El amor, la infancia, la dictadura vista con ojos preadolescentes, la paternidad, luz y oscuridad confluyen en Intimidades universales, el primer libro de Gustavo Lorenzati, que mañana a las 19 lo presentará en Plataforma Lavardén (Mendoza 1085) acompañado por Chiqui González, Susana Rueda y Raúl "Bigote" Acosta. Editada por Homo Sapiens, esta incursión literaria del reconocido locutor rosarino propone un recorrido por vivencias, ficciones y sentimientos que, reunidos, resultan "una manera de desnudarse públicamente", según apunta el autor a Rosario/12.

"Muchas cosas están ficcionadas, pero en términos generales son visiones personales --explica Lorenzati--. Tienen un período muy concreto, que va de 2011 a 2012. Como todo, el libro tiene su etapa de luz y oscuridad. En general el libro está como oscuro, pero siempre hay luz al final del camino".

Construidos en soledad sin pretensiones de publicación, los textos fueron revisitados por el propio autor tiempo después de culminados. Esa mirada distanciada le dio valor a Lorenzati, que recuerda: "Soy bastante crítico en todo lo que hago, pero cuando lo empecé a releer pero no me pareció tan mal. Lo puse a disposición de gente a la que respeto desde lo literario y todos me dijeron que estaba bueno para publicarlo. Ahí empecé con la idea de darle forma de libro. Y cuando lo revisé un poco tuve la sensación que lo que estaba escribiendo en realidad le pasa a todo el mundo, estaba hablando de una infancia que tuvo momentos de felicidad, de desamores, del éxtasis del amor".

"Me dio la sensación de que más allá de que lo cuente desde mi lugar, esas cosas son reflejo para cualquiera --agrega--. Es más, no tiene nada que ver con una cuestión generacional, las mujeres te dejan ahora igual que hace 50 años, te enamorás hoy de la misma manera que te vas a enamorar dentro de 30 años. Es la historia de todo el mundo. Hay algunos ensayos, algunos cuentos, pero todos tienen que ver con emociones".

Y así como es reconocido su estrecho vínculo con la música, Lorenzati sugiere acompañar cada lectura con un variado repertorio de canciones. Según indica el autor, la lista "es absolutamente amplia", aunque aclara: "La idea no es hacer un pastiche, sino que me parece que hay una amplitud de criterio. Y no tienen que ver con el texto, porque hay temas instrumentales, porque el clima de ese tema me sugirió que estaba bueno para acompañar al texto".