A pesar de ser constantemente apuntado por músicos y especialistas como uno de los artistas más influyentes de la música popular argentina, Raúl Carnota no es un personaje habituado a los reconocimientos. Más preocupado por hacer de la suya una carrera que transite por sendas de placer y tranquilidad que por convertirse en una figura habitual en los medios de comunicación, el compositor esperó cinco años para ingresar a un estudio de grabación, y Espejos es el disco con el cual Carnota rompió el silencio, por partida doble. Porque así como en un primer compacto se presenta acompañado únicamente por su guitarra, en un segundo disco se presta al juego interpretativo junto a artistas como Juancho Perone, Franco Luciani, Lito Epumer, Juan Quintero, Ernesto Jodos, Eduardo Spinassi, Rubén "Mono" Izarrualde, Lucho González, Juan "Mono" Fontana o Daniel Maza. Ante la quimérica chance de unirlos a todos sobre un escenario, esta noche a las 22 y mañana a las 21.30 Carnota arribará en soledad a El Aserradero (Montevideo 1518) para presentar la faceta intimista de su flamante obra.

Comprometido con sostener una coherencia artística, con la posibilidad de investigar en las raíces de la música popular argentina y, desde allí, transformarse en un auténtico innovador, Carnota es claro al momento de explicar las razones de esos cinco años alejado de los estudios. "Por suerte yo no tengo ningún sello que me obligue a presentar discos cuando no tengo ganas, o en realidad cuando no tengo nada que decir. Es como hablar, yo grabo cuando tengo algo que decir. Eso es una elección y no una ventaja", explicó en su diálogo con Rosario/12.

En ese marco, el sello Acqua Records le permitió además la posibilidad de reunir a ese notable seleccionado de artistas que, claro, gozan del respeto confeso de Carnota: "Me di el gusto de invitar a todos músicos que admiro mucho. Quedaron algunos afuera, pero admiro y respeto estética y humanamente a esta gente, que tiene una coherencia artística. Y da la casualidad que son amigos míos".

A partir entonces de esa condición de amistad, Carnota pudo deleitarse durante el proceso de grabación de Espejos, en sus dos versiones. "Yo disfruto tanto tocando en vivo como grabando --aclaró--. Aunque, claro, me armo la estructura para disfrutar y pasarla bien. Y en la grabación de Espejos la pasé bárbaro, fue muy calma, fue muy lindo compartir cada sesión con los muchachos. Era muy lindo el proceso, porque cada vez que se me ocurría algo pensaba en quién me podía acompañar en la grabación".

Mientras tanto, a la edición de Espejos Carnota sumó este año el haber sido galardonado con el premio Konex como autor y compositor de folclore, designación que tomó desprevenido al artista, según confesó a este medio: "Sinceramente el premio me sorprendió muchísimo. En general no estoy habituado a los premios, como tampoco a aparecer, porque no soy mediático. Pero me encanta que me den un premio, ¿a quién no le gusta? Es como si te hicieran una caricia, es un reconocimiento, y aparte esta gente de Konex no es que lo hace porque tenés mucho rating o vendiste muchísimos discos. Premian la trayectoria estética y artística, y para mí eso es importante".