Como buena traductora, Julia Enriquez (Rosario, 1991) busca la palabra justa. "Antología" no le gusta. "Panorama" le suena un poco mejor como descripción de Danke, un libro que reúne (en el mismo exacto formato de bolsillo de la revista original) los 13 números de Danke, el fanzine de poesía contemporánea que Enriquez editó desde la ciudad de Rosario entre los años 2010 y 2013. La recopilación que al fin ha tomado forma de libro es un viejo proyecto de la joven editora.

Ella lo incluyó en el catálogo de futuros títulos con el que se presentó con una futura editorial (del mismo nombre que la revista) a la Convocatoria 2013 del Programa Espacio Santafesino del Ministerio de Innovación y Cultura. El proyecto fue seleccionado y obtuvo el prometido apoyo económico, gracias al cual se publicaron este y otros dos libros del catálogo: Adonde van las nubes, poemas de Florencia Gutman, y El libro de cuentos de Corazón, novela de Agustín González.

Gutman, González y la propia Enriquez son algunos autores de los poemas de la revista, que también incluye canciones, dibujos, historietas de un solo cuadrito y toda clase de textos (entradas de blog o estados de Facebook) que funcionan como poemas sin alardear de su origen. En este muestreo de lo que le gustó a Enriquez de entre todo lo que escuchó en recitales, vio pintado, leyó navegando por ahí, o pidió como colaboración para la revista y recibió, la poesía se presenta como una función: una cierta articulación entre la palabra y la experiencia vital, que puede aparecer en cualquier parte. Incluso, en un poema. O en la amenaza (o en la promesa) de escribir un poema.

Entre ordenar los trabajos por autores o agruparlos por número de la revista, Enriquez optó por lo segundo, que respeta los temas pautados por la editora en cada número mediante palabras‑valija: "porquesía", "divertormento", "fevrero" (febrero + Levrero), etcétera.

"En esta publicación periódica participaron más de sesenta autores e ilustradores de toda la región litoraleña. Este volumen especial de 200 páginas reúne sus trece números y a la vez compila material seleccionado de tres plaquetas editadas bajo el mismo sello. También se suman textos inéditos correspondientes a esa misma época y emoción", escribe la editora como toda presentación. Los inéditos incluyen "Tengo", canción de Coki Debernardi que cierra el libro.

El período cubierto en la revista fue tal vez la última época de auge del chat y el mensaje de texto (desplazados ambos ahora por la aplicación Whatsapp, que los viene relegando a la obsolescencia), cuando la escritura se despegó de la intención literaria para urdir cualquier conversación banal. Esto también pasaba en la era de la carta y del email pero sin la misma inmediatez, la cual legitimó una transformación del estilo. En ese reino de lo efímero, el poema coagula, cristaliza al instante algún instante: es una instantánea. Sumando el fenómeno de los recitales de poesía, ya nada fue igual.

Pero a diferencia de lo que suele creerse, lo contemporáneo (en Danke, al menos) no reniega de la tradición. Lo que hace Danke es aplanar la perspectiva histórica y rescatar del pasado aquellos poemas que se dejan leer como si hubieran sido escritos hoy a la mañana. El instante presente, lugar de la escritura poética contemporánea, se ensancha como un cerco de goma para abrazar e incluir (no como solemne precursora sino como una chica más de la barra de amigas y amigos) a Emilia Bertolé (1896 ‑ 1949). O a Mercedes Gómez de la Cruz (Rosario, 1974), cuya poesía de los años 90 (en especial su libro 100 muñecas) es otro antecedente local cuya influencia Enriquez reconoce. Otras estrellas en Danke son los artistas Virginia Negri, Guillermo Iuso y Ana Wandzik, la poeta Alejandra Benz o el músico Fede Leites.