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28 de junio de 1969. Porque son 40 años de salir a la calle, para demostrar orgullo de ser. 40 años de soportar palos y persecuciones. 40 años de celebrar la vida, a pesar de las víctimas, de la violencia policial, de la intolerancia, del odio. Orgullo de sentir un afecto, de amar y ser amados, más allá de reglas absolutas, de leyes denigratorias, de derechos que no permiten.

El pasado deja marcas, en los cuerpos, en las mentes, en los ojos que miran con recelo. El pasado ya no cambia, pero te puede cambiar. El aire de junio en Rosario es helado, el cielo a veces gris plomizo. Y contra ese gris, este año flamea la bandera de 6 colores del arcoiris del colectivo lésbico gay travesti transexual.

28 de junio. Una fecha más apenas, para algunos. Una jornada electoral, celebración de la democracia que supimos recuperar, para otros y otras. No hay posibilidad de manifestar en las calles nuestro orgullo de ser, a pesar de todo, nosotros mismos, nosotras mismas, con nuestros afectos torcidos, con nuestros cuerpos marcados por la hegemonía del heteropatriarcado.

Pero cuando hay una traba, un obstáculo, entre el coro de voces surge tal vez una idea más clara que las otras. Y otras dicen más, proponen manifestar lo más obvio que tenemos, y también lo que más íntimo, lo que deberíamos mantener oculto y en secreto. No en el secreto del cuarto oscuro electoral, en la oscuridad de lo que ofende, de lo que es negado y de lo que asusta, atemoriza, y ante el miedo, se estigmatiza, para no tener que entender, no vaya a ser cosa que no sea tan distinto de nosotros al final?

28 de junio de 2009. Contra los votos cantados. Por la oportunidad de cambio. Por la gracia de llevar los labios a los de otra mujer a pesar de lo que digan. Porque hay que besarse más. Porque muchos labios femeninos buscando besarse, pueden llegar a subvertir el orden.

Y también es tiempo de fogatas: San Juan es el pretexto para juntarse alrededor del fuego comunitario. Y en La Plata el año pasado se propusieron quemar closets. Una fogata para quemar simbólicamente el lugar del secreto de nuestra sexualidad desviada, torcida, enferma o simplemente diversa. Este año, la quema también apunta a otros símbolos hegemónicos desde los que nos forman para pensar heterosexistamente nuestras vidas. Ojalá esos fueguitos se multiplicaran, y pudiéramos pensar en ese mar de fueguitos que enciendan corazones rebeldes, que desacostumbren pensamientos rancios.

Rosario tendrá su acto público el viernes 26, culminando así un mes que fue motorizado por organizaciones del colectivo lésbico gay travesti transexual, y que tuvo el apoyo de la administración municipal, desde su área específica, y del Concejo Municipal y otras Áreas, como la de la Mujer y la de la Secretaría de Salud.

Cuando lleguemos el próximo domingo a la escuela en la que nos toque emitir nuestro voto, y entremos al cuarto oscuro a ejercer nuestro derecho ciudadano a elegir a los candidatos que podrán competir en las próximas elecciones legislativas, podremos pensar no sólo en el futuro que queremos, sino también en aquellos hechos que nos conforman como ciudadanos/as de este país, esta provincia, esta ciudad.

Y si ese voto lo podemos dedicar en parte a quienes sufrieron antes que nosotros, tal vez podamos hacer de este "derecho democrático" obligatorio, otro acto de esta democracia. Si podemos, antes de poner la boleta que elegimos adentro del sobre, pensar en ese otro futuro posible, en ese otro mundo posible, seguramente ese voto tendrá para nosotros nuevos significados.

Por los sueños de familias unidas por el afecto, ajenas a los prejuicios que ocultan, que silencian, que discriminan. Por escuelas que enseñen el respeto sin diferencias de color, de barrio de residencia. Por un estado que legitime, que se haga cargo, y que no se apoye en la represión de sus ciudadanos y ciudadanas basada en su orientación sexual, en la manifestación de su identidad de género.

28 de junio 1969, Stonewall, Nueva York. Besos. Votos. Fogatas. Palabras. 28 de junio 2009, Argentina.

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