CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. VEINTICUATRO POR TRES DE FACUNDO DE ZUVIRíA
El prestigioso fotógrafo, investigador y coleccionista argentino presenta tres series en el Centro Cultural Parque de España. "Me gusta la fotografía que tiene que ver con la creación de formas, ritmos y geometrías", asegura.
› Por Beatriz Vignoli
Veinticuatro fachadas comerciales simétricas de 8,66 metros, en el mismo estilo arquitectónico, cerradas sus tres persianas de fierro forjadas a comienzos del siglo pasado, fueron fotografiadas entre 2001 y 2003 en varios barrios porteños (Barracas, San Telmo, La Boca, Pompeya, Boedo, Palermo) y copiadas diez años después en blanco y negro en gelatina de plata sobre papel fibra. La toma (desde un punto perpendicular, a media altura) las iguala en el encuadre como la muerte iguala a los hombres en la poesía barroca. Resultan casi idénticas salvo por sus detalles: mascarones o guardas ornamentales originales, rastros de su vida anterior o de su abandono presente.
Esto es Siesta Argentina, un registro y un símbolo de "nuestra pequeña burguesía barrial que se derrumbaba en ese preciso momento": así la resume su autor, el prestigioso fotógrafo, investigador y coleccionista argentino Facundo de Zuviría. Junto con otras dos series más recientes, también de 24 fotos cada una, la saga integra Veinticuatro por tres, su muestra individual en las galerías del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), que puede visitarse de martes a domingos de 15 a 20 hasta el 21 de diciembre.
"La Siesta Argentina fue mi cable a tierra, el salvavidas al que me aferré en el naufragio que fue la crisis de 2001/2002. Cuando todo se desmoronaba, vi que empezaban a aflorar estos negocios cerrados, con persianas bajas", cuenta el autor, que obtuvo un premio Konex en 1992. "No tenía idea de que eso iba a llamarse 'Siesta Argentina': el nombre surgió luego como una inspiración. Pero sentía que estaba fotografiando los signos de nuestra angustia, y en ellos encontré una belleza rara, muda e incomprensible. Busqué esos signos con obsesión, rogando que fueran fotografiables, que no tuvieran un auto estacionado en la puerta, o un árbol que les creciera justo en el medio, u otra casa que impidiera mostrarlos solos, sus cortinas bajas con aire de clausura, cruzadas de graffitis, desvinculadas de su entorno".
"Me gusta la fotografía que tiene que ver con la creación de formas, ritmos y geometrías", comentó alguna vez Facundo de Zuviría, nacido en el año 1954 y reportero gráfico desde los 23. En su nueva serie, en color, reitera la frontalidad de las fachadas. Pero el objetivo de su objetivo ya no son los cien barrios de Buenos Aires, como también lo fueran entre 1984 y 1989, cuando trabajó con el Programa Cultural en Barrios (una iniciativa, en la recién recuperada democracia, por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires) o en su libro Estampas porteñas (1996). Ahora su ambición es recorrer las 23 provincias que nutrieron el libro Argentina. Dos Centenarios. 19102010. Editado por Laboratorios Bagó, aquel libro compiló fotos históricas de 1910 y las que tomó Facundo de Zuviría un siglo después.
Comenzando por el color (que de lejos irradia una gama de blancos, grises y tonos pastel: verde aguamarina, beige, rosa salmón, rosa viejo, celeste, amarillo patito, ocre claro) la nueva serie, que reúne fachadas tomadas en capitales de provincias argentinas, introduce una mayor medida de variación respecto de las otras dos series expuestas. La perspectiva estética formalista de la muestra omite las referencias explícitas: esto el domingo pasado llevó a un juego de adivinanzas entre los espectadores de la sala, quienes se preguntaban si esa bicicleta que pintó Fernando Traverso, formando una composición perfecta con la persiana verde y el cartel que dice "Almacén", estaría en alguno de los muchos barrios ignotos de Rosario.
La foto está en Facebook, es de 2012 y el epígrafe la sitúa en la ciudad de Resistencia (Chaco). Las fotografías de ambas series urbanas integran la muestra con la que se inauguró en marzo de 2014 la galería Rolf art, en Buenos Aires. La nueva serie fue titulada en Rosario como Frontalismo: tal fue título de aquella muestra de marzo, donde la serie de frentes en color se dividía en Frontal y Frontalito.
Alguna vez el poeta objetivista Daniel García Helder tituló a un libro suyo aún inédito como Tomas para un documental. Otro poeta objetivista, Martín Prieto, es el actual director del Centro Cultural Parque de España; no sorprendería la afinidad de la poesía objetivista con los espacios planos de Facundo de Zuviría, cuyos detalles son rastros enigmáticos sin más datos referenciales que los percibidos.
Fue Prieto quien tomó la iniciativa de emprender en 2010 una expedición fluvial por el Paraná, desde el delta del Tigre hasta Asunción del Paraguay. De Zuviría fue de la partida, que reunió a artistas e investigadores para producir cada uno su imagen del Paraná (Paraná Ra'anga, en guaraní), en un proyecto inspirado en los primeros cronistas y expedicionarios europeos que vinieron a América del Sur.
Recuerda el pintor y dibujante Daniel García que la lentitud del viaje cambió su sentido del tiempo. Exclusividad de la casa, los 24 horizontes que captó Zuviría en blanco y negro están todos a la misma altura exacta del plano. Esto hace del montaje una especie de película inmóvil, donde otra vez (como en Siesta Argentina) se destacan, sobre una constante fuerte, variables mínimas tales como la vegetación: más rala en el sur, más selvática al norte. Reúne las crónicas e imágenes de todo el grupo expedicionario el hermoso libro Paraná Ra'anga: un viaje filosófico, que puede adquirirse en la tienda de la galería.
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