"Nunca sabremos si nos estamos yendo, ni siquiera si existimos alguna vez", se lee en un texto de sala junto a la instalación performática Lo que quedó de nuestro amor, de Crudo, dúo integrado por Fepi Farina y Yuyo Gardiol, dos ex gestores de Casa Espacio en obra (el devenir chic trash de lo que fue en 2013 Viamonte Arte y Afines). El viernes, en plena inauguración del LXIX Salón Nacional Rosario en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino (Bulevar Oroño y Avenida Pellegrini), ambos trajeron en un flete al museo los restos de su espacio y los subieron al primer piso. Muebles, libros y objetos diversos se amontonan en su cosidad desamparada, como una mudanza puesta temporalmente en la calle. Por esa despedida artie se llevaron el premio institucional de 5 mil pesos del Fondo Nacional de las Artes.

Allá a lo lejos, en un video que se reproduce en otra sala pero que podría ser la voz del universo mismo explicando ese final, se oye cantar "Ritmo y blues con armónica" a capella por un preso de la Unidad Penitenciaria N° 11 en Piñero (Santa Fe): "Hoy empiezo a ver con más claridad a los que me rodean/ veo quién es quién y en quién puedo creer". El tempo es el de la versión original por Vox Dei. La epifanía es parte de Foto Crazy, cortometraje documental sobre el taller de ese nombre que llevó al exterior la sana imaginación y la expresión creativa de los internos de la cárcel de Piñero a través de la fotografía y la poesía. Valeria Galliso, Guillermo Ueno y Patricio Carroggio firman el video, que registra el trabajo de mucha gente en un lenguaje visual que reúne diversos espacios en el plano: "Utiliza los superpoderes que hay en tu interior", le "ordena" en otra escena un integrante del taller a la niña telekinética del film Stalker (La zona), de Andrei Tarkovsky. Foto Crazy ganó unos merecidos 13 mil pesos como Premio Estímulo de la Fundación Castagnino para artistas emergentes, monto destinado a la realización de un proyecto artístico a exhibirse en el Macro (Museo de Arte Contemporáneo de Rosario) en 2016.

El Jurado de Premiación, compuesto por Alejandra Aguado, Ana Gallardo, un miembro del Concejo Municipal de Rosario, un miembro de la Fundación Castagnino y Marcela Römer (directora del Castagnino), decidió además otorgar el Primer Premio Adquisición de 70 mil pesos del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe, FUNDAR y Fundación Castagnino a 376 proyectos para ser un poema, instalación de La Magdalena de Hoy (grupo rosarino integrado por Ernestina Fabbri, Eliana Bianchi y Franca Di Iorio). El Segundo Premio Adquisición de 30 mil pesos de la Municipalidad de Rosario fue para Irina Kirchuk (Buenos Aires, 1983) por su obra tridimensional Politeísmo, realizada con cuatro calefactores pintados con esmalte industrial. A excepción del mérito que tiene intervenir con calidad artística y social una institución total como la cárcel, tanto en el primer caso como la sensación que dejan estas otras dos decisiones es que se premiaron las trayectorias, la gestión o el prestigio, más que la solvencia formal.

Entre los proyectos presentados por artistas de todo el país, el Jurado de Selección, integrado por Noëlle Lieber, Manuel Quaranta y Leandro Comba, eligió además otras 15 obras. Pueden verse dos pinturas geométricas abstractas: Paisaje de San Juan, de Leila Tschopp, y Extraña forma de dominación, de Pablo Sinaí; y una escultura en ese estilo, Bicho 1, por la reconocida artista porteña Marcela Sinclair.

Asombra una instalación procesual de María Sol Quirincich, que bajo el título Todo lo que tu recuerdo me trajo presenta una biblioteca personal deshaciéndose en literales lágrimas. Afectuoso homenaje, sensibilidad e invención estética se conjugan en Las flores de Elizalde, el trabajo colectivo de taller presentado por las docentes de Un triángulo y una calavera (Pauline Fondevila y Silvia Lenardón). Son "versiones propias" inspiradas en la serie La magnolia púrpura, del pintor Rodolfo Elizalde, fallecido este año. La propuesta expande el sentido abstracto de la forma de aquel maestro rosarino.

El colectivo Las Carpinteras filmó obras en construcción para Cuerpo inferior, un video. Un estudio de radio en mi casa es lo que dice tener el pergaminense Federico Gloriani. La rafaelina Angeles Ascúa investigó la iconografía mitológica de Aracne para una pieza textil como parte de su serie De los amores de los dioses (nota: Aracne simboliza la araña que teje). Guido Yannitto suma a las tradiciones del conceptualismo y el accionismo sus ladrillos crudos intervenidos por una huella de llanta. Titulada Dale dale, fuerte fuerte... perfecto, retoma su propuesta de Velocidad de escape (2011): "Coloqué una placa de arcilla en una vereda de Berlín y esperé...".

Según su propio texto de sala, Ayelén Coccoz creó a partir de un sueño su enigmática instalación escultórica en blanco y negro, Still (término que alude a la naturaleza muerta y al fotograma). Mucho más críptica aún es una transferencia impresa en tela por Bernabé Arévalo. María Facchinello usó migas de pan, cera, herramientas y los restos de una mulita para narrar un Autorretrato. Clara Esborraz dibujó con birome negra sobre un papel manteca hasta convertirlo en un despojo suntuoso, en la tradición del arte povera. Frágil y metálica a la vez, Todo lo que no vuelve es una de las obras más bellas de la muestra.

El salón permite un feliz reencuentro con obras vistas este año. El CEC ya mostró Memorias del invierno, los eficaces peluches estructurados de Alejandra Tavolini, y en el MACRO se vio Temporada baja, una fotografía de Paulina Scheitlin. Los dibujos y el video que integran esa parodia seria de Actividad paranormal que es El monstruo soy yo, de Gastón Herrera, se expusieron en Casa Espacio en Obra.