Domingo, 1 de noviembre de 2015 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › EL TRíO DE GENOVESE ACTUARá A LAS 20 Y 22 EN LA ESCUELA DE MúSICA DE OROñO 1540
Desde su llegada a la prestigiosa escuela de Berklee en 2001, Genovese profundizó sus vínculos con el jazz. Hace una década acompaña a la deslumbrante cantante y contrabajista Esperanza Spalding y ahora gira con Demian Cabaud y Francisco Mela.
Por Edgardo Pérez Castillo
El regreso a la Argentina de Leo Genovese es, en sí mismo, una gran noticia. Porque cada reencuentro con el pianista venadense permite vislumbrar el presente de un universo sonoro siempre en expansión. Esta vez, el pianista y compositor volverá a tener como laderos al contrabajista Demian Cabaud y al percusionista Francisco Mela (que dos años atrás también lo secundaron en su paso por Rosario), junto a quienes el pasado jueves actuó en el Bebop Club de Buenos Aires, como parte de una gira que tendrá su segunda escala en Rosario (esta noche a las 20 y 22 el trío actuará en la Escuela de Música de Oroño 1540, mismo espacio donde mañana los músicos dictarán talleres de improvisación). Luego llegarán actuaciones en Posadas, Resistencia, Foz de Iguazú, Santiago del Estero, Córdoba, Bariloche, Neuquén, General Roca, Bahía Blanca, Trelew y Paraná, dándole al trío la posibilidad de seguir redescubriéndose.
Al menos así lo entiende Genovese, quien desde hace una década acompaña a la deslumbrante cantante y contrabajista Esperanza Spalding. "Amén de todo el laburo que significa montar toda la odisea, estamos felices de poder encontrarnos con Demian y Francisco, de poder compartir música entre nosotros y con la gente que se acerca a vernos --confió el venadense a Rosario/12--. Estamos los tres en distintos continentes, pero es como un clásico, joven todavía, y es muy lindo saber que se va armando. Así que estamos felices y agradecidos por estos momentos. Estamos a la expectativa de ponernos al día, tocando en el escenario, contándonos cosas".
Desde su llegada a la prestigiosa escuela de Berklee en 2001, Genovese profundizó sus vínculos con el jazz, volcándose de lleno a ese terreno aunque sin perder de vista su paso por el rock argentino (y, fundamentalmente, spinetteano) y el piano clásico, pasos previos a que el joven pianista se iluminara con el fulgor de Chick Corea y Herbie Hancock para ya no abandonar esa voracidad jazzera.
Ese lenguaje es, en definitiva, el que marca cada encuentro musical de Genovese, un artista dispuesto a esquivar los condicionamientos. "Hace un par de semanas Demian me llamó y me dijo: 'Tengo tanta música en tu carpeta... decime qué vamos a tocar en Argentina, definime algo', entonces le dije que traiga toda la carpeta, porque siempre estamos revisando un poco lo que ya hemos hecho", ejemplifica Genovese, que amplía: "Además hace un mes acabo de grabar un disco con Jack DeJhonette y Esperanza Spalding, así que estaremos igualmente probando algunas de esas músicas nuevas. También me gustaría tocar algunas músicas de Demian y de Mela, invitarlos a que traigan sus canciones. Acentuando un poco también la temática de la paz. Más que nada ahora que nos enganchó la gira justo en el medio del ballotage, de la apertura de todo el mundo diciendo qué piensa, a quién vota, por qué sí, por qué no... Acentuando en la paz a través de la comunicación. Así que vamos a tocar un par de himnos latinoamericanos de la paz, que van a ser nuevos en el repertorio pero que van a tener, ojalá, la finalidad y la meta de acercarnos un poco a esa virtud".
- ¿Cómo analizás, a partir de la distancia que da el hecho de estar radicado en Estados Unidos, esto que sucede? Que puede leerse de dos modos: por un lado la apertura de la gente a decir lo que piensa (que creo siempre es saludable); pero por otro las rispideces que genera la manera en la que eso se dice, que es lo que en definitiva lleva a la confrontación.
- A mí una de las cosas que me duelen es ver, en la distancia, la distancia. Cuando un padre y un hijo no pueden hablar de política porque saben que el resultado será discordia, peleas, no llegar a un punto en común... A mí me alienta mucho la comunicación, las diversas posturas de todo el mundo. Me encanta que haya no dos o tres, sino tres mil posturas. Y más allá de eso, que tengan lo mejor, que sea el mejor para todos los argentinos, sin olvidarnos de ninguno. Está bueno, porque tenemos un gran laburo por hacer, como pueblo, como hermanos. Así mismo como los músicos con los que me gusta tocar a mí, que son abiertos, son ejemplos de escucha. Va por ahí el tema, mantenernos abiertos. Y sí, como vos dijiste: me parece fantástico que todo el mundo opine, que de alguna manera esté involucrado.
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