Oscar Moro ocupó en la música ese lugar que sólo los buenos conocedores saben apreciar en su justa dimensión (hasta que el tiempo, claro, se ocupa de poner las cosas en su lugar). Con versatilidad y talento, Moro prestó su timing y creatividad a la construcción misma del rock argentino. Primero con Los Gatos, en un mérito que algún despistado podría entender como pura ubicuidad en tiempo y espacio. Aunque con el correr de los años el baterista rosarino llevaría su impronta más allá de aquel grupo fundacional junto a Nebbia, Fogliatta, Toth y Galiffi, dejando su huella en otros proyectos esenciales: Color Humano, La máquina de hacer pájaros, Serú Girán y Riff. Desde mediados de los 90, las adicciones alejaron a Moro de los escenarios, aunque su marca era ya lo suficientemente profunda como para ser obviada. A pesar, incluso, de cierta falta de reconocimiento del público masivo. Y es allí donde entra a hacer justicia el homenaje que, esta noche y mañana, se desarrollará en el Galpón de la Música, con dos noches destinadas a devolverle brillo al gran Moro.

En esencia, el homenaje tuvo su disparador en Buenos Aires, a partir de la inquietud del baterista Roberto Becker, que propuso que el 11 de julio (fecha de la muerte de Moro, en 2006) se designara como el Día del baterista argentino. Poco después, su colega José Peralta, de Coronda, recogió el guante y presentó el proyecto en la Legislatura provincial, donde avanza a paso firme. El efecto dominó tuvo su continuidad cuando el músico rosarino Norberto Ramos aceptó la propuesta de Peralta de impulsar un homenaje en la ciudad natal de Moro, y sumó al baterista Omar Pogonza como partícipe necesario.

"Cuando José me lo comentó me metió la púa, y me fui derecho a hablar con Omar, que de esto la sabe lunga", apunta Ramos, que de entrada se entusiasmó con una apuesta de alto calibre: la de reunir un centenar de bateristas en el Monumento a la Bandera. Y aunque ese disparador grandilocuente no llegó a concretarse, finalmente se le dio forma a dos jornadas que valorizarán el legado de Moro para el rock argentino.

Tomando como sede al remodelado Galpón de la Música, la programación se lanzará esta tarde a las 19 con una clínica de batería a cargo de Oscar Giunta, que se desarrollará en paralelo con la inauguración de una muestra de fotos, vinilos y stands con instrumentos musicales y objetos. La proyección de un video con testimonios de artistas y amigos de Moro completará la jornada, mientras que mañana, desde las 21, el espacio de Paseo de las Artes y el río alojará al concierto central del homenaje, que contará con la participación del ex Color Humano Edelmiro Molinari, el propio Giunta y Juanito Moro (hijo de Oscar), a quienes se sumarán los músicos locales Bonzo Morelli, Nahuel Antuña, Ike Parodi, Sergio Alvarez, Lisa Polichiso, Marcelo Gallego, Willy Echarte, Sebastián Romero y Ricardo Vilaseca. Declarado de Interés Provincial por la Cámara de Senadores de Santa Fe, el show se desarrollará con entrada gratuita, y propondrá un recorrido por distintos períodos de la extensa trayectoria del baterista. Y tendrá, además, un atractivo de peso: la actuación en simultáneo de veinte bateristas.

Para Norberto Ramos, la variedad de la programación permitirá poner en valor la obra y talento del baterista rosarino. "Si faltaba algo para que se lo reconozca será este humilde homenaje --reconoce el organizador--. De hecho, dándole manija por las redes sociales, poniendo algunos temas de los grupos en los que él tocó, que fueron un montón, la gente por ahí se sorprendía porque no sabía que, por ejemplo, Moro tocaba en La máquina de hacer pájaros. Es una forma de conocerlo y de respetarlo aún más, porque en los grupos que estuvo dejó su sello. De eso no cabe ninguna duda".