¿Cuál será la respuesta del público esta noche, ante el film que la sala Madre Cabrini anuncia para hoy a las 20.15 hs, el tan aplaudido y cuestionado Regreso sin gloria; obra que, en los tardíos momentos de su estreno, provocara largas filas, permanentes colas, y carteles en la boletería indicando "Localidades agotadas", hasta pasar a ser una película de referencia, objeto de diálogo en tantas mesas de cafés?

A pedido de Jane Fonda, quien en ese año 1977 se encontraba en uno de los momentos más reconocidos de su labor profesional, el realizador iba a ser John Schlesinger, a quien ya la crítica y la Academia habían galardonado por Perdidos en la noche, Como plaga de langosta, entre otros. Pero para los productores, un film que mirara críticamente aspectos de la Guerra de Vietnam debía llevar la firma de un realizador estadounidense.

Y el elegido para llevar adelante el proyecto de Regreso sin gloria, con guión de Waldo Salt y otros tres libretistas, fue Hal Ashby, quien ya había logrado la atención de la crítica por su film de 1973, El último deber. En nuestra ciudad, el nuevo film de este director debió sufrir un tiempo de espera. Y fue, que a partir de una polémica campaña en aquellos años, de apelaciones judiciales ante esa férrea censura que nos dominaba desde 1974, que finalmente se pudo estrenar en la sala del cine Gran Rex un 7 de enero de 1982, según nos informa Sidney Paralieu en su libro editado en el 2000, Los cines de Rosario, ayer y hoy.

En este film, que fue galardonado con el Oscar a las mejores actuaciones, Jane Fonda y John Voight, y al mejor guión (en el mismo año en que los premios al mejor film y director fueron concedidos a El francotirador, de Michael Cimino), se nos ofrece una visión pacifista y crítica del militarismo en los días del conflicto con Vietnam.

Si bien en un momento se pensó, tal como lo decían los medios, que el motivo central de la censura, en nuestro país, radicaba en el encuentro íntimo entre la enfermera Sally que interpreta Jane Fonda y el ex combatiente Luke Martin, afectado físicamente, postrado en su silla de ruedas, rol que asume admirablemente John Voight; lo cierto es, como lo afirmaba la revista "Humor" en su sección "Cortes y afanes", que su aspecto más rechazado era el retrato que ofrecía el personaje de Bruce Dern (este año lo volvimos a admirar en Nebraska, de Alexander Payne), su esposo, oficial de los Marines, quien con su decisión pone en crisis al mismo estamento institucional.

Film de resistencia a la hora de su estreno, marcado por los reclamos pacifistas de la época, Regreso sin gloria cuenta con una banda sonora que incluye temas de Los Beatles, Bob Dylan, Jane Joplin, Los Rolling Stones, Aretha Franklin, Simon and Garfunkel, entre otros.