Martes, 20 de mayo de 2014 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MUESTRA LA COLECCIóN EN FOCO 4
La frescura que aportan a la sala central del Museo Castagnino (Oroño y Pellegrini) una documentada selección de bocetos de la colección del Castagnino+Macro transforma temporalmente la visita al Museo en algo más parecido a espiar un taller. Si bien ya no se siente el olor a pintura fresca, porque se trata de artistas fallecidos (rosarinos, nacionales e internacionales, de los siglos XIX y XX) la muestra La colección en foco 4. Bocetos y apuntes, testigos del hacer artístico capta la inmediatez del gesto de los artistas modernos, a través de pinturas y dibujos que no fueron pensados como obra, sino como parte de un proceso de elaboración o aprendizaje.
Se pueden disfrutar los hermosos cartones que realizara en 1890, al óleo y al aire libre, el gran pintor napolitano Salvador Zaino (Pópoli, Italia 1858 Rosario, 1942), documentando con su proverbial sutileza cromática dos vistas de la ciudad de entonces: una barranca frente al río y una vista del Parque Belgrano. Los donó Aldo Lázzari en 1980.
Una curiosidad es el sorprendente boceto doble faz de Manuel Musto. "Era un cartón enmarcado que fue donado por María Laura Schiavoni, un estudio para la obra Parvas (1932), que ingresó al museo gracias a la sucesión Musto en 1941. El Instituto de Investigación, Conservación y Restauración de Arte Moderno y Contemporáneo lo desenmarcó y encontró en el reverso otro boceto: unos árboles resueltos con una paleta colorida, increíble. Se trata de un estudio de color y composición que podría relacionarse con la pintura Tarde de Invierno (1923). Ese hallazgo merecía mostrarse, así que la obra se exhibe del revés", señala la curadora María de la Paz López Carvajal.
En 1914, Manuel Musto viajó a Florencia, Italia, y estudió con Giovanni Costetti. Allí recibió influencia indirecta de la escuela florentina de los macchiaioli, o "manchistas", uno de cuyos principales representantes fue Giovanni Fattori (Livorno, 1825 Florencia, 1908), también representado en esta muestra. De otro rosarino ilustre, Augusto Schiavoni, que también fue alumno del taller de Giovanni Costetti, se exhiben (donados también por su hermana María Laura) unos estudios de rostro realizados bajo la supervisión de su maestro en 1915 y un boceto para su pintura Arroyo (1928), que representa el Saladillo.
De Domingo Candia, otro rosarino alumno de Costetti, formado además con André Lothe, se exhiben dos estudios realizados en París en 1976 (un año antes de su muerte), que revelan el elaborado trabajo con la forma que desarrolló en Europa bajo la influencia de Paul Cézanne.
Se exponen también bocetos del maestro rosarino Julio Vanzo, de los porteños Miguel Carlos Victorica y Pío Collivadino, y de pintores europeos Edmond Theodor van Hove, Jozef Israëls, Julien Dupre y Francisco Domingo y Marques.
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