Domingo, 10 de marzo de 2013 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › "MOREIRA DELIVERY", EL CLáSICO SEGúN LA VERSIóN DE PABLO FELITTI
Felitti le da un giro al personaje mítico, tomando sobre todo su condición de paradigma del marginal. El individuo que empujado por el destino trágico que le dicta el contexto, queda implacablemente al margen de las normas.
Por Julio Cejas
"Alguien dijo una vez que hay mil Moreiras, y seguirán apareciendo", asegura el actor, director y dramaturgo local Pablo Felitti. El mismo recreó su propia versión de aquel mítico personaje creado por la pluma de Eduardo Gutiérrez y que se transformó en uno de los gérmenes del teatro nacional. En "Moreira delivery" que se reestrenó este sábado en el Teatro del Rayo (Salta 2991) y continuará durante este mes en el horario de las 22; el actor y uno de los fundadores de la Comedia de Hacer Arte, reemplazó el caballo por la moto y el facón por una nueve milímetros para dar vuelta el destino trágico de la historia original y anclarlo en un paisaje urbano y actual.
"Hacer una versión de Juan Moreira es abrevar en una fuente inagotable, una posibilidad que sólo permiten los textos que son pilares, hitos en la cultura de un país. Indiscutiblemente clásicos", explica Felitti a Rosario/12.
El creador de valiosas dramaturgias como "Una de Morenos" o "Patagonia y Olvido", trabaja sobre tres aspectos del emblemático Juan Moreira, en principio un gaucho matón al servicio de Alsina. Después aquel protagonista del folletín de Gutiérrez transformado en una especie de héroe romántico que cae en desgracia ante la justicia y finalmente el mito del cual se apodera el pueblo y llega al teatro, previo paso por el circo en forma de pantomima a cargo de los Podestá.
"Se trata de una traslación del personaje mítico a nuestra realidad de principios del siglo XXI, tomando sobre todo su condición de `paradigma del marginal'. El individuo que por decisiones propias, y más que nada empujado por el destino trágico que le dicta el contexto, queda implacablemente afuera, al margen de las normas que marcan los valores éticos y culturales que se imponen como aceptables", comenta el protagonista de la obra.
Pero hay un personaje real que se impuso a su "destino trágico" y en el que se inspiró Felitti para actualizar y resignificar aquel personaje mítico que cobra de esta manera una vigencia perturbadora.
"Me impresionó mucho una entrevista que le hicieron a Camilo Blajaquis, un chico nacido en una villa en el conurbano bonaerense, que cayó en las drogas y la delincuencia y en uno de los tantos institutos penales por los que pasó se encontró con un asistente social que lo inició en la lectura y le enseñó que "el no era un delincuente, sino una consecuencia", comenta el actor.
Camilo Blajaquis es el seudónimo de César González, considerado hoy el poeta de la Villa Carlos Gardel y que adoptó ese nombre por Camilo Cienfuegos, compañero de el Che en la Revolución Cubana y el apellido en homenaje al militante sindical Domingo Blajaquis,del que habla Rodolfo Walsh, en "¿Quién mató a Rosendo?".
"Camilo Blajaquis decía que en su barrio era mas fácil conseguir un arma que un libro y que gracias a ese asistente social, conoció a su referente en la literatura que es Rodolfo Walsh, por eso hoy, uno de los objetivos de la obra es mostrar este ejemplo, ante tanta derecha desbocada, mostrar lo implacable del contexto. Hacer un camino inverso al de la novela, este `delincuente' se salvó y no pasó por el destino trágico de Moreira", dice el creador de "Moreira Delivery".
Algunos elementos que Gutiérrez trabaja en su texto original,son retomados por esta nueva versión que recicla el tema de la desconfianza con el extranjero,en épocas de las épicas olas inmigratorias que se constituían en una competencia desde el punto de vista laboral y que en la actualidad adopta otros enmascaramientos.
"También aparecen el concepto de "justicia" ,encarnada por el juez de paz,el comisario o el jefe de partida, todos enemigos del gaucho,contra los cuales se ejercía esa "otra justicia" por mano propia, aceptada por todos los hombres de facón, y el rol de la mujer,sumisa,encargada de los quehaceres domésticos,incapaz de torcer su destino sin la protección o ayuda del varón." -agrega el realizador.
La obra estrenada a fines del 2010 fue encarada íntegramente por Felitti quien comparte desde el año pasado,la dirección con Hernán Peña y cuenta con interesantes aportes como el de Nerina Parisi en los aspectos estéticos que la conectan con el mundo del cómic.
"Nerina,propuso también el uso de fotografías en vestuario y escenografía, a través de una suerte de pecheras que se articulan sobre un vestuario neutro, y en la escenografía por intermedio de gigantografías aplicadas en paneles, presentando un "recorte de la realidad" de los diversos espacios donde se desarrolla el drama." -agrega Pablo Felitti.
En otros aspectos técnicos,colaboraron el fotógrafo Christian Frutos en la confección y el tratamiento de las fotografías por medios digitales , Ana Osella,especialista en danza y acrobacia aérea que coordinó el entrenamiento corporal del actor,Gabriela y Neli Di Franco en confección de vestuario y Gabriel Cejas en el asesoramiento sonoro.
Una vez más aparece el sello indiscutible de La Comedia de Hacer Arte cuyos ejes fundamentales siguen siendo el trabajo del actor,una poética accesible a todos los públicos,dispositivos escenográficos funcionales a la puesta y una revitalización del bastardeado concepto de "lo popular".
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