"El arte no está muerto, solamente un poco enfermo", es el título de la esperada conferencia que dará mañana a las 19 el filósofo italiano Gianni Vattimo, acompañado por su colega Rosa María Ravera, en la sala central del Museo Municipal de Bellas Artes "Juan B. Castagnino" (Oroño y Pellegrini). El Castagnino celebra con esta actividad, que fue posible gracias a la colaboración del Consulado General de Italia en Rosario, el décimo aniversario de la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro).

La visita de Gianni Vattimo a la Argentina forma parte de los programas de formación conjuntos de la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (ADUBA) y el Departamento de Artes Audiovisuales del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). El prestigioso autor se encuentra en el país desde fines del mes pasado. Entre el 27 de octubre y el 6 de noviembre dictó cuatro seminarios en el Departamento de Artes Audiovisuales del IUNA y tres conferencias en las facultades de Filosofía y Letras, Arquitectura y Ciencias sociales de la UBA.

Si se pudiera resumir en dos palabras quién es Gianni Vattimo, y por qué despierta tanta expectativa la posibilidad de escucharlo, hay que empezar diciendo que él acuñó el concepto de "pensamiento débil" (pensiero debole), surgido en el contexto de la puesta en duda de los grandes relatos políticos y sistemas metafísicos que él y otros pensadores contemporáneos (como Jacques Derrida, Michel Foucault o Gilles Deleuze) desmontaron en las últimas décadas del siglo veinte, siguiendo el surco abierto en el anterior por Friedrich Nietzsche.

Su influencia en el arte y la estética de la Argentina es enorme. Con Vattimo como horizonte, críticos y artistas formularon alternativas epistemológicas relativistas ante eso otro que ahora queda en la vereda de enfrente: el pensamiento fuerte. En una lectura libre de su concepto clave (las interpretaciones libres y abiertas, por otra parte, son alentadas por la corriente postmoderna a la que Vattimo pertenece; de eso se trata el pensamiento débil) se inspiró el "Manifiesto frágil" (2000) de Rafael Cippolini, que concluye con esta consigna: "El arte es una manera frágil de ocupar el tiempo".

De modo similar a otros autores contemporáneos, Vattimo corrió una suerte común: la de quedar reducido (por pereza mental de sus lectores) al elocuente título de uno de los más de treinta libros que escribió, denominado, precisamente, El pensamiento débil (1983). Por eso es tan importante saber qué tiene para decir en persona este autor que a lo largo de las dos décadas recientes ha ido desplazando sus intereses cada vez más hacia los ámbitos de la política y la religión.

Otros de sus libros son El sujeto y la máscara (1974), La aventura de la diferencia (1980), El fin de la modernidad (1985), La sociedad transparente (1989) y Ética de la interpretación (1989), por nombrar solo algunos. También escribió, entre otros, El futuro de la religión (con Richard Rorty, 2005); ¿Verdad o fe débil? Diálogo sobre cristianismo y relativismo, con René Girard (2006); Después de la muerte de Dios (con John D. Caputo, primera edición en inglés, 2007); Adiós a la verdad (2009); Introducción a la estética (2010); El comunismo hermenéutico: de Heidegger a Marx (con Santiago Zabala, primera edición en inglés, 2011) y Sobre la realidad (2012).

Vattimo en seis líneas: "Frente a una lógica férrea y unívoca, dar libre curso a la interpretación; frente a una política monolítica y vertical del partido, apoyar a los movimientos sociales trasversales; frente a la soberbia de la vanguardia artística, recuperar un arte popular y plural; frente a una Europa etnocéntrica, una visión mundial de las culturas". Es incómodo. Y le encanta serlo.