos textos escritos entre fines del Siglo XIX y la primera década del XX.

"A cien años de la muerte de Barret, de ese pensamiento, en donde él pone todo un énfasis en lo que puede desear el ser humano (inspirado por el anarquismo), me interesa pensar esas ideas desde el hoy, habiendo pasado por las dos guerras mundiales, por todo lo que pasó en este último centenario... La verdad que es interesante volver a pensar en esa fuerza, qué posibilidades tenemos como humanidad, como seres humanos para desarrollar esa potencia. Todo ese pensamiento para mí es bastante contradictorio, genera polémicas y preguntas que son interesantes de explorar".

En cada función, con su entrada el público se llevará además un libro con textos de Barret, en una edición impulsada por el grupo y editorial Más Acá. Como recomendación, sin embargo, los creadores sugieren echarle un vistazo a los escritos previo al espectáculo, y para ello los ofrecen para su libre descarga en: undiosqueseva.blogspot.com.ar.