Pablo "El Rusito" Espíndola tenía 25 años y fue baleado en la cabeza por un policía durante una discusión. Por el crimen está detenido Pablo Galmarini, un cabo de la Patrulla Urbana a quien la víctima ya había denunciado por amenazas de muerte. Espíndola fue baleado en Uruguay y Magallanes cuando estaba junto a su hermano Gustavo, de 16 años. En venganza, familiares y amigos había incendiado la casa del policía. Ahora, a una semana de este hecho, familiares y amigos siguen movilizándose en reclamo de justicia.

Ayer, la Unión Argentina de Derechos Humanos (UADH), quien acompaña a la familia en los reclamos; emitió un comunicado en el que señala que "no estamos dispuestos a permitir que Galmarini, un crimininal que ya tiene dos crímenes anteriores a éste en su haber, tenga la protección que la justicia le ha brindado cuando mató a Cabral y Ortega el 4 de febrero de 2001".

Y aseguran que tampoco están dispuestos a "permitir que el cómplice, Cristian Peralta, alias "Pelado" -personal de la 19ª- siga libre después de haber participado de la cacería que culminó en la ejecución alevosa del pibe". Y agregan que "hoy (Galmarini) se ha fugado del barrio y sus jefes lo han protegido de inmediato con un traslado, de manera que no tenga que enfrentar la furia de las víctimas, no esté preso, ni deje de causar daño en otra jurisdicción". Y aseguran que "se tiene que terminar la provocación, la amenaza y la burla constante de los milicos de la Comisaría 19ª, mientras sus efectivos se dedican a usar a los chicos para que roben en su beneficio, entre otros negocios siniestros. Todos los que de algún modo luchamos contra esta forma de someter al pueblo por el apriete, debemos sumarnos a este reclamo permanente de justicia".