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Decidida a ponerse en un terreno de riesgo, la directora y dramaturga Mariela Asencio determinó que, de cara a su nuevo proyecto, debía incorporar una mirada masculina. Así, y producto de la compartida admiración entre los creadores, fue Reynaldo Sietecase quien sumó su pluma para, en su debut como dramaturgo, darle forma a Malditos (todos mis ex), la obra que esta noche a las 21 se presentará en La Comedia (Mitre y Ricardone).

Protagonizada por Federica Presa, Ariel Pérez de María, Raquel Ameri, Federico Schneider, Marina Lovece, Hernán Herrera y Constanza Molfese, Malditos narra "la historia de una mujer que se cuenta a sí misma a partir de otras actrices", según explica Asencio a Rosario/12. "Ella empieza a recordar su pasado amoroso, que cobra vida a partir de otras actrices que la encarnan en otros momentos de su vida --detalla--. Ahí empiezan a aparecer todos sus ex, entonces la obra juega mucho con dos cosas: por un lado con la realidad y la ficción, porque ella está en presente hablando de su pasado; y por otro lado es la mezcla de la verdad y la mentira, porque es ella dirigiendo, digitando, lo que los otros tienen que ir encarnando. Cuando los otros lo encarnan aparece esa verdad, pero que está dada en un contexto ficcional: el de ella recordándose".

- Es un poco el modo en que elegimos ver nuestro pasado: en algún punto todos hacemos una manipulación de lo que ha ocurrido.

- Totalmente. De hecho para mí la obra no es su pasado, sino lo que a ella le quedó de su pasado. Qué es lo que uno vive? Lo que uno vive es como uno lo recuerda. Estos hombres que aparecen no son ellos, sino como ella los recuerda.

Decidida a esquivar la creación de un producto de excluyente corte femenino, con su determinación de sumar a Sietecase la directora logró que esa reconstrucción del pasado tuviera otros matices. "La obra interpela las relaciones entre hombres y mujeres, las relaciones de pareja, y cuando empecé a pensarla me dí cuenta que era mucho más interesante y peligroso si había una mirada masculina real --recuerda--. Pensaba que si escribía estos encuentros y desencuentros entre hombres y mujeres, la obra iba a estar muy limitada por mi propia mirada, y me parecía que había una peligrosidad que iba a adquirir el espectáculo, o el texto en un primer momento, si había un hombre poniendo en juego su imaginario y su energía masculina. Cuando me dí cuenta de esto, sin lugar a dudas pensé en Reynaldo, básicamente porque nos conocemos hace muchos años, y es una persona que admiro mucho cómo escribe. Me pareció que él era la persona indicada, por afinidad, para que me animara a escribir con otra persona. Y sobre todo para escribir sobre estos temas, porque su poesía también me parece que interpela mucho al amor, al sexo, a las relaciones".

En su recorrido, Malditos pone al espectador en situaciones disímiles, que pueden ir de la comedia a momentos de intenso dramatismo. Para la directora y coautora, la de "tragicómica" sería una descripción atinada. "En general el humor está puesto en la crudeza de lo que la obra propone --concluye--. Podría decir que son esas situaciones en las que no sabés si reírte o llorar. De hecho siempre decimos con Reynaldo que es muy llamativo que en una misma escena quizás ves a un espectador riendo y a otro llorando. La obra es muy abierta a cómo cada espectador la percibe".