Domingo, 3 de junio de 2007 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › DAFFUNCHIO, ANTES DE QUE TOQUE AQUÍ LAS PELOTAS
El ex Sumo habló con Rosario/12 antes del concierto en el
Galpón 11 donde Las Pelotas presentará Basta. La banda cultiva
ese sonido propio, que es evidente desde los primeros acordes.
Por Edgardo Pérez Castillo
Lejos de la demagogia, tanto Germán Daffunchio como la bajista Gabriela Martínez reconocen cierto carácter fortuito en el hecho de que el flamante disco de Las Pelotas, Basta, tenga su presentación oficial en Rosario. Hay, sí, ciertos factores que permitieron que esto ocurra: La banda decidió no estrenar su sólido material en Buenos Aires, y diversas circunstancias derivaron en que el próximo sábado, a las 22, el grupo que completan Alejandro Sokol (voz), Tomás Sussmann (guitarras), Gustavo Jove (batería) y Sebastián Schachtel (teclados) llegue hasta el Galpón 11 para estrenar un disco que transpira la identidad pelotera.
Identidad que fue construyéndose sin estridencias mediáticas. De hecho, desde la separación de Sumo el grupo se lanzó a la construcción de una historia en la que mucho tuvo que ver la autosatisfacción, según admite el guitarrista y cantante a Rosario/12: "Principalmente a nosotros nos gusta la música, el juntarnos a tomar un vaso de vino y hacer un tema. No tenemos ningún tipo de trabas en el sentido artístico, en la búsqueda. Y cada disco creo que tiene los temas que nos gustaban. Sí podría decirte que estaría bueno grabar todos los discos de vuelta, ponerle otras cosas".
La interrupción inmediata de la bajista obliga a Daffunchio a una pausa: "¿A este también lo harías de nuevo?", inquiere a la espera de la respuesta de su compañero de escena: "Sí, por supuesto, ni hablar... Pero porque soy un obsesivo".
"En realidad nosotros tenemos que sentir que el tema está listo -aclara de inmediato-. Esa búsqueda se puede tornar una obsesión, meter cinco bajos tocados de manera distinta, con cinco sonidos distintos, hasta que encontramos lo que nos gusta. Siempre encarando los temas como si tuvieran su vida propia, como si fueran cuadros. No pensamos en otra cosa. Después, en este disco, nos pasó que terminamos con 25 temas y decidimos seleccionar. Quedaron 13 y nos dio para buscar un hilo, que tiene que ver con el `Basta` y hasta dónde abarca el `Basta`. Es como el viaje paralelo".
A pesar del carácter casi artesanal de los primeros discos, y llegando hasta la delicada producción sonora de esta última placa, las obras de Las Pelotas se ven atravesadas por cierta esencia que, evidentemente, nace de ese disfrute por la creación. "Tenemos que decir que no hemos traicionado nuestros principios a través de los años -remarca Daffunchio-. Siempre estamos diciendo cosas, siempre es un viaje para adentro, o una mirada social apolítica. En ese sentido estamos tranquilos con nuestra conciencia". "Siempre tratamos de decir algo, que no sea algo pasatista", aporta Martínez.
Bajo esas pautas, la banda ha estampado un sonido que le resulta propio, y que se hace evidente con sólo escuchar los primeros acordes de sus canciones. Sin embargo, esa estética personal no resulta un factor de presión para el grupo, algo que Martínez adjudica a la experiencia compartida: "Tiene que ver con los años, de tanto laburar juntos, de tanto tocar. Pero no nos comemos la película de que tenemos que sonar de determinada manera".
"Trabajamos todo en concepto de grupo -completa Daffunchio-. Cada uno puede aportar la idea que quiere, somos muy libres en ese sentido, y por eso sobrevivimos a través del tiempo. Nos gusta mucho lo que hacemos, de verdad, es una necesidad. Por eso te hablaba de los principios, seguimos siendo fieles a nuestros principios. No nos hemos vendido, y tenemos nuestro grado de éxito gracias a nuestra gente. El éxito que podemos tener es por el esfuerzo, los años. Nunca tocamos para un público o estrato social determinado. La vida es muy efímera y creo que la música es una de las terapias para bancarnos la vida, para llevarla más alegremente, que sea más duradera. Creo que el espíritu de revolución siempre va a estar en nosotros, porque ya salimos así de fábrica. Creo que vamos a morir diciendo las cosas que pensamos".
Sobrevivientes de una época en la que el rock nacional parece haber perdido a algunos de sus grandes referentes -extintos Sumo, ¿Soda Stereo? y Los Redondos, y ante las escasas apariciones de La Renga o Los Piojos-, Las Pelotas continúan construyendo un presente rico en composiciones, en medio de cierta búsqueda enfermiza por recuperar el pasado. Un síntoma no sólo nacional, sino también global, según Daffunchio: "Tenemos el caso famoso del segundo entierro de Perón. Ahora vuelve la hiperinflación, va a volver Menem, regalamos el petróleo, entregamos los ferrocarriles, es una constante. Y hablando de la música me parece que es un fenómeno mundial. Se están juntando los grupos de los 70, y ahora hay abuelos de 70 años que tomaban ácido lisérgico. Antes el rock recién empezaba y eran todos pendejos enfrentándose a un sistema de posguerra. El rock argentino se estuvo enfrentando siempre a los milicos. Pero no veo mal que se vuelvan a juntar los grupos, lo que sí está mal es si llegás a la conclusión de que en realidad eso está pasando porque no hay algo nuevo. Pero no nuevo para inventar alguna nueva música, sino que no hay una personalidad, una postura. Eso sí es alarmante, y ahí entramos en lo que ha pasado en los últimos veinte años con el gran negocio del rock".
"Lo que está faltando son principios -sentencia Daffunchio-. Se devora todo el dinero. ¿Dónde están ahora las Bandana? Fueron un fenómeno puntual, y se deben haber hecho hasta estampillas. Es más, hasta creo que las velas de la Basílica de Luján tenían la foto de las Bandana (risas). Pero después el tipo cerró la cuenta, les dijo muchas gracias y se fue. La industria de la música es bastante compleja, se pueden inventar productos y sacarlos, pero si querés mandarle un mensaje a las generaciones jóvenes hay que decirles que hay que bancársela".
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