El guitarrista Guillermo Rizzotto regresará a la ciudad para presentar su nuevo disco, La eterna memoria. Con esta obra, el músico rosarino radicado en Barcelona completa una trilogía de solo guitarra iniciada con su debut de 2006, y que dos años atrás tuvo un segundo capítulo con El sentido del paisaje. Y es el propio artista el que reconoce que esta nueva producción independiente marca un punto dentro de su búsqueda artística. "Para Este disco es un poco lo que me define y es, a la vez, el cierre de un ciclo --explica Rizzotto, que a las 21.30 recorrerá su obra en el Petit Salón de Plataforma Lavardén--. Quizás lo que viene es empezar a trabajar en un terreno firme. Sé lo que hice hasta acá, ahora buscaré trabajar en pulir el lenguaje, que mi música suene a Rizzotto, que tenga su personalidad".

Luego de la publicación de Vindu --un extraordinario material registrado en 2014 junto a músicos de la comuna noruega de Flesberg (Even Traen y Sivert Holmen en violines de Hardanger y Ashild Wetterhus en voz y lira de Kravik), con los que elaboró un interesantísimo cruce de lenguajes folclóricos--, ahora Rizzotto retoma una sonoridad intimista, cargada de silencios. "Este disco viene a ser para mí el más despojado de todos. Más que antes incluso, porque estoy saliendo un poco del rol del guitarrista que tocaba cosas con raíces folclóricas, es más una cosa de despojarse de estructuras que a veces son recibidas por inercia. Ahora lo siento mucho más auténtico. La música se aleja un poco de las influencias folclóricas para tener más influencias de las cosas que venía haciendo con otra gente, en distintos viajes", detalla el guitarrista, que concluye: "La eterna memoria tiene que ver con prestar atención a la intuición, a dónde te lleva al momento de decidir o de analizar algo".