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La madrugada del 17 de mayo de 2013, Fernanda Serna terminó con casi el 50 por ciento del cuerpo quemado, mientras estaba con su pareja. La mujer asegura que él usó un encendedor cuando entró un murciélago al departamento, la golpeó en la cara y ella se roció alcohol en el cuerpo para ahuyentarlo. Eso le habían recomendado los médicos, luego de que meses atrás la mordiera otro murciélago. La denuncia contra el hombre, que es empleado de Tribunales, fue presentada en febrero de 2014. "Cada vez que yo decía que lo iba a denunciar, él me decía '¿no te das cuenta que yo trabajo ahí?'". La investigación lleva tres años y medio, y como la fiscal Raquel Almada -la cuarta que toma la causa- no presentó acusación contra el imputado, su defensa pidió el archivo. Sin embargo, Almada pidió al juez Juan Andrés Donnola un último plazo de 20 días para que lleguen los resultados de un informe técnico. De todos modos, el magistrado advirtió que los plazos están agotados, ya que en dos años la Fiscalía debe presentar acusación para ir a juicio, y dispuso un cuarto intermedio para la medida restante.

La causa llegó ayer por primera vez a audiencia oral y pública, ya que el acusado fue imputado en libertad. Fernanda estuvo acompañada por organizaciones de mujeres que reclaman el esclarecimiento del caso.

En su pedido, la defensa de la expareja de la mujer solo basó el planteo en los informes psicológicos que según sostuvieron "son lapidarios" para la denunciante. "La verdadera víctima es nuestro cliente", lanzaron.

Por su parte, la fiscal Almada planteó que basaría su pedido en el derecho de acceso a la justicia para la víctima y puso en duda la inocencia del acusado, quien en los primeros momentos del suceso hablaba de "accidente"; incluso con la familia de la víctima a quienes les dijo "primero que estaba pintando una reja exterior, en camisón de raso y se lo mojó con tiner, que también se estaba tiñendo el pelo y pintando las uñas, todo cuando encendió un cigarrillo". Al mismo tiempo, dijo que se pidieron varios informes psicológicos incluso a la Facultad de Psicología, porque Serna no se quedaba tranquila con los peritos del Tribunal, debido a que el acusado trabaja allí. Finalmente, dijo que la investigación "no está agotada" ya que resta el resultado de un examen físico de Bomberos sobre el cuerpo de la víctima.

Serna, en tanto, le planteó al magistrado que no denunció antes porque tenía miedo del acusado, quien le pagaba la obra social y le decía que le faltaban varias operaciones por delante, mientras ella estaba internada en terapia. También habló de cómo se sintió maltratada por los primeros fiscales que tomaron la causa y sostuvo que Almada "se sentó sobre el expediente".

Justamente a eso se refirió el juez antes de pasar a un cuarto intermedio, al decir que la investigación "se alongó excesivamente", y lamentó que "a tres años y medio no hay mecánica del hecho" establecida por la Fiscalía. Finalmente advirtió que si no se presenta acusación, él u otro juez podrían archivar la causa hasta que se presenten elementos nuevos.