Al finalizar ayer por la mañana una asamblea de delegados en la sede local de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), los choferes decidieron decretar un "estado de alerta y sesión de asamblea permanente" hasta el próximo jueves. El parte de la reunión que mantuvieron los colectiveros rosarinos fue el puntapié inicial de la presión que el gremio pretende imponer ante el futuro encuentro entre el sindicato, los empresarios y el municipio, que se llevará a cabo la semana próxima. En el caso de no obtener una respuesta satisfactoria al pedido "innegociable" del 20 por ciento de aumento salarial, los trabajadores podrían decidir entonces una medida de acción directa; situación que se instala por primera vez desde que comenzaron las reuniones para tratar el tema en la secretaría de Trabajo. Manuel Cornejo, el secretario general del gremio que nuclea a los choferes de la ciudad, dijo que en la reunión de ayer "se informó lo que pasó el lunes, cuando se tiraron posiciones y se rechazaron, pero el día jueves ya tienen que ir con propuestas serias y concretas, sino la cosa toma otro color".

Los delegados de los choferes rosarinos comenzaron a meter presión a los empresarios en la negociación que llevan adelante por el incremento salarial de un 20 por ciento en el salario básico, que fuera solicitado por los trabajadores en el primer encuentro que tuvieron en la sede local de la secretaría de Trabajo el pasado lunes.

Y si bien en ningún momento se mencionó que los trabajadores irían a la huelga, en la sede local de la UTA pretenden para el futuro encuentro entre las partes una respuesta concreta a sus reclamos, caso contrario en el horizonte se avecina un paro inminente.

Cuando finalizó la reunión entre los delegados de las distintas líneas de colectivos, en la sede local de la UTA, Manuel Cornejo manifestó que "nos otorgaron las facultades para la negociación del tema salarial, a su vez se decretó el estado de alerta y sesión de asamblea permanente".

La idea del gremio, según lo confirmaba su secretario general, en el caso de no recibir respuestas a sus reclamos, el próximo jueves, cuando vuelvan a verse las caras con los empresarios del sector y los funcionarios municipales "la cosa apuntaría a que haya medidas concretas".

Los choferes pretenden que su salario actual, de 2400 pesos, al que se llegó el año pasado, cuando lograron un aumento en dos etapas del 36 por ciento, unos puntos por encima de lo que consiguieron sus colegas de otras provincias, tenga un nuevo incremento. Para el secretario de la UTA "el pedido sigue siendo el mismo, el 20 por ciento".

Los trabajadores, cuando solicitaron el aumento de su salario básico, argumentaron que la cifra tiene más que ver con la inflación real y no con los datos oficiales difundidos por el gobierno. Cuando le preguntaron al dirigente gremial si realmente estaban seguros de poder lograr el aumento que pretenden, Cornejo expresó ante los cronistas que "nunca se está seguro, pero bueno, hay que tenerse fe".

Al consultarlo sobre si estimaba, tal como lo hiciera el intendente Miguel Lifschitz, desde Estados Unidos, que más allá de la discusión salarial, el precio del viaje, que pasó a costar 1,20 desde el 26 de enero pasado, no se modificará, el secretario general de la UTA respondió tajantemente que "no sé lo que opina el intendente, pero desde ya me atrevo a decir que estoy seguro que no van a tocar a la tarifa, porque no tienen por qué tocarla".

Finalmente, a Cornejo le preguntaron sobre si no pensaba que en este tema, los empresarios manejaban un doble discurso, uno para con los medios, y otro cuando está reunidos con el gremio, el secretario general de UTA Rosario contestó que "por ahí se magnifican algunas cosas. Esto se maneja a nivel institucional, y yo personalmente no tengo problemas con nadie, y si los tuviera, los arreglaría, pero no en este ámbito".