"Un ser, un sentimiento, una idea, una cultura. Esto es lo que siento cuando menciono la palabra argentino. Sobre esta base, es que se me ocurre componer un espectáculo que pueda transmitir la sensación de orgullo que produce en mí ser argentino", dice Maximiliano Guerra acerca de su última producción, titulada justamente Argentino, un espectáculo que llega a Rosario esta noche, en una única función que tendrá lugar a partir de las 21, en el Teatro El Circulo (Laprida y Mendoza).

Considerado por la crítica internacional --junto a Julio Bocca--, como uno de los más importantes bailarines de la actualidad, tanto por su capacidad técnica como por su versatilidad artística en la interpretación de distintos estilos, a sus casi cuarenta años, el muchacho de Almagro,s igue sorprendiendo y emocionando a públicos de las más diversas latitudes.

"Elegí y creé estas coreografías que como siempre, y siguiendo la propuesta del Ballet del Mercosur, transitan lo clásico, lo contemporáneo y lo folclórico, concibiendo de esta forma un espectáculo para todo tipo de público --explica Guerra--. Argentino es un trabajo que ha tenido muchos meses de estudio y ensayo. Este espectáculo es como somos los argentinos. Tiene un poquito de todo, como una ensalada mixta bien hecha, bien condimentada. Por un lado hay ballet blanco, para el que quiere ver tutús y puntas y, al igual que la Argentina, inmediatamente hago un cambio rotundo y propongo algo muy contemporáneo".

Estrenado en mayo de este año en el Teatro Independencia de Mendoza, Argentino es un espectáculo que atrapa al espectador por su riqueza estilítica, ya que incluye pasajes de ballets clásicos como "Bayadera" (con un solo, pas de trois, tres variaciones y final) de Minkus y Petipá, ágiles versiones de otros clásicos como "Preludio para una noche estrellada", de Bach y "La última luna", de Rachmaninoff --ambas con coreografía del propio Guerra-- y piezas contemporáneas como "2-4.1", con música de Minimal y coreografía de Sergio Berto, "Bianconero", sobre música de Massive Attack, o la pieza que da nombre al espectáculo, que se apoya en la música de la rocanrolera Bersuit Vergarabat.

Junto a su ballet del Mercosur (Jorgelina Aguirre, Julieta Saravia, Luisina Rodríguez, Magalí Florencia Baratini, Marisol Debortoli, Melisa Buchelli, Micaela Spina, Nira Bravo, Patricia Baca Urquiza, Victoria Vera Balvidares, Catriel Campero Basola, Javier Oscar Melgarejo, Luis Miguel Zuniga, Marcelo Doño y Walter Cardoso, Guerra le pone talento y energía a un show que en apenas 76 minutos resume sus más de veinte años como bailarón desde que en 1985 ingresara al cuerpo estable de ballet del Teatro Colón. Desde entonces, Guerra ha integró organismos como el de Los Angeles Ballet, el Kirov, el English National Ballet, el ballet de la Deustche Oper de Berlín, y el de la Scala de Milan. Ha sido invitado de honor en las óperas de Hamburgo, Dresdem y Stturgart, así como en el prestigiosísimo Bolshoi. Ha bailado junto a grandes etoiles como Maya Plissetskaya, Alessandra Ferri y Silvia Bazilis, entre otras. Entre los reconocimientos recibidos a lo largo de su intensa carrera sobresalen el Grand Prix de Trujillo, una medalla de plata la Competencia Internacional de Nueva York y una de oro en el Concurso Internacional de Varna. En 1997 fue designado "Bailarín Emérito" en el Colón.