CULTURA / ESPECTáCULOS › LAS ACTIVIDADES EN EL COMPLEJO ASTRONóMICO MUNICIPAL
Julio es Verne se da en el Observatorio y es como ingresar a un universo paralelo, con ventanales al verde y niños que crean robots o dibujan planetas. En el asombroso taller de robótica los chicos crean sus propios juguetes electrónicos móviles, reciclando desechos tecnológicos con herramientas mínimas.
› Por Beatriz Vignoli
Un viernes de julio, con sol, nada mejor que ir a darse una vuelta por Julio es Verne, el programa de actividades que el Complejo Astronómico Municipal ubicado en el Parque Urquiza (Montevideo y Chacabuco) ofrece con entrada libre y gratuita, desde el miércoles al domingo de las dos semanas de vacaciones, de tres a seis de la tarde.
Entrar al edificio del Observatorio (o a su ilustre vecino, el Planetario, que parece de lejos un OVNI posado en el radiante césped) es como ingresar a un universo paralelo, con ventanales al verde y niños que crean robots o dibujan planetas. En una mesa, un alienígena rojo corre dando vueltas sobre sus innumerables patas de cerdas de cepillo, entre insectos tornasolados que zumban y agitan sus alas de plástico. Es el asombroso taller de robótica que coordinan Ariel y Sofía, donde los chicos crean sus propios juguetes electrónicos móviles, reciclando desechos tecnológicos con herramientas mínimas.
A unos pasos de allí, en uno de los ambientes creados por la arquitecta Flor Cutro a partir de dos de las novelas más conocidas de Jules Verne (alias Don Julio), El Pibe Efervescente (Carlos Aguirre; los domingos viene Flor Balestra) guía a los pequeños dibujantes por una banda continua de papel blanco de 45 metros de largo que se va llenando de coloridos arcoiris, naves, cohetes, planetas y hasta un patriótico "astronauta argentino" (idea de uno de los chicos), que agita una bandera celeste y blanca en el espacio. Calculan que a ese paso se van a cubrir casi dos rollos al final de las vacaciones, logrando el abrazo o la vuelta al Planetario en 180 metros de dibujos.
Los chicos se inspiran sentándose en un espacio de lectura en forma de globo aerostático a leer las novelas de Verne que prestó la editorial Estación Mandioca, en sus hermosas ediciones ilustradas a todo color con nuevas traducciones por Beatriz Actis y Mario Méndez.
Quienes prefieran escribir sus propios cuentos pueden subir a la planta alta y participar del experimento Random, del equipo Espacio Lab, donde un dispositivo Kinect traduce los movimientos del cuerpo a constelaciones de imágenes y palabras extraídas de los libros de Verne. A partir de tales recursos, pueden crearse nuevos textos. A Hernán Ruperto corresponde el crédito de la idea, realizada por el equipo que coordina el artista plástico Gabriel González Suárez.
En la sala Copérnico, se puede disfrutar Los viajes de Julio un viernes, pieza breve de teatro para chicos basada en las más célebres novelas de la serie Viajes Extraordinarios de Jules Verne: Cinco semanas en globo (1863), Viaje al centro de la Tierra (1864), De la Tierra a la Luna (1865), Veinte mil leguas de viaje submarino (1869), La vuelta al mundo en 80 días (1873) y La isla misteriosa (1874). "Los abuelos de los chicos se fascinan; algunos son fanáticos de Verne", cuenta Alejandra Gómez, autora, directora y musicalizadora de la obra, donde las actrices y tramoyistas Laura Zamboni y Melisa Bisutti encarnan a dos cosmonautas soviéticas que en 1935 emprenden un viaje lleno de sorpresas que culmina ochenta años después, en el presente. La técnica del teatro negro aporta efectos fabulosos a los momentos subterráneos y submarinos del periplo, donde la generación intermedia puede captar guiños a los Beatles (además de un submarino Nautilus similar al Submarino Amarillo, hay un encuentro con una flora marina fluorescente que la selección de música orquestal instrumental subraya con un gran hallazgo: "Imaginate en un bote en un río, con árboles de mandarinas y cielos de mermelada", diría la letra ausente. Es un momento mágico). "¿Quién es Nemo? ¿El pez?", preguntará un personaje. Y le explicarán que no, que así se llama el capitán del Nautilus.
Además, con una entrada de $15 (jubilados $10; menores de 5 años no pagan), se puede acceder hasta las 16:15 al Museo Experimental de Ciencias o de 15 a 17 a las tres funciones del Planetario, de una hora cada una. Gratis, ya a la nochecita (de 19 a 21:30), si hay cielo despejado se puede observar el cielo mismo desde el Observatorio.
A todo esto, ya nadie sabe más muy bien quién fue o qué hizo Verne, aquel excéntrico escritor francés amigo de Alejandro Dumas hijo y del fotógrafo Nadar, que se propuso "novelar la ciencia" y pasó hambre de joven por no querer ser abogado como su papá; sin embargo, con lo que ganó gracias a sus novelas, se compró un yate que le servía de estudio flotante para viajar escribiendo sobre viajes. Existen muchas leyendas sobre la vida y obra de este "visionario" (hermosa palabra, muy oída en la tarde del viernes), pero no fue inventor como Leonardo Da Vinci y sí un novelista profesional del siglo diecinueve, de la época en que toda novela tenía como misión inventar un mundo y la lectura era el único entretenimiento. El siglo siguiente, ni bien nacido, celebró su obra llevándola al cine. Ya en 1902, el mago ilusionista Georges Méliès filmó una fantasía libre con un tema en común con uno de sus libros: Viaje a la Luna, hoy algo así como la madre de todos los efectos especiales. Este cortometraje mítico se proyectará en el Cine El Cairo del jueves 23 al sábado 25 de julio, siempre a las cinco de la tarde y gratis, retirando antes las entradas a partir de las cuatro de la tarde en la boletería del cine (Santa Fe 1120). La función continúa con ciencia ficción: se podrán ver Astroboy 2009 (el jueves), Planeta 51 (el viernes) y Wall E (el sábado).
"Todos los años trabajamos con Fernanda González Cortiñas en la Semana de la Lectura", contó a Rosario/12 Guillermo Ríos, director del CAM. "Tomamos a Julio Verne como el padre de la ciencia ficción; tiene que ver con nuestra propuesta en el Centro Astronómico Municipal. Luego de una primera experiencia en la Semana de la Lectura, hicimos un planteo estético. El Cine Público El Cairo (desde el Gobierno de la Provincia de Santa Fe) sumó su programación, con la Luna como tema, realizando postales y pins; nuestro equipo de Comunicación propuso la idea Julio es Verne y realizó el folleto del programa, todo con diseño de Joaquina Parma e ilustrado por Roberto Cubillas. Quedó redondito".
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