Domingo, 8 de mayo de 2016 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › LA COMEDIA MUNICIPAL DE TEATRO OTRA VEZ DIRIGIDA POR RAúL SAGGINI.
Con una adpatación de La Tempestad de William Shakespeare, Saggini conquistó el jurado que cada año designa por concurso obras y directores para la comedia municipal "Norberto Campos". El actor, director y dramaturgo cuenta a Rosario/12 el proyecto que se viene.
Por Edgardo Pérez Castillo
Como en su primer puesta en escena, con la fundante adaptación de Relojero de Armando Discépolo, de cara a su cuarto estreno la Comedia Municipal de Teatro "Norberto Campos" volverá a estar en manos del director Raúl "Quico" Saggini, cuya versión de La Tempestad conquistó al jurado en un certamen que tenía como eje central a William Shakespeare. Anunciada el pasado 28 de abril, la nueva designación del director, actor y dramaturgo terminará de redondear un año de tinte shakespeareano para Saggini, que hace apenas unas semanas condujo el estreno de Lauro cuenta Andrónico, unipersonal en el que otro nombre histórico de la escena teatral, Lauro Campos, reinterpreta Titus Andronicus, la avasallante tragedia del dramaturgno inglés que, hasta junio, continuará presentándose todos los domingos a las 20 en el Cultural de Abajo de San Lorenzo y Entre Ríos.
Aunque, claro, no son ésos los únicos proyectos que Saggini puede narrar en tiempo presente: además de sus trabajos como docente en la Escuela Provincial de Teatro y Títeres y la Escuela de Teatro Ambrosio Morante, por estos días disfruta el recorrido por distintos escenarios de dos de sus obras infantiles: Solos solitos y Pedrito del Litoral.
Aunque, indudablemente, es la figura del enorme dramaturgo británico la que dejará una marca en el año que corre. En primer lugar, de la mano de Titus Andronicus, "la obra más sangrienta de Shakespeare, la más difícil de hacer", según la consideración que el director realiza en diálogo con Rosario/12, y cuya interpretación está a cargo de Lauro Campos. Una situación que, para Saggini, tiene cierto sabor a sueño cumplido. "Acá no se trata sólo de estar dirigiendo a un director: es la posibilidad de dirigir a uno de los maestros --remarca--. Esto me lleva a emocionarme. Me hubiera gustado muchísimo haber dirigido a Félix Reinoso, a Norberto Campos. Casi llego a dirigir a David Edery. Es una de las oportunidades que me dio la vida".
Y fue el texto de adaptación elaborado por Campos el que conquistó a Saggini, que comenzó a diagramar una puesta que terminaría asemejándose a... la casa del propio intérprete. "Me pareció que Titus Andronicus estaba muy bien contado por Lauro. Cuando te sentás a hablar con él, cuando te cuenta sus anécdotas, te hace morir de risa. Después tomás sus libros y ves también lo bien que narra. Entonces le propuse que lo contara, y yo armaba una escena en función de su relato. En un momento me dí cuenta que había armado un living y al lado la cocina, como en su casa. Entonces la propuesta era que él le contara al público de la misma manera que podía contarme algo a mí, a sus nietos. Realmente es muy bueno lo que hace. Esto de meterse en Andrónico y contarlo con pasión mientras cocina, teatralmente, a la gente le encanta".
Con esa propuesta (en la que se suman la puesta de luces de Juan Vidoletti y asistencia de Eli Corj), el próximo viernes participarán del ciclo Sólosolos, organizado en Santa Fe por la Universidad Nacional del Litoral.
Shakespeare, el popular
Y si la relectura que Campos hace de esa tragedia shakespereana hace permeable al público general una de las obras más crudas del dramaturgo inglés, en su adaptación de La Tempestad Saggini busca fortalecer una de las cualidades esenciales del gran bardo: su carácter popular. Una faceta que buscó poner en juego cuando, hace poco más de cinco años, tuvo la posibilidad de abordar por primera vez como director un texto de Shakespeare (al frente del grupo vocacional MasCaritas, de Gálvez, con el que puso en escena Sueño de una noche de verano), y que ahora profundiza con un proyecto que apuesta al cruce de lenguajes.
Una propuesta que, además, le permite duplicar el orgullo al que aludía cuando, en 2013, fue designado como director de la Comedia Municipal que lleva por nombre el de uno de sus grandes maestros, el creador del Grupo Litoral y fundador de la Ambrosio Morante. "Había dos obras que le gustaban mucho a Norberto Campos. Una era Ricardo III, que hace mucho tiempo quisimos hacer con él y finalmente no pudimos. Para esta convocatoria de la Comedia Municipal la condición era que la puesta tenía que hacerse con seis actores. Pero me pareció que no tenía la capacidad de llevar Ricardo III con esa cantidad de actores. La otra obra sobre la que siempre hablábamos con Norberto, cuando estábamos de gira o nos daban ganas de hablar de teatro, y sobre todo de Shakespeare, era La Tempestad".
La decisión, entonces, fue clara para Saggini, que decidió diseñar una puesta que cuenta con la participación del legendario Jorge Nieto en escenografía y títeres, Ramiro Sorrequieta en vestuario y caracterizaciones, Martín Delgado en música original, Gabriel Romanelli en diseño de iluminación y proyecciones, y Héctor Román en asistencia de dirección.
Con ese staff (más las animaciones en 2D y 3D realizadas por Elisa Pereyra, Facundo Kaminsky y Marilén Armoa), Saggini dejó sentadas las bases para una convocatoria de actores que, hasta mañana lunes, mantendrá abierta la inscripción para artistas que puedan cumplir con los requerimientos ideados por el director, que explica: "La disposición de trabajar con seis actores me llevó a pensar en los cómicos de la legua. Son actores que, al disgregarse, al quedar diezmada su compañía por peleas internas al comedio, quedan sólo seis. Después de la pelea rescatan un baúl con muñecos con los que deciden hacer La Tempestad. Los nobles, de trapo y cartón, son los muñecos".
"En este cierre de ciclo de la Comedia Municipal, después del clásico nacional (Relojero), la obra infantil de Walsh (Doña Disparate y Bambuco) y el autor rosarino (Gol de Oro, de Miguel Franchi), con el clásico universal quería proponer la aparición de otro lenguaje en la Comedia --remarca--. Entonces les pido a todos los actores que puedan hacer acrobacia de piso, acrobacia aérea (porque en un momento, el de la tormenta, todos vuelan; y porque Ariel, el duende del aire, casi no toca el piso, entonces necesito una o un acróbata). En el casting está claro además que tienen que ser actores titiriteros o que puedan manipular títeres. Quiero rescatar todo esto, a los titiriteros, a los cómicos de la calle, cómicos cirqueros que muchas veces no tienen la oportunidad de estar en espacios profesionales o semi profesionales".
Apelando a las pantallas como recurso para traducir las apariciones mágicas impulsadas por Próspero (el rey traicionado que, tras naufragar en una isla junto a su hija, saca provecho de sus libros de magia para concretar su venganza), la puesta de Saggini traza lazos con la cultura popular ya no sólo británica, sino también sudamericana.
"Para mí Calibán (el salvaje hijo de la bruja Sycorax, que habita en la isla) tiene que ver con nuestra cultura guaranítica. Para esta obra Shakespeare toma muchas cosas de los relatos fantásticos del Nuevo Mundo. Sycorax venera a un dios, Setebos, que no es un dios nórdico, europeo ni africano, es un dios de los patagones. Entonces pensamos que alguno de aquellos relatos de Magallanes, que llegan a los puertos de Europa, hablan de Setebos. Después está Miranda, el personaje de la hija. Y pensamos en Lucía Miranda, esposa del soldado español Sebastián Hurtado, que es raptada por los indios timbúes. Como quiere hacer Calibán con la hija de Próspero, Miranda. Entonces, en un momento, cuando Calibán le dice a Próespero: 'Me enseñaste tu lengua, así puedo insultarte en tu lengua', él lo insulta en su lengua, pero en mi versión también lo insulta en guaraní. Porque entiendo que tiene que ver con estos caciques guaraníticos". La resignificación de lo shakespereano popular, en manos de Saggini, cobra así rasgos autóctonos.
"Creo que es una obra muy popular. Hace unos cuantos años leía un libro de Peter Brook donde habla de muchas obras de Shakespeare y propone un capítulo que se llama 'Shakespeare no es aburrido'. Es un autor muy popular, sus tragedias son muy populares", remarca Saggini con la misma convicción con la que valoriza a sus compañeros de trabajo: "Tenemos un equipazo, parecemos un equipo del loco Bielsa, donde cada uno sabe cumplir a fondo su rol".
Por lo pronto, y mientras aguarda a que se concrete el proceso de selección del elenco, Saggini continúa disfrutando de su año shakespereano, esboza con tranquilidad algunos futuros proyectos en paralelo con su trabajo sostenido como docente (que implica, claro, la puesta en escena de proyectos diversos) y reivindica la importancia de que el elenco municipal continúe en carrera. "Me hace muy feliz, porque encuentro en la Comedia Norberto Campos un espacio muy válido para muchos actores que, durante seis meses, pueden profesionalizar su trabajo, ser reconocidos", asegura, para luego doblar la apuesta: "La idea es siempre proyectar. Con Relojero pudimos salir un poco, hicimos funciones en Armstrong, Córdoba, Buenos Aires, y se quedó ahí. Esperemos que con esto, después de tanto trabajo y sacrificio, podamos recorrer todavía más".
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