La justicia ordenó que el máximo líder narco preso en el territorio provincial sea retirado de una celda de castigo y vuelva al pabellón donde estaba alojado. Ariel Máximo Cantero, más conocido como Guille, preso en Coronda luego de entregarse a mediados de 2013, había sido alojado en tres oportunidades en una celda de aislamiento. La primera explicación es que había sido en respuesta al hallazgo de celulares y notebooks en su poder, para resguardar su vida, y finalmente tras el procesamiento como líder de la banda de Los Monos. Sin embargo el director del Servicio Penitenciario no se presentó ante el juez quien solo pudo escuchar al director del penal de Coronda, que no convenció con los motivos. En este escenario el juez Ernesto Pangia decidió regresarlo a su lugar anterior. Fiscales, defensores y el juez entendieron que los funcionarios del área nunca justificaron el traslado. Al término de la audiencia el juez Pangia saludó al detenido estrechándole la mano, luego de saludar a sus abogados defensores del mismo modo, en un gesto por lo menos curioso. Un claro ejemplo que contradice los dichos del abogado defensor Carlos Varela que argumenta que a su cliente se lo debe juzgar como a cualquier otro.

La decisión de ayer no conlleva efectos prácticos, porque el mismo 18 de febrero cuando el juez Juan Carlos Vienna lo procesó como líder de una banda narco junto a su madre Celestina Contreras, fue aislado en Coronda para evitar cualquier reacción. Entonces su abogado Varela presentó un hábeas corpus correctivo para desandar ese camino. Pero lo hizo después de las 13 con lo cual no fue Vienna, juez natural de la causa, el que intervino sino el magistrado en turno Gonzalo López Quintana quien recibió el recurso.

Los fiscales Pablo Pinto y Florentino Malaponte acordaron con la defensa que regresara al pabellón, con lo cual solo estuvo allí un par de jornadas. Quedaba sin embargo la discusión jurídica acerca de quién debió haber intervenido.

Ayer en una audiencia oral y pública el juez Pangia fijó postura: Cantero "vio agravadas sus condiciones de detención" y quien debió haber intervenido en el hábeas corpus era Vienna.

Al término de la audiencia el abogado Varela dijo a Rosario/12 que su cliente fue alojado "en un buzón hace unos 30 días, en un lugar en el que no tenía contacto con otros detenidos y se lo privó de actividades y recreos a una hora por día contra las ocho horas diarias de los otros internos".

El lugar de encierro carecía de las condiciones mínimas de higiene, ni siquiera podía hacer sus necesidades fisiológicas en un espacio de dos metros por dos.

Según Varela, "el argumento nunca fue expuesto, y eso nos sorprendió. Es más el juez López Quintana pidió al director del Servicio Penitenciario, Pablo Coccocioni, que explicara por escrito los motivos por los cuales había ocurrido el traslado, y no contestó con fundamento. Después vino a declarar el director de la cárcel de Coronda, pero con citas vagas y sin fundamento. Nunca lo justificaron".

--El pabellón no significa un riesgo para la vida de su cliente?

--No, de ninguna manera, de lo contrario no lo hubiésemos reclamado por la vía judicial.

--Se dijo que en el pabellón su cliente manejaba celulares y computadoras portátiles, y que por eso lo aislaron.

--Es posible que los haya habido como los hay en cualquier lugar de detención del país. Es nada más y nada menos que eso. Lo que pasa es que todo lo que toca esta causa, de alguna manera toma un vuelo y una sobredimensión que no merecen.

--Pangia dijo en su resolución que quien debió intervenir en el hábeas corpus correctivo por el agravamiento de las condiciones de detención era el juez Vienna. Por qué no presentaron el recurso ante este juzgado?

--Porque nos anoticiamos de este agravamiento luego de las 13, así que se interpuso ante el juez en turno. Es nada más que eso.