Ni rockero, ni folklorista; ni contralto, ni tenor; la etiqueta que se le ha endilgado a Ignacio Copani difícilmente encuentre cabida en las bateas: según los medios dominantes, Copani ya no es un trovador sino, simplemente, un "Artista Ultra K". Desde ese rótulo, disparado como denostación para él y tantos otros, se busca ensombrecer un recorrido de larga data, una obra que logró masividad con hits que, humor y picardía mediante, pintaron a la sociedad argentina, y que se nutrió también de una visión política que no varió con los años. Y de ello puede dar fe el propio Copani, que consciente de saberse en las antípodas del actual gobierno nacional, descubrió que muchas de sus viejas canciones funcionan a la perfección como un retrato de los tiempos que corren. Mañana, a las 21 en el Centro Cultural La Toma de Tucumán 1349, Copani lo dejará en claro cuando proponga un concierto en el que convivirán algunos estrenos pero también esas antiguas creaciones que demuestran que el pasado volvió a hacerse presente.

Desde su clásica propuesta de guitarra y voz, Copani abrirá el juego al intercambio con el público, "porque el trabajo del trovador tiene que ver con la espontaneidad, con la emoción del momento", apunta a Rosario/12, y aclara: "Lo que sí voy a hacer es un formato de ir mezclando temas nuevos con los viejos. Lamentablemente tengo algunos temas viejos que parecen hechos la semana que viene. Yo mismo me sorprendo revisando el repertorio y viendo canciones que hace un año tenía que ponerlas con un folleto explicativo, pero ahora eso creo que reverdece porque lo neoliberal no tiene nada de nuevo, como tampoco de libertario. Se enmarcara en nuevas fórmulas, nuevos discursos o colores, pero no se distancia mucho de lo que podía pasar en épocas lejanas, incluso hace siglos".

De familia peronista y riverplatense, Copani hizo explícita su afinidad con las políticas impulsadas por el kirchnerismo. Una valoración que le significó, como a otros, la estigmatización de diversos sectores de poder. "Siento que sobre los artistas hay persecución, porque han creado en la televisión toda una imagen de los artistas peronistas, que han apoyado al movimiento, a todo este proyecto popular, siempre poniendo en duda tu honorabilidad, haciendo informes sobre tu interés, tus beneficios, tu modo de sumarte a la política por conveniencia", distingue el compositor, que ya no se sorprende por mecanismos que se reiteran: los medios instalan, las redes sociales propagan y los insultos se reiteran cambiando apenas su forma. "Van de la mano de la moda que imponga la tele. En algún momento te insultaban diciéndote zurdo, después anticampo, choripanero, planero... ahora te dicen que sos un corrupto y te robaste dos bolsos con plata", grafica.

Sin embargo, el cambio de época no significará para Copani un viraje en el rumbo creativo. Así lo entiende el músico, que explica: "Yo tengo una coincidencia con el Centro Cultural La Toma, y es que nunca me muero en la queja, siempre trato de dar una alternativa. Entonces en realidad no me siento opositor, sino alternativa, ofreciendo otros rasgos que entiendo me hacen más feliz, que pueden hacer más completo al que escucha. Constantemente lo que trato es de ofrecer mis ideas. Y también hay un tono más espiritual en las canciones que trato de sostener. A pesar de lo ultra terrenal que soy, algo me queda para decir desde el corazón".

Con obras del corazón y la razón, Copani volverá a Rosario para prestarse al juego del intercambio con un público que, además, escuchará en calidad de estreno un tema bautizado con título de gran marroquinería: "López&Báez".