Viernes, 8 de mayo de 2015 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. CéSAR DEBERNARDI PRESENTA CHICO DINAMITA AMOR
Después de ocho años, el músico cañadense volvió a publicar un trabajo de estudio junto a una nueva formación de los Killer Burritos, el proyecto donde siempre encuentra cobijo para desarrollar su riquísimo talento como compositor.
Por Edgardo Pérez Castillo
"La gente ya quería ver si el disco era verdad", bromea César "Coki" Debernardi, que con cintura de boxeador pronto esquiva los elogios. Es que, después de ocho años sin publicar canciones inéditas, el músico cañadense acaba de lanzar Chico Dinamita Amor, bellísima obra que llegó para calmar la ansiedad de un público que demandaba el regreso a las bateas del talentoso compositor, que siempre bajo el resguardo de los Killer Burritos (la banda que sobrevive como un concepto global capaz de sortear cualquier mutación) registró once canciones serenas, profundas, claramente personales.
Corriéndose de su característica visceralidad, Coki propone una nueva versión de sí mismo. Plasmado luego de algunos años marcados por numerosas actuaciones en vivo, el disco ya ha logrado buenas recepciones. "He tenido devoluciones muy amorosas de la gente, de mucho cariño, diciéndome que les había producido una enorme felicidad el disco. La verdad es la primera vez que me pasó que alguien me escriba para decirme éso. O yo me había olvidado de lo que era sacar un disco...", estima Coki, para de inmediato reconocer: "Estoy contento de no haberme dejado llevar por ansiedades que no eran mías, de haber esperado un tiempo más para que el disco tomara el color y la forma con la que quedó".
Más apegado a los escenarios que al laboratorio, Debernardi comprendió que, al fin y al cabo, había llegado el momento de dejar asentado el proceso. "No me gustan los estudios, no me gusta grabar, no me parece una cosa muy agradable. El vivo para mí es una cosa maravillosa que me da la oportunidad, junto a mis compañeros, de experimentar muchísimo con las canciones. Pero en un momento hubo que salir de ese lugar de comodidad que teníamos nosotros, el escenario y jugar permanentemente con las canciones, disfrutar mucho de ver a dónde nos llevan, y nos tuvimos que poner a grabar éso para que quede. Y recién apareció como una necesidad el año pasado. Por otra parte yo tocaba porque necesitaba plata, y la plata que ganaba no la podía invertir en el disco, era una cadena. Pero, además, tocar nos sirvió para fortalecernos como banda", explica.
Siempre has valorizado a la banda, pero los Killer Burritos fueron mutando a lo largo del tiempo, a nivel de formación, de instrumentación. Más que una banda, Killer Burritos parecería ser un concepto.
Es que siempre fue como un concepto para mí. De hecho ahora en la presentación del disco no está Franco Mascotti (NdR: guitarrista de los KB que participó de la grabación del disco) y toca Pablo Giulietti, y además está Isidro Llonch tocando otras guitarras, entonces hay un músico más. Y todo sigue andando perfecto. Es raro, cuando entrás al ensayo te das cuenta que hay mucha libertad para hacer las cosas, para moverse. Ensayamos con mucha libertad y alegría, y también con rigor. Incluso yo no estoy tocando la guitarra y está andando igual.
De hecho tu toque siempre ha sido muy visceral, mientras que este es un disco más sereno.
Sí, es un disco más cerebral. En el sentido de que está más centrado en los arreglos y en la composición que quizás en la energía. Que la tiene, pero va más por otro lado. Por suerte no es igual a Perdida (Epsa Music, 2005), que tiene dos guitarras y batería, y el disco en vivo (Viva Rosario, de 2013) es furioso, urgente. Este nuevo disco baja un cambio en ese sentido y gana en emotividad. Es lo que las canciones pedían. Las canciones tenían todas ese pulso.
Esta noche, a las 21.30, Debernardi recorrerá ese set de canciones tal y como quedara plasmado en el disco. Acompañado por dos nombres con experiencia --Tito Barrera en batería y Miguel Villalba en bajo-- y por los jóvenes Marcos Prieto (teclados), Giulietti y Llonch (guitarras), Coki actuará por primera vez en el Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), lo que permitirá una puesta teatral que se presume ideal para el lanzamiento formal de su Chico Dinamita Amor. "Va a haber una puesta muy linda de luces y videos. No presentamos el disco como Chayanne, porque no es la intención. No es un disco tan parafernálico, es tranquilo. Entonces la elección del lugar tiene que ver con que es un teatro hermoso, que suena bien", admite el cantante, que respaldado por la distribución de Music Shop ya planea una serie de presentaciones en Buenos Aires, Córdoba y otros puntos del país, mientras va cerrando un nuevo lanzamiento para el mes de julio: un box set que reunirá todos sus trabajos con los Killer Burritos.
Y será ésa una oportunidad de ratificar, como si acaso fuera necesario, toda la valía de Coki como creador, su capacidad de transformación, su conmovedora interpretación, su generosidad como líder. Elogios que, por supuesto, Debernardi sabrá esquivar como el inigualable Nicolino Locche, aún cuando su obra se sabe tan potente como la patada de un burro.
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