Desde julio, Anahí Schibelbein dirige la Oficina de Atención a Víctimas, en el primer piso del Palacio de los Leones. El equipo es reducido: el abogado Marcelo Parachu y Eleonora López, la hermana de Carlos, fallecido en la explosión de Salta 2141, son sus únicos colaboradores por el momento. Desde allí, donde la mitad de las consultas que reciben son por violencia machista, llevan adelante un acompañamiento "cuerpo a cuerpo" que -para ella- marca la diferencia en las respuestas del Estado.

Muchas veces, se trata de asesorar y acompañar para reclamar los derechos. Otras, de insistir una y otra vez en una fiscalía o un juzgado de Familia. Siempre, escuchar de una manera activa y comprometida para que la persona que fue víctima de cualquier atropello -venga o no del Estado- tenga una respuesta para afrontar la situación. "Hacemos un seguimiento permanente, casi cotidiano, con las personas que se acercan. Y cuando se establece un vínculo, se pueden apreciar distintas dificultades", expresó Schibelbein, que dirige esa Oficina como parte de los acuerdos de la intendenta Mónica Fein con la concejala María Eugenia Schmuck después de las PASO locales.

Schibelbein está convencida de que el tratamiento a víctimas debe ser personalizado, una "gestión artesanal", que vaya más allá de los protocolos de actuación. "Es imposible mantener rigidez, en cada caso hay que tener en cuenta las particularidades", apuesta la funcionaria, y considera que "esa diferenciación hace que las personas retornen, vuelvan, y sientan cierto alivio a su situación". Schibelbein considera que "el Estado tiene que cumplir con la obligación de reparación y para eso es fundamental la denuncia".

Justamente, la funcionaria está convencida de que "el estado siempre tiene que dar respuestas, es necesaria una escucha activa. No le podés decir a una persona que está afectada por el trauma que le das un turno para dentro de 15 días. Hay ciertas cosas que no las aceptamos. Ante casos urgentes, la respuesta debe ser inmediata".

Pero la Oficina de Atención a Víctimas no es la que brinda las respuestas del Estado, sino la que facilita llegar a ellas. Y consideran que una premisa es que, para resolver una situación, "baste con la mirada de uno de los profesionales, que no se obligue a la persona a repetir una y otra vez su situación en distintos lugares, porque mucho se habla de revictimización, pero eso es revictimización".

Por ejemplo, están trabajando con el tío de Gerardo "Pichón" Escobar, que apareció en el río Paraná el 21 de agosto, después de haber sido visto por última vez en la puerta del boliche La Tienda, golpeado por un patovica. "Nosotros no solucionamos las necesidades, sino que estamos constantemente en contacto con otras dependencias, como la Secretaría de Promoción Social, para facilitarle los trámites a quienes vienen a la oficina. Cuando alguien viene a consultar por un tema que no es de nuestra competencia, no los mandamos solos, sino que a veces los acompañamos, y les brindamos una escucha activa y la atención de vehiculizar su demanda", explicó Schibelbein. Para ella, no se trata de "soluciones magistrales, sino del compromiso".

Su convicción es que a partir del 10 de diciembre el área sea jerarquizada. "Necesitamos que se amplíe esta estructura, con recursos humanos y materiales, para poder atender la demanda", expresó Schibelbein, quien subrayó que vienen trabajando en conjunto con la Escuela de Psicología Social de España 288, para hacer derivación inmediata de los casos que requieren de atención psicológica. "Tendríamos que valorar positivamente que la gente, en situaciones de extrema vulnerabilidad, no sale con un revolver, sino que te pide un psicólogo", reflexionó Schibelbein, a raíz de lo que define como el "colapso de Salud Mental municipal" y afirmó que "no hay opción, el Estado tiene que dar respuestas".