CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. SESENTA Y TRES AÑOS DE LA SALA AMIGOS DEL ARTE
Desde su nacimiento, la institución pasó por diferentes períodos en la historia cultural de la ciudad, pero mantuvo inalterables sus principios de apoyar la actividad artística. La sala se sigue sosteniendo a pulmón, con el subsidio del Instituto Nacional de Teatro, cada seis meses.
› Por Julio Cejas
El 3 de agosto se cumplen 63 años de existencia ininterrumpida de "Amigos del Arte", una institución que pasó por diferentes periodos en la historia cultural de la ciudad y que hoy mantiene vigentes sus principios de apoyar la actividad artística local. Para conocer parte de su historia y los preparativos de los festejos, Rosario/12 dialogó con el director teatral Raúl Marciani, responsable del área teatro de la institución. "Esta entidad nace como asociación sin fines de lucro, y se caracterizó fundamentalmente por la defensa incondicional de la cultura de Rosario", comenta Marciani.
En sus comienzos, la Asociación Amigos del Arte, de clara filiación antiperonista intenta dar una respuesta a algunos conceptos populistas del ya triunfante movimiento liderado por Perón. "La mayoría de los integrantes de la Comisión Directiva de aquel entonces eran antiperonistas, se privilegiaba entonces las manifestaciones artísticas provenientes de la vanguardia pero hay que remarcar que jamás se ejerció censura sobre ninguna propuesta que se acercara". Al principio la entidad en una casa situada en la calle Laprida y Santa Fe y los más memoriosos recuerdan que por allí pasaron figuras de las letras como Jorge Luis Borges y del teatro como Juan Carlos Gené, por nombrar algunos de los más representativos.
Según Marciani, Amigos del Arte fue en un momento "el único Salón Municipal que se hacia en Rosario, más allá del Castagnino, y el mérito estaba en que se hacia sin ningún tipo de apoyo, todo se hacia a nivel privado con el esfuerzo que implica".
En la década del 70, la Sala tendrá su esplendor a nivel teatral al instalarse el Grupo Teatrika, que representará entre otras obras, la exitosa "Babilonia, una hora entre criados" de Discépolo, manteniéndose durante 3 años en cartel. Marciani recuerda que por allí pasaron grupos emblemáticos como "Meridiano 61" y actores y directores como Aldo Prico, Mirko Buchin, Héctor Caruso, Alfredo Anémola, Chita Bochichio, entre otros de la dorada época del teatro independiente rosarino. "Despúes que se aleja Teatrika, los integrantes de la Comisión Directiva deciden no hacer más teatro y la sala comienza un período de decadencia que coincide con el advenimiento de la última dictadura militar". El director del Grupo La Catapulta, es uno de los que impulsa el retorno de la actividad teatral a la Sala, instalándose desde hace 12 años con sus talleres y una programación abierta a toda la comunidad que integra las artes escénicas de Rosario.
"Cuesta mucho hacer este proceso de reinstalar lo teatral, durante la dictadura, Amigos del arte tuvo su decadencia, perdió el brillo que tenia en sus orígenes, se quedó en el tiempo, cuando entré el publico era mayor, había música y alguna que otra exposición, los conciertos líricos eran solamente de piano ,todo esto a pesar de que en esos momentos había gente muy progresista en la comisión directiva, como Alba Oliva, Dona Amuchastegui, mujeres con criterio y lucidez, muy actualizadas", afirmó Marciani.
Este fenómeno produjo también un estancamiento en un sector de público acostumbrado a un teatro más tradicional que ya no se sentía incluido en las nuevas propuestas y a su vez el resto de la gente de teatro más joven tenía prejuicios con la Sala. "Cuando nos largamos con La Catapulta -plantea Marciani- había mucho prejuicio entre los alumnos de las escuelas de teatro, porque veían a Amigos del Arte como una sala formal, no es un galpón con gradas, tiene el aspecto de una sala convencional, pero seguimos insistiendo para tratar de concitar la expectativa de la gente de otros grupos".
A partir de la gestión de Sergio Truco, actual presidente de la Comisión Directiva de la Asociación, el teatro comienza a convocar a gente joven a todo nivel.
Actualmente la actividad de la Sala se basa en un organigrama que arranca los miércoles con las reuniones de la Peña mágica, los jueves presentaciones de libros, conferencias, recitales de poesía y los viernes sábados y domingos dedicados a las funciones de teatro y conciertos de música. Más allá de esta celebración la Sala, según Marciani "se sigue sosteniendo a pulmón, con el subsidio del INT, que llega pero cada seis meses, por eso la Comisión Directiva y yo coincidimos en que es un espacio reconocido pero muy olvidado".
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