CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. CARLOS NúñEZ PRESENTARá EN ROSARIO SU DISCO DISCOVER
Nacido en Vigo, apadrinado por The Chieftains cuando tenía apenas 13 años, y reconocido como uno de los mejores gaiteros del mundo, el músico repasará un repertorio que ahonda en la música celta y sus conexiones con géneros diversos.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Reconocido como uno de los mejores gaiteros del mundo, figura referencial de la música celta en todo el planeta, Carlos Núñez recuerda con precisión el momento en que esos sonidos finalmente lo cautivaron. Tenía apenas diez años cuando en medio de una fiesta tocó el único tema que podía interpretar, pero que ya llevaba su firma: aunque sin título, la canción incluía fragmentos de otras obras, aunadas por el pequeño nacido en Vigo. Lo que ocurrió entonces lo marcaría para siempre. "La gente se volvió como loca, me decía que no pare, la gente mayor entraba como en trance. Sentía que había una energía positiva, muy alegre, y fue ahí donde sentí que tenía un don", rememora Núñez, en un diálogo motivado por la presentación de Discover, el disco que esta noche, a las 21.30, recorrerá en La Comedia.
Acompañado por Pancho Alvarez (viola), Xurxo Núñez (percusión) y Jon Pilatzke (violinista y bailarín de The Chieftains), el gaitero y flautista subirá al escenario de Mitre y Ricardone para repasar una trayectoria de más de 15 años pero, fundamentalmente, para cumplir con su legado. "En ese momento en que toqué por primera vez sentí esa llamada --apunta--. Por entonces mis maestros me decían: 'El gaitero es el guardián de un tesoro'. O: 'Carliños, tienes una misión, no se puede dejar que la tradición se pierda, hay que mantenerla viva'. Nosotros nos educamos en esa tradición. La gaita tiene mil años y en Galicia es una tradición ininterrumpida. Eso es un tesoro que en otros países se ha perdido, sobre todo en países como Inglaterra o Alemania, los países más protestantes, capitalistas. Ahora lo que les queda es soñar cómo pudo ser, pero ya son revivals, no es una tradición real".
En relación al repertorio, Núñez explica que girará en torno a Discover, de pronta edición: "Es un disco que hice un poco para explicarle cómo es nuestra música celta, cómo son nuestras conexiones de todo este mundo musical que hemos creado en estos años, a gente que no sabe nada de la música celta, de Galicia o de Carlos Núñez. Con todo ese mundo musical va a poder ver las uniones entre la música celta y el flamenco, la música clásica, las conexiones fortísimas y súper interesantes que hemos encontrado con Latinoamérica".
- De hecho, todos sus discos funcionaron para visibilizar esos enlaces entre la música celta y distintos géneros. Incluso para demostrar las variantes que la música celta presenta en distintas regiones, aún cuando están entrelazadas.
- Efectivamente. Estamos juntos creando un mundo musical que además es transfronterizo. Lo bonito de la música celta es que de pronto toco en una fiesta en Nueva York y vienen irlandeses, escoceses, mexicanos, argentinos, sefaradís, y me cuentan cosas que han sentido, cosas que los llaman de sus músicas y sus raíces. Eso es lo bonito, que no es una familia exclusiva, sino que siempre está buscando los puntos en común. La música celta nos ha enseñado a poner juntos a todos esos humanos y encontrar las conexiones, siempre en positivo.
- Pensando justamente en esos públicos diversos, que quizás no tienen una ligazón hereditaria con la música celta, ¿cuál es la esencia que hace que se vincule tan fuertemente con quien la escucha?
- Creo que la esencia de esta música es, primero, la magia, el misterio. Es una música que habita donde están los sueños, las cosas inexplicables. Lo importante además es lo que se siente. Es el misterio, la magia, el mundo de lo no racional. Hay que pensar que, más que un país, España fue un gran campo de juego entre dos energías: el Mediterráneo y el Atlántico. El Mediterráneo traía las ciencias, la guitarra, era un mundo racional, que sabía las fronteras de todo. En cambio el Atlántico era un misterio, era el más allá, el mundo de las leyendas. El encuentro de esas dos energías es España y Portugal. Eso viajó hacia Latinoamérica en forma de guitarra y de gaita. Pero en América ganó la guitarra porque era el mundo burgués, la estética barroca y renacentista, el capitalismo. En cambio la gaita acabó desapareciendo, pero ocultándose en otros instrumentos, como el acordeón, que en el sur de Brasil se llama gaita. Estas músicas celtas que llevaron los portugueses y españoles por Latinoamérica están aún escondidas, pendientes de volver a brotar.
- Diez años atrás, en una entrevista con Página/12 planteaba que estaban convirtiendo a la música celta en música universal. En la actualidad en Rosario hay un creciente movimiento de música celta, género que diez años atrás aparecía apenas en algunos grupos. ¿Cómo se da esa universalización de la música celta en otras partes del mundo?
- Bueno, en Japón me suelen preguntar cómo viven los argentinos a la música celta, ¡y aquí me preguntan qué sienten los japoneses! Creo que todos estamos trabajando conectados. De pronto León Gieco canta con nosotros el tango "Galleguita" de Gardel y lo canta con los Chieftains allí en Vigo. De pronto los japoneses también forman parte de nuestro equipo. Entre todos estamos haciendo algo universal, porque lo universal no tiene que ser sólo el cine o el rock and roll americanos. Estamos haciendo un lenguaje universal a base de algo muy auténtico, que son nuestras raíces.
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