Mar 10.09.2013
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. NUEVA EDICIóN DEL PROYECTO RODARTE POPULAR

Viajar entre los maestros

Impulsado por la empresa La Mixta, el "primer museo rodante e itinerante del mundo" dedicará su tercera edición a Julián Usandizaga y Rodolfo Perassi, cuyas obras estarán reproducidas en 18 coches del transporte urbano de pasajeros.

› Por Beatriz Vignoli

Viajar colgados de los pasamanos de un colectivo ya no tiene por qué ser una experiencia aburrida. Al contrario, se puede convertir en una experiencia estética accesible para todos. El jueves pasado, en la explanada del Museo Municipal de Bellas Artes "Juan B. Castagnino", se presentaron las dos nuevas muestras del proyecto Rodarte Popular: una retrospectiva de Julián Usandizaga y una antológica de Rodolfo Perassi.

Bajo el título común de Maestro de Maestro, ambas exposiciones rodantes utilizan 18 unidades de la empresa de transporte La Mixta, que patrocina el proyecto, al que suman su apoyo varios sponsors corporativos. Con la presencia de los artistas y de la intendenta Mónica Fein, el curador Carlos Bartolomé presentó las dos muestras, que a través de reproducciones de buena calidad se verán en colectivos de las líneas 112, 115, 126, 127, 131, 132, 138, 139 y 140 durante los próximos seis meses. Además de Fein participaron en la inauguración el presidente de la Mixta, Matías Galíndez; el secretario de Servicios Públicos, Pablo Seghezzo; José Sánchez del Grupo Sancor Seguros, y Clara García, directora de la Agencia de Seguridad Vial.

Las 90 reproducciones de obras serán vistas por las más de 300 mil personas que cada día se trasladan en el transporte público. Rodarte Popular se anuncia como "el primer y único museo rodante e interactivo del mundo" en la página web de La Mixta (www.subitealamixta.com), donde además de las muestras anteriores de los fotógrafos Joaquín Chiavazza y Blas Persia, y del dibujante Juan Arancio, pueden verse y descargarse las dos muestras completas en formato digital, más las fechas y técnicas de las obras y una breve biografía de cada autor. Se trata de dos artistas y docentes rosarinos de extensa trayectoria, representativos, innovadores sin abandonar el amor por el oficio y muy queridos por la ciudad.

De Usandizaga se reproducen dibujos y grabados desde 1957, incluyendo sus autorretratos de 1953 y 2005; de Perassi, pinturas y obra en técnica mixta de los últimos 40 años: una amplitud temporal poco frecuente en sus exposiciones recientes, que pone en perspectiva su producción y que abarca la serena geometría de sus piezas de los años '80.

Julián Usandizaga nació en Juncal, Santa Fe, y se radicó a los 14 años en Rosario. Expone desde 1960. Rodolfo Perassi (Rosario, 1949) estudió arte en la Escuela Provincial Manuel Belgrano y en talleres particulares, entre ellos el de Julián Usandizaga. La influencia se detecta viendo las obras de ambos fechadas en 1968, donde es recurrente un redondo rostro solar o lunar característico.

En sus dibujos de fines de los '60 y comienzos de los '70, Usandizaga expresa una radiante alegría de vivir, plasmando visiones utópicas a través de planetas de fantasía donde todos los seres vivos, del reino que sea, están vinculados por tramas, redes y vasos comunicantes. Todo tiene rostro y sonríe. Resulta premonitorio de su nuevo lugar expositivo un globo aerostático en el que viajan comunidades biodiversas enteras.

Pero llegó la dictadura militar y se fueron los colores de la obra de Usandizaga, quien sobrevivió a una detención por motivos políticos.

Grises de denuncia de los horrores del genocidio fueron sucedidos por nuevos colores, que retornan barrocos y furiosos en sátiras alegóricas referidas a cierta obra del gran dramaturgo isabelino William Shakespeare: La tempestad. El dibujante rosarino se inspira en la interpretación que hace el cubano Roberto Fernández Retamar de la alegoría americanista que el uruguayo José Enrique Rodó construye a partir de los tres principales personajes masculinos de la obra: Próspero, Duque de Milán, desterrado a una isla junto a su hija Miranda; Calibán, el isleño nativo esclavizado por él y que no cesa de maldecirlo; y Ariel, un espíritu del aire que sirve de buen grado a Próspero. En los títulos de los dibujos de Usandizaga, Próspero es el nombre del opresor; la liberación dependerá de que triunfe la rebeldía de Calibán por sobre el sumiso Ariel. Los detallados nudos y tendones que en sus dibujos y grabados del período anterior simbolizaban los vínculos comunitarios, ahora representan las ataduras de la opresión.

Discípulo además de Juan Grela, en los últimos años Perassi "ha eliminado el concepto de pintura renacentista como cuadro ventana para proceder a un concepto diferente", como escribió hace un par de años Rosa María Ravera. "En sus pinturas ha aislado la mancha, la convirtió en islote, la separa de la unidad anterior para reinscribirla a su antojo, con la intervención (quizás esencial) del azar", añade.

Las reproducciones no permiten apreciar el espesor de sus soportes pero sí sus dinámicas composiciones recientes, que conjugan geometría con forma orgánica a la vez que toman prestadas, con permiso, citas de sus colegas locales. El resultado es un bricolage salvaje que fagocita y canibaliza toda una cornucopia de intertextos visuales: los lazos de amistad se materializan en una estética del vínculo y la comunidad.

Como opinó Usandizaga el jueves: "Podría ser que esto ayude a cambiar esa historia aristocrática del arte, y que la gente lo pueda sentir más cercano. Porque el proceso creativo es para todo el mundo, para toda la humanidad". "Ni yo ni Julián nos imaginamos llegar a tanta gente junta con nuestras pinturas", se asombró Rodolfo Perassi.

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