Como colofón de un proceso de desgaste que culminó con el fuerte enfrentamiento con la Orquesta Sinfónica Provincial, ayer renunció a su cargo el secretario de Cultura de la Provincia, Raúl Bertone. Aunque esta vez Bertone no regresará a su sillón en la dirección de la Escuela de Cine, sino que ocupará la subsecretaría de Turismo, en su lugar asumirá quien hasta ayer se desempeñaba como su director de Gestión Cultural, Jorge Llonch. "Sinceramente no lo esperaba --explica el flamante funcionario--. En el medio de un montón de reuniones, esta mañana (por ayer), me convocaron el gobernador y la ministra Cantero, para darme esta noticia".

Llonch trabaja para la cartera cultural provincial desde el 2000, cuando durante la gestión de Reutemann se lo convocó para refuncionalizar la sala Lavardén, ahora Centro Cultural. Su trabajo, aunque en general ha sido de bajo perfil, funcionaba cada vez más como una válvula de escape a los cada vez más serios conflictos que venía enfrentando la repartición, el más reciente de ellos con la Sinfónica, en donde Llonch actuó como mediador para las partes pudieran llegar a un acuerdo.

"El gobernador hizo mucho hincapié en la necesidad de mantener la actitud mediadora con la que hemos venido trabajando; quiero decir, esto de que aunque opinemos diferente lo único que zanja el conflicto siempre es el diálogo. Por eso es importante que la gente sepa que nosotros cumplimos con un deber público, que entre otras cosas implica una correcta y transparente administración de los recursos del Estado", dijo.

"Nos pidieron una especial dedicación al proyecto de la Plaza Cívica, en lo que refiere a gestión. Queremos convertirla en una auténtica plaza, como la Plaza Mayor de Madrid, un lugar donde la gente pueda estar, ir a leer, a descansar después del trabajo, a tomarse un café. Pero también un lugar donde pasen cosas; desde artistas callejeros hasta cine. Yo venía trabajando en la apertura de este lugar, que fue un proyecto de Gobierno donde trabajó muy intensamente Claudia De Cándido, directora de Audiencias. Se trataba de un espacio con un pasado muy denso, al que había que proyectarlo hacia el futuro de un modo completamente distinto, relacionado con la vida y el esparcimiento. Así, logramos inaugurarlo con una feria del libro para chicos y jóvenes, lo cual es, creo yo, todo un símbolo. Ahora habrá que ir habitándolo de a poco, logrando que la gente se apropie de él".

Sin embargo Llonch entiende que la provincia es más que Rosario y "ya tenemos actividades que tenemos programadas para toda la provincia. Son 365 municipios y comunas a los que vamos a atender con idéntico interés.

En este sentido lo primero que queremos lograr, y en este sentido ya tenemos un buen trecho caminado, es un mapa, un buen diagnóstico de todos los organismos y escuelas que están bajo la órbita de la secretaría". En cuanto al resto de los espacios "rosarinos" de la provincia, la Lavardén ocupa un lugar preponderante. "Está pendiente hacer un proyecto integral con la Lavardén, un trabajo de transformación edilicia para refuncionalizarlo y que pueda alojar, por ejemplo, a las escuelas artísticas. En eso vamos a trabajar. Queremos hacer concurso de proyectos arquitéctónicos, seguramente de la mano de la vicegobernadora a la que le interesan particularmente estos temas. También nos pidieron poner especial atención en la reinaguración del Museo Gallardo, que probablemente será antes de fin de año, y en la Casa Arijón, que aunque no estamos en contra de la autogestión, lo que no se puede dejar es el organismo a la deriva". Para Llonch es fundamental empezar a generar una política tendiente a subir las expectativas en el área. "Mire el caso de la Sinfónica. Logioia Orbe es un excelente director que con su impronta hizo notar las falencias del organismo. A partir de su ingreso, los músicos empezaron a notar --y a hacer notar para afuera-- que la orquesta estaba devastada".