Jueves, 17 de noviembre de 2005 | Hoy
La novena edición del Festival de Jazz Rosario que empieza hoy en el Parque España, mostrará la consolidación de una camada de músicos de la ciudad que revitalizaron el género.
Por Edgardo Pérez Castillo
Aunque probablemente el rasgo más distintivo sea el de la diversidad de su programación (ver aparte), la novena edición del Festival de Jazz Rosario "Santiago Grande Castelli" se presenta como una muestra más que interesante respecto a la consolidación de una nueva camada de músicos locales, quienes revitalizaron al género fusionándolo con variadas influencias. Con un innegable talento como común denominador, el trompetista Mariano Loiácono, el guitarrista Martín Delgado, la pianista Paula Shocron y el bajista Franco Fontanarrosa son ejemplos de un movimiento que ha logrado trascender las fronteras de la ciudad, erigiéndose a la vez como nuevos referentes del jazz rosarino.
Entre ese cuarteto, Loiácono tendrá esta noche su segunda participación en el Santiago Grande Castelli, en lo que se ofrece como un hecho histórico: la reaparición de una big band local en un evento de estas características. De hecho, el joven trompetista es además uno de los responsables de llevar adelante la conducción del mega proyecto que integran además Fabio Falappa, Diego Aurelli, Federico Lazzarini y José Luis Loiácono (trompetas), Rubén "Chivo" González, Leo Piantino, Julio Kobryn, Juani Méndez y Claudio Lanzini (saxos), Ricardo Marino, Adrián Bosch, David Castro y Fernando Rainoldi (trombones), Leonel Lúquez (piano), Mariano Sayago (contrabajo) y Sebastián Mamet (batería).
Y aunque Mariano Loiácono esquiva sutilmente los elogios --"Una vez que nos juntamos en el primer ensayo tocamos faltaba alguien que maneje el tema ahí adelante, y ellos quisieron que vaya yo. La verdad que a mí me gusta y no tengo problemas en hacerlo. Más que nada es para que alguien ponga un poco de orden en el ensayo, pero en realidad lo manejamos entre todos", resume tímidamente--, sí reconoce la importancia de la aparición de nuevos talentos ligados al género.
"La verdad que se nota un cambio, hay una nueva generación con un perfil hacia el jazz importante. En la big band tenemos varios chicos, de 20 a 27 años, que están tocando. Y también te das cuenta en la cantidad de público joven que va a ver las bandas. Van muchos pibes y eso es importante para tener recambio y para que esto siga adelante", consideró.
Dentro de esas nuevas visiones, el viernes San Telmo Lounge tendrá su debut en el marco del festival. Al respecto, el guitarrista y compositor Martín Delgado adelantó que el repertorio del grupo se concentrará en uno "un poco más jazzero" dentro de las composiciones propias del proyecto que integra junto a Lucas Polichiso (teclados), Maximiliano Nataluti (violín) y Pablo Gaitán (bandoneón), y con el que fusiona géneros como el tango y la electrónica con una actitud interpretativa fuertemente vinculada con el jazz.
Con un acercamiento más pronunciado al estilo, pero igualmente identificada con los ritmos argentinos, Paula Shocron se presentará el sábado con el cuarteto que co--lidera junto al guitarrista Marcelo Gutfraind, y que completan Julián Montauti en contrabajo y Carto Brandán en batería. Respecto a la propuesta del proyecto, la pianista adelantó que el concierto girará en torno al disco que editarán en los primeros meses del año entrante, y en relación a las obras allí reunidas, Shocron detalló: "Tocamos composiciones originales que contemplan la improvisación como un punto muy fuerte. Algunas cosas tienen que ver con la música argentina, sobre todo mis composiciones, que tienen algunas cosas de las raíces de acá, y después el jazz de esta era, que es un poco lo que en general están haciendo las nuevas movidas".
Mientras tanto, en referencia a ésas nuevas olas, la pianista adjudicó la diversidad a la presencia de numerosas influencias. "Hoy en día nuestra oreja está expuesta a un montón de cosas, ya sea a nuestra propia música como al rock. Más allá de que muchos de los músicos que hoy en día están en el jazz empezaron tocando este género, no pueden evitar que pasen por sus orejas otras cosas. Y hoy casi el jazz es una excusa, pasó a ser también una actitud, como el rock. La improvisación es un fuerte, pero después lo formal de las composiciones es muy variado", consideró.
Y si de eclecticismos se trata, probablemente La Mujer Barbuda arribe al Príncipe de Asturias con una propuesta cercana a lo inclasificable. En ese sentido, el bajista Franco Fontanarrosa se ocupó de diferenciar a esta visita de la realizada con su grupo meses atrás en la sala Lavardén, basándose esencialmente en la circunstancial presencia del guitarrista Wenceslao "Wenchi" Lazo, en reemplazo de Sergio Alvarez, otro de los integrantes del trío que completa el baterista Lulo Isod.
"Armamos una cosa que no está tan pautada como la vez que tocamos en la Lavardén, que había muchos más temas, arreglos y cosas escritas. En este caso partimos de algunas ideas que armamos y que están escritas, pero básicamente vamos a basar el recital en improvisar. De acuerdo a la cantidad de tiempo que nos den para tocar, que es de más o menos media hora o cuarenta minutos, vamos a hacer como un bloque continuo de música sin interrupción, pasando por distintas ideas que tenemos armadas, pero todo el tiempo improvisando y viendo qué pasa en el momento", adelantó Fontanarrosa. Asimismo, el bajista coincidió con sus jóvenes colegas al momento de analizar el movimiento jazzístico de la ciudad, y reconociendo ese carácter de diversidad que lo nutre. "Creo que definitivamente hay como una generación de nuevos músicos, y no solamente de jazz", precisó.
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