"Antes era distinto. Tenía amigos, me gustaban los bailes, andaba por los campos sin dispararle a las personas. Muy andariego juí, doña Julia, y con amoríos en todas partes. (...) Muy andariego, sí, y áhura me quedo quieto y como escondido, como ustedes dicen". Este y otros parlamentos de José, el protagonista de la comedia Yacú﷓toro (Editorial Castelví, Santa Fe, 1958), trazan el autorretrato de un Lobo Estepario criollo. La obra fue escrita probablemente a comienzos de los años 40 en colaboración entre Fausto Hernández (1897﷓1959) y el autor español (radicado en Rosario) Elías Díaz Molano (1904﷓1990).

El título de la obra y apodo de su protagonista, Yacú﷓toro, es el nombre de un pájaro del nordeste argentino que según la leyenda popular vive solo y escondido en la selva (en realidad forma pequeñas bandadas); se indica en la didascalia que un ejemplar enjaulado del ave debe estar presente en el escenario toda la puesta. Es para José como un espejo, la única criatura en el escenario a quien dirige una mirada de simpatía. Es que José, el forastero, "posee las características psicológicas del pájaro", según los autores. Cuenta Díaz Molano en una nota de 1969 sobre Hernández que "el personaje es un poco él mismo, tan reacio a la comunicación sentimental".

Escritor, periodista e historiador, Fausto Hernández "fue un protagonista activo de la vida cultural de Rosario y al mismo tiempo mantuvo un lugar distante y solitario". Así lo describe Osvaldo Aguirre en su detallado estudio preliminar a Teatro. Obra reunida, libro publicado a fines del año pasado por Baltasara Editora como parte de su colección Patrimonio. La cuidada edición ilustrada de 284 páginas reúne tres piezas teatrales del autor y lleva al final una cronología, compilada por Aguirre y la editora, Liliana Ruiz. En el libro se incluye a Yacú﷓toro junto con otra obra de Fausto Hernández: Picoverde (Editorial Rosario, 1952) en lo que esencialmente es la reedición de su obra teatral El inventor del saludo, que el sello Librería y Editorial Ruiz le había publicado a Hernández en 1955.

Hija y continuadora de la labor del editor Laudelino Ruiz, Liliana conoció a Fausto Hernández "cuando era muy chica. Era un hombre muy reservado", cuenta a Rosario/12. "Lo que me llamaba la atención era su cabellera. Leo Gambartes hizo un dibujo que ilustra su 'Autocrítica' que representa la imagen que tengo yo de él", evoca. El dibujo de Leónidas Gambartes capta las tupidas cejas, la boca adusta, el pelo rebelde que la gomina no domina. Aquella "Autocrítica" (foto), cuenta Ruiz, salió en 1941 y fue el primero de una serie de autotextos publicados en la revista Paraná, que editaba Ricardo Montes i Bradley.

Picoverde es una pieza del género maravilloso, para chicos, también protagonizada por un ave, y que culmina con una discusión entre Picoverde y el Sol sobre el misterio de la poesía. El inventor... es un drama humanista sobre un payaso de circo, Charlot, que reniega de su "estar como un prisionero de todo y de todos" y ansía poder mostrarse tal cual es. La cronología está ilustrada con imágenes inéditas de la época: el autor y sus contemporáneos, notas en diarios, las tapas de sus libros y de las revistas donde colaboró. Liliana Ruiz atesora fotos y recortes que testimonian las amistades del escritor entre los artistas de la ciudad. Conserva la edición de 1943 del poemario Río, de Hernández por la Editorial La Canoa. Cuando Pablo Neruda, en abril de 1939, vino a gestionar ayuda para los republicanos españoles que estaban en los campos de concentración franceses, se sacó una foto memorable. De izquierda a derecha, posan: Lelio Zeno, Ricardo Montes y Bradley (de blanco), Fausto Hernández, Pablo Neruda, Delia Del Carril (pintora, esposa de Neruda) y Arturo Fruttero.

Entre muchos otros libros, Fausto Hernández es autor de una Biografía de Rosario y de una trilogía poética iniciada con Pampa (1939), cuyos otros dos manuscritos se perdieron. Fue periodista en numerosos diarios de su época, en todas las secciones menos Sociales.